Capítulo 1

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Capítulo 1.

Entre al ascensor y la puerta se cerró. Lancé un pequeño suspiro, mi jefa me esta matando y acribillando con trabajo,además de que me trata como a un animal,es una bruja,si no fuera porque necesito el dinero ya hubiese renunciado.El ascensor se detuvo, mi tiempo de tranquilidad se termina.

Alicia,mi jefa, esta sentada en su escritorio,se encuentra retocando su maquillaje,es una completa perra,siempre esta coqueteando con el personal,ella tiene cuarenta años,su cabello es rubio, color oro,se nota a leguas que esta operada y tiene unos ojos azules bastante bonitos.

–Lucinda, te lo he dicho un millón de veces, ¡Odio que seas       impuntual! –. Exclamó con su voz chillona.

La maldigo para mis adentros, ella es demaciado insoportable.

–Lo siento mucho,no volverá a ocurrir –Me disculpe y sin mediar más palabras caminé hacia mi escritorio.

Las horas son teodiosas y lentas, estoy muy aburrida, desbloquee la pantalla de mi celular, ya que este vibró anunciando un nuevo mensaje. Es de mi mejor amiga, Carolina, lo abrí.

"Luci, hoy saldremos a una discoteca con Javier, si quieres venir dímelo, pasaré por ti a las nueve."

Le contesté al instante, necesitaba despejar mi mente, así que le dije que sí quería ir con ellos.

Por suerte, dos horas más tarde mi pesadilla diaria terminó , mi auto está en el taller, así que tengo que llamar a un taxi para que venga por mí.

Una vez que llegué a mi casa lo primero que hice fue tomar una ducha, el agua caliente me relaja, justo lo que necesitaba en estos momentos. Cuando termine de ducharme envolvi mi cuerpo en una toalla, lancé un pequeño suspiro y entré en mi cuarto.

Escogí un vestido negro, el cual me llegaba justo arriba de la rodilla, y coloque en mis pies un par de zapatos con tacón, color negro. Cuando terminé de maquillarme y peinar mi cabello solo faltaban cinco minutos para las nueve, y Carolina era muy puntual.

El timbre sonó, me encamine hacia la puerta y la abrí, me encontré con Caro en el umbral,la analice con la mirada, ella llevaba un vestido verde, el cual le quedaba precioso. Detrás de ella se encontraba Javier, él es Español, alto y moreno, es muy atractivo y siempre me coquetea.

–¡Hola Lu!.-Exclamó mi amiga tirándose en mis brazos. Hacia casi dos meses que no la veía, extrañaba a mi mejor amiga.

Javier se acercó hacia mí y me rodeó con sus brazos.

–Hola pequeña –. Susurró en mi oído. –Estas preciosa.

Estoy segura que mis mejillas están color carmesí.

–Tú no te quedas atrás. –Respondí con una sonrisa torcida.

Javier sonrió.

Según Carolina, él esta enamorado de mí. Pero  creo que lo nuestro es por mera diversión, así siempre lo vi yo, siempre que salimos juntos bailamos, nos besamos y Javier nunca me dijo nada.

Aleje esos pensamientos de mi mente, fuimos los tres juntos hasta el auto de Caro, mi amiga iba en el lugar del piloto, tomé asiento a su lado, como siempre hacia, mientras que Javier subió a la parte trasera. Partimos hacia la discoteca, hoy solo quiero beber, bailar y olvidarme de todo.

****

Llevamos dos horas en la discoteca, bailando y bebiendo, yo ya estoy un poco borracha. Mientras que Javier se fue un rato a baila con Caro, yo me quedé en la barra.


– Hola preciosa. –Escuche la voz seductora de un hombre, esta sentado a mi lado. Lo ignore, hoy no deseaba tener nada con nadie.

Pero la curiosidad me ganó, así que miré de reojo al hombre. Tenía que admitir lo siguiente; el tipo es muy sexy, su cabello es negro y tiene unos ojos azules que pueden hipnotizar a cualquiera. Su asento es notablemente británico.

–Cariño, no me ignores. –Volvió a decir, me giré para enfrentarlo y su mano se alzó, tragué saliva cuando acarició mi mejilla.

La aparte de un manotazo.

–Me gustan las difíciles. –Siguió su juego. Estaba muy enojada.

Fruncí el ceño.

¿Quién mierda se cree que es?

Por último guiñó uno de sus ojos, arrugue el entrecejo, él se acercó hacia mí y posó sus manos en mi cintura, me arrimó hacia él y me besó, así de simple. No sé que pasó por mi mente, pero al instante que nuestros labios se encontraron correspondi su beso.

Luego reaccione y me separé de él abruptamente. Le empuje, él estaba muy sorprendido.

De hecho, yo también lo estaba.

Por último, caminé hacia él, nuestras narices se rozaban, alce mi mano y le propine una sonora cachetada.

–Para que aprendas a tratar a una mujer. –Dije en un gruñido y salí por la puerta principal a paso rápido.

****

Mi despertador sonó, me dolía mucho la cabeza, no quería levantarme, y menos ir a trabajar. En vez de parecer una mujer madura de veinticuatro años parecía una adolescente de dieciséis. 

Me levanté como un Zombie, podría trabajar en The Walking Dead como uno de hecho, así ganaría mucho dinero. Disipe esos ridículos pensamientos de mi mente y tomé una ducha, el agua logró relajarme y despertarme del todo, pero aún me dolía la cabeza.

Como si fuese algo monótono, me puse mi falda negra, unos zapatos de tacón del mismo color y una camisa azul marino, cuándo termine de maquillarme, lancé una mirada hacia el espejo, era una Sexy secretaría.

–Por fin llegas antes. –Dijo en un chillido Alice, cerré mis ojos, su voz irritante hacia sangrar mis tímpanos.

Le regalé una sonrisa forzada.

–¿Desea algo?. –Pregunté con una sonrisa más falsa que su cabello.

–Oh, sí. Te han transferido, no serás más mi secretaría. Desde ahora trabajaras para Adam Witman, –Cuando dijo las últimas palabras se notó una pizca de recelo en su voz. –Ten mucho cuidado y se respetuosa, él es el dueño de la empresa.

Dios, esto no puede estar pasando. Seré la secretaría del dueño, estoy muy asustada y nerviosa. Él debe ser un viejo amargado, lleno de arrugas y su cabello de seguro es blanco.

–¿Y cuándo empiezo?. –Pregunté y ella esbozó una sonrisa algo tétrico.

–Ahora mismo. En el piso nueve, su nombre esta en la puerta, tienes que tocar antes de entrar.

Asentí con la cabeza, girando sobre mis talones corrí hacia el ascensor.

Minutos más tarde ya me encontraba frente a su puerta. Estaba muy nerviosa, golpee la puerta con mis nudillos y esperé para que abra la puerta.

De un segundo a otro la puerta se abrió, me sorprendí, enfrente mío se encontraba un joven muy guapo, comencé a analizarlo con la mirada; cabello negro, ojos azules, alto. Pero lo que más me sorprende es que frente a mí se encuentra el hombre de la discoteca.

–¡TÚ!. -Gritamos los dos a la vez, señalandonos. Llamamos la atención de todos los empleados. Tragué saliva, el chico me tomó del brazo para meterme en la oficina.

–¿Dónde esta el señor Witman?. –Pregunté con un hilo de voz.

El pelinegro sonrió.

–Cariño, esta frente a tus hermosos ojos. -Susurró con voz musical, se señaló a él mismo.

Mierda.

¿Por qué tenían que pasarme a mí estas cosas?

Tanta maldad había en este mundo, que él tenía que ser el dueño de la empresa Witman. Él tenía que ser el magnate Adam Witman.

Esto, sin dudas, era una de las peores situaciones de mi vida.

El secreto de mi jefe [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora