Capítulo 19

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Christoph

Cuando logro calmarme me suelto de los guardaespaldas de mi padre. El mismo me mira con odio y la verdad es que no me importa.

-Estás loco. Casi matas a tu hermano- me dice -Puedo meterte preso.

-Hazlo.

-No lo haré. Pero tienes que dejar de ver a Rose.

-Nunca.

Con eso salgo de ahí y me dirijo a mi cabaña, llegó la hora de ejecutar lo que tengo planeado.

Nadie me va a separar de Rose.

Limpio mis heridas y me doy un baño. Preparo un pequeño bulto con ropa, meto el dinero que tenía ahorrado, y mis documentos de viaje. Terminado todo comienzo con las llamadas.

-Paul, ¿Hay barcos de salida hoy?

-Chris, hermano. Creía que sería en un par de días.

-Se presentó un problema y ocupo salir hoy mismo.

-Lo siento, hay uno pero sale a las seis de la mañana. Va rumbo a Estados Unidos, ¿Lo tomarás?

-Está perfecto, gracias.

-No hay de que, hermano.

Suspiro. Mañana es mejor que nada.

Quiero saber del estado de Rose así que llamo a la mansión.

-Mansión LeBlanc- contesta Cara.

-Cara, que bueno que tu respondes qui...

-Joven Christoph- me interrumpe -Que bueno que llama, la señora despertó y pregunta por usted.

-Escucha bien Cara, quiero que vayas y le digas que nos iremos de aquí, le ayudarás a tomar un poco de ropa y sus documentos. A las tres de la mañana las quiero en mi cabaña.

-¿Cómo que las quiero?

-¿Crees que te dejaría aquí en la boca del lobo?, eres como una madre para Rose y no las separaré.

-Oh muchas gracias, joven Christoph.

-Solo dime Chris.

-Está bien Chris, prepararé todo y puntual estamos allá.

-Nos vemos.

Corto la llamada y procedo a lo siguiente. Conseguir un medio de transporte para escapar en la madrugada.

-Marcel- digo cuando contestan.

-Chris, ¡joder!, será mejor que huyas, tu padre está furiosísimo.

-Para eso te hablo, necesito un auto para ir al muelle.

-Sabes que si, ya mismo te lo pongo cerca de la carretera. ¿Cuando te vas?

-Salgo de aquí a las tres, a las seis sale el barco.

-Suerte amigo.

-Gracias.

Todo listo, solo falta esperar. Y apenas son las ocho de la noche.

Escucho un ladrido y veo a Leona subirse a mi lado en la cama.

-Hola linda, nos vamos de aquí- le digo y ella se acurruca en mi costado -No te dejaré, tu eres parte de Rose. No podría abandonarte nunca.

Le acaricio la cabeza y se queda dormida al instante.

Miro al techo y me quedo pensando.

Ya saldremos de esta Rose, seremos libres.

Podremos estar juntos sin ningún problema.

Seremos tu y yo contra el mundo.

Comenzaremos una nueva vida.

Todo Por Tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora