Capítulo 16

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Rose

Me levanto sobresaltada.

¡Maldición!

Me he quedado dormida y no volví a la mansión, y eso esta mal, muy mal.

Apurada me paro de la cama y me visto, al parecer Chris tiene el sueño pesado porque no se ha inmutado y eso que he hecho mucho ruido. Me acerco a él y acaricio su rostro, lo beso y salgo a toda prisa para la casa.

Camino lo más rápido que puedo, ya que el dolor de mi entrepierna no me deja correr.

De solo recordar el episodio de anoche me sonrojo de pies a cabeza y siento mis mejillas arder.

Llego a la puerta de la cocina y veo a Cara.

-Psss, Cara- la llamo en un susurro.

Ella me ve y abre los ojos como platos y rápidamente me abre la puerta.

-Está usted loca, ¿Lo sabía señora?- me regaña y me deja pasar -¿Cómo se le ocurre dormir fuera de la mansión?

-Fue un descuido, Cara. Dime algo, ¿Llegó Bruno?

-Si señora y ha preguntado por usted. Le dije que salió temprano a caminar.

-Gracias, Cara. ¿Cómo te puedo pagar?

-Pues aumenteme el sueldo, ya que él llego anoche y para que no sospeche, cerré su puerta con llave.

-Dalo por echo. Eres la mejor.

Subo las escaleras sigilosamente, debo darle el mundo a Cara. Me cubrió y rompió su regla de ''no se nada'' por mi.

Llego a mi habitación, cuando entro me dispongo a desnudarme para irme a dar un baño.

-¿Se puede saber donde estabas, primor?

-Aaahhh

Escucho la voz de Bruno a mi espalda y me asusto en gran manera, tanto que suelto un grito de miedo.

Estoy muy nerviosa.

Me volteo y lo que veo en su mirada no me gusta para nada. Está oscura y muy enojada.

-¿Qué haces aquí?

-Pues esperando a mi amada esposa- su sarcasmo lo captó hasta un pequeño bebé -¿Dónde estabas, Rose?

-Estaba caminando por el bosque.

-Primero, en la noche cuando llegué estabas encerrada y en la mañana cuando subo, no estás- dice con una sospechosa calma que me hiela por completo.

Su voz es fría y terrorífica, mis sentidos están alerta y mi corazón bombea muy rápido por los nervios y el miedo.

-¿Lo siento?- pregunto temerosa.

-¡ESTOY HARTO DE TUS MALDITOS PASEOS A TODAS HORAS!- grita muy fuerte y lleno de ira -¿NO TE HE DICHO QUE CUANDO LLEGUE DE MIS VIAJES TE QUIERO ESPERÁNDOME, COMO TODA BUENA ESPOSA DEBE DE HACER?, PERO NO, LA NENA DEBE DE ESTAR PASEANDO POR EL BOSQUE, COMO LA LINDA CAPERUCITA ROJA.

Su furia no es controlable, lo noto por como están hinchadas las venas de su cuello y frente, también tiene un tic en su ojo derecho.

-No puedes obligarme a hacer tu voluntad- le digo con falsa valentía.

-¿AH NO?- sigue gritando -¿QUIERES RETARME, ROSE?

-¡No me grites!- alzo la voz, ya me estaba cansando -¡No soy tu maldita muñeca para que me uses a tu antojo!

-¡Cállate, estúpida!- sentí su mano grande y fuerte impactar con mi mejilla izquierda -Te enseñaré quien manda aquí.

En eso me tomó por el pelo, tan fuerte que sentí varias hebras desprenderse. Me dio otra bofetada más fuerte que la anterior y sentí mi labio reventar.

Me golpeaba, cada vez más fuerte, sentía mi rostro hinchado. Me aventó al suelo y me golpeó en el abdomen y espalda.

-Ahora, esposa mía- me levantó y me tiró en la cama -Te haré mi mujer.

Al escuchar esas palabras, con la poca fuerza que me quedaba me comencé a remover y a resistirme, pero era inútil, su fuerza triplicaba la mía.

Vi como se deshacía de su ropa y rasgaba la mía, entró en mi tan fuerte que grité de dolor.

-¡Estúpida!, tu maldita familia me mintió. No eres virgen, no eres pura- volvió a golpearme.

Se movía como una bestia dentro de mi y como él era dueño y señor de todo, nadie se atrevió a acercarse por mis gritos.

No se que me dolía más si mi entrepierna o mi corazón, me sentía sucia, no valía nada.

Terminó, besó mis labios y se salió de encima de mi sacándose el preservativo.

-Estuvo muy bueno, amor. Pero para la próxima, te quiero más entregada.

-Te odio- le dije antes de que saliera de la habitación, dejándome tirada en la cama.

Poco a poco me fue llegando la inconsciencia y caí desmayada en la cama. Odiando a la vida por hacerme pasar por todo esto.

Todo Por Tu AmorМесто, где живут истории. Откройте их для себя