Capítulo 7

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Christoph

¡Joder!, la tenía tan cerca.

La sentía tan mía. Solo unos centímetros más y la beso.

Beso esa boca que me tiene loco desde que la vi. Puedo jurar que en sus ojos vi algo, puede que sea solo deseo carnal. Pero eso ya es algo.

Tuve que tomar una ducha fría porque me puso muy mal tenerla así.

La amo, lo puedo decir sin miedo y con mucha certeza. Hace tiempo lo acepte.

Me enamoré de alguien la cual no conozco bien. Pero mi próximo movimiento será conocerla.

Saber sus gustos, sus sueños. Algo me dice que no es feliz en su matrimonio. También lo confirmé estos días cuando escuche a Bruno hablar con una de sus tantas amantes que trae aquí a las cabañas de hospedaje.

Ella no ha querido acostarse con él, ni dormir con él incluso. Y eso me llena el pecho de orgullo y una felicidad infinita, de que él no le a puesto sus sucias manos encima.

Mi mayor deseo es enamorarla y convencerla de huir conmigo. Eso me haría el hombre más feliz del mundo.

Al otro día en la mañana camino hacia la mansión. No hay nadie allí, eso lo se. Ella esta sola y quiero hacerle compañía.

Quiero llevar a cabo el primer paso. Conocerla.

Pregunto a una de las sirvientas por ella y me dice que está en la piscina. Y así mismo es.

Lleva un bañador color rosa chicle de dos piezas. Me estremezco al ver su bello cuerpo solo cubierto por esa diminuta tela.

Tiene los ojos cerrados y no me ha visto. Su piel pálida brilla con el poco sol que hace y su rubio cabello está en una alta coleta.

Me acerco sigilosamente y susurro en su oído.

-Buen día, Rose- mi propósito es asustarla.

-Buen día, Chris- me dice sin inmutarse -Te sentí hace rato. Si quieres asustarme, tendrás que esforzarte.

Se levanta de la tumbona y me mira con esos ojos verdes que me cautivan y esa sonrisa que me paraliza el corazón y me deja sin aliento.

-Quería disculparme por lo de ayer.

-No hay problema con eso. Pasado pisado- me sonríe de lado.

¿Acaso está coqueteando conmigo?

No lo creo. Son imaginaciones mías.

-¿Qué haces por aquí?- se recuesta de nuevo -Siéntate aquí- me hace un espacio en la tumbona y yo no dudo en sentarme.

-Vine a que charlemos. Dijiste que no hablas con nadie aquí.

-Es cierto, ¿De qué quieres hablar?

-Solo quiero conocerte- le digo con sinceridad.

-En ese caso. Vamos por el principio- me tendió su mano -Rose Geraldine Fontaine Lombard.

-Christoph LeBlanc Florit- le beso la mano.

-¿Tienes el apellido de Dianne?

-Si señorita. El apellido de mi madre biológica es Smith. Nadie lo sabe, ni siquiera Don Bruno. ¿Confío en ti?, la quiero mantener en el anonimato.

-Claro que puedes confiar en mi, Chris. Eso ni lo dudes.

Duramos un buen rato tratando temas básicos para conocernos mejor. Coincidimos en que nos conocimos de niños. Ella sabe que fue mi primer beso. En cambio yo no fui el de ella.

Cada minuto que pasaba me sentía en paz, en armonía con ella. La conexión era increíble y espero que ella se haya dado cuenta.

Controlé las ganas de abalanzarme sobre su cuerpo y besarle hasta que no dieran mis labios para más.

Ella es una persona maravillosa, me enamoré un poco más, si es posible, de ella.

Cuanto deseo que sienta lo mismo por mi. La tomaría de la mano y me fuera al fin del mundo con ella. Sin importar nada, luego le enviaría los papeles de divorcio a Bruno.

Solo de pensar que él le pega me da una impotencia grandísima. Cuanto hubiera deseado que sea conmigo con quien se haya casado.

Pero como dicen por ahí, el hubiera no existe.

Yo haré que pase lo nuestro, aunque tengamos que escapar del mundo.

He encontrado al amor de mi vida.

Una mujer excepcional. No la dejaré en brazos de cualquiera. Aunque sea mi propio hermano.

Luchare por ella con todo y contra todo.

Todo Por Tu AmorWhere stories live. Discover now