Introverted (Adaptación) #PremiosAwards2017

5- Amigos

A la tarde siguiente me encuentro golpeando la puerta de la casa de Liam, entre hojas secas y charcos. La tormenta de ayer fue muy fuerte pero el sol ha vuelto a salir y la calle se está secando de a poco. 

La puerta se abre y veo que Melissa me recibe cordialmente.

-Hola Winter -me saluda- te agradezco por haber traído a Liam anoche. Me preocupó ver su mano vendada, quise hablar con él pero salió corriendo... estaba asustada.
La miro comprensiva y ella me sonríe, me toma de las manos y me ofrece algo para beber.

Entro a la casa y veo a Liam sentado en uno de los sofás, abrazándose los pies por el frío. Me acerco a él para saludarlo.

-Buen día -digo suavemente- ¿Te sientes bien? -me pongo de cuclillas en frente de él. Liam me mira a los ojos sin decir nada durante unos dos minutos, para después apartar la mirada y comenzar a temblar sin que yo pueda entender por qué. Me siento a su lado y lo abrazo sin saber muy bien qué hacer.
-Win-ter -murmura casi inaudiblemente.
-¿Sí, cariño?
-...No te vuelvas a ir.
-No lo haré, cielo, tranquilo.
Sigo abrazándolo mientras él vuelve a perderse, poniéndose algo tieso. Me levanto y voy hasta la cocina, donde Melissa está esperando a que el agua esté suficientemente caliente como para que tomemos té. Al verme comienza a hablar.

-Gracias de verdad, no sabes cuanto lo estás ayudando.
Sonrío sintiéndome bien por sus palabras. Me gusta saber que estoy haciendo bien.
-¿Sabes? -continúa mirando a Liam- a veces pienso que en parte es culpa mía y de mi esposo... ya sabes, que sea... así. Tal vez deberíamos haberlo estimulado más, no habernos dado por vencidos tan rápido. ¿Eso me hace una mala madre, Winter? -sus ojos cristalizados me anudaron la garganta.
-Obvio que no Melissa, ambos hicieron todo lo que pudieron, los tres lucharon todo lo posible y él no podría ser mejor. Es dulce, educado, creativo... y tú eres amorosa, simpática, sabes cómo sacar lo mejor de Liam. No conozco a tu marido, pero seguro que son los mejores padres que cualquier hijo podría pedir.
La madre de Liam se sonroja haciéndome reír un poco y me abraza.
-Gracias, Winter...
-No es nada Melissa -lo que dije fue lo más tierno y cursi que voy a decir en toda mi vida y se sintió demasiado raro, pero no es momento para comentarle eso, así que la abrazo fuerte rogando en silencio para que la situación se torne algo más normal.
-Voy con Liam -murmuro al ver que la mujer no me suelta, alejándome disimuladamente de ella para poder tener otra vez mi espacio personal. Al llegar al salón no lo veo por ningún lado.
-Tal vez esté en su habitación. Puedes subir y golpear su puerta si quieres -dice Melissa a mis espaldas. Le doy una sonrisa de labios cerrados y comienzo a subir las escaleras.
A medida que me voy acercando, distingo algo que suena como acordes de guitarra.
Vienen del cuarto de Liam, cuya puerta está entornada. Me asomo en silencio y lo veo de espaldas, tocando una guitarra acústica.

- When we both fall asleep, underneath the same sky
To the beat of our hearts at the same time
So close but so far away
Can you hear me?
Su voz increíblemente armoniosa me hace estremecer.
-She sleeps alone
My heart wants to come home
I wish I was, I wish I was
Beside you.

-Liam, eso es hermoso... -murmuro sin poder evitarlo, hechizada por su voz. Él deja caer su guitarra al oír mi voz y yo me exalto- ¡Perdón! ¡No quise asustarte! -exclamo rápidamente.

Sin hacerme caso empieza a inhalar y exhalar con dificultad. Me acerco para calmarlo con palabras suaves pero se corre hasta quedar en una esquina de la habitación.

-Está bien. Creo... creo que me voy a casa -digo con dolor. Acabo de arruinar todo. Estoy a punto de darme vuelta para salir cuando me toma firmemente del brazo.
-No lo hagas... -susurra enroscando su remera con la otra mano, nervioso. Ahora la situación es difícil para él, por mi culpa. Pero no quiere que me vaya, está intentando salir de sí y mantenerme a su lado, y eso me parece extremadamente tierno. Así que hago de tripas corazón y lo imito cuando lentamente comienza a deslizarse por la pared hasta sentarse en el suelo.