Capitulo 16

367 24 2
                                    

Sorpresa.

Ok no

Acabe el capitulo a las 3 de mañana y me despertaron a las 6, andaba de vaga, cuando llegue a mi casa termine durmiendo como tronco. Prácticamente vengo despertando.










(Dominic)

-¡Con un demonio, Adan mi abuela conduce más rápido!

-¡¿Quieres dejar de gritar!?

-¡Pisa el maldito acelerador!

-¡Dominic muertos no le servimos de nada a Aida!-Esta bien estaba alterado. Demasiado.

-Maldita sea-Murmure.

Aida era la mujer de mi vida, la razón por la que me levantaba en las mañanas y por la cual seguía aquí. Y si tenia que pasar días sin comer y sin beber para poder tenerla de nuevo en mis brazos lo haría.

-Dominic debes tranquilizarte.

Me cruce de brazos como un niño pequeño a quien no le dieron su dulce.

-Parece un niño pequeño-Murmuro Melina observe la venta y el paisaje pero lo que menos quería era hundirme más en mi tristeza.

Decidí dormir pues era lo mejor, así dejaría de molestar a los chicos y me distraería dejando de lado la triste y cruel realidad a la que me estaba enfrentando.
Dicen que después de la tormenta viene el arco iris pero en la posición en la que yo me encontraba era un poco difícil sonreír pero realmente deseaba poder ver ese arco iris que tantos anhelaban.

Los minutos me parecían horas y las horas días, no era de esas personas empalagosas que molestaban a su pareja porque la quería tener siempre a su lado pero la situación era completamente diferente. La persona que amaba estaba en manos de su ex novio y por lo tanto de su padre.

Había jurado protegerla de todo aquel que le lastimara y no lo e hecho, incluso deje que el ser que más daño le hizo se la llevase.


El bosque estaba repleto de vegetación, diferentes flores y arboles, el clima era un poco frío pero este no penetraba mi.
Sentía calor de hecho.

Escuche que me llamaban cuando gire para encontrarme con la persona que me llamaba, unos brazos me rodearon el cuello.

Pudin!-Reconocí ese apodo de inmediato. Separe a la persona y la observe.

-Aida-Dije en un murmuro.

-¿Que pasa, cariño?-Preguntó al ver mi expresión.

No conteste a su pregunta solo la abrace y comencé a llorar como un niño pequeño. No sabia que haría sin mi Aida.

UnidosWhere stories live. Discover now