Unidos

Capitulo 32

Capitulo dedicado a:
fiurellavt y KimberlyMaribelReyes muchas gracias por votar y comentar las quiero muchooo.

La mañana era fría así que no tuve remedio más que abrigarme bien, eran aproximadamente las cinco de la mañana, todos se encontraban durmiendo, que conveniente.
Key estaba en mis brazos tratando de encontrar calor, era una pena que él también sufriera pero era momento de acabar con esto.

-Tranquilo-acaricie a mi bello gato.-Pronto entraras en calor.

Su única respuesta fue un pequeño maullido.

Los perros de la casa estaban dormidos pero hace tiempo me percate de que al menor ruido ellos atacan por lo cual tendría que tener cuidado. Los observe por ultima vez antes volver a caminar por el pasto.

Cuando me encontré frente al portón recordé que no tenia las llaves.

Demonios.

No tenia salida, solo tenia una opción. A unos metros más había otra puerta la cual en ocasiones estaba abierta, esa era mi ultima y única alternativa. Camine con sigilo y miedo, mi corazón palpitaba a un punto que dolía pero si lograba salir de aquí todo habrá válido la pena.

-No-trate de abrir la puerta pero esta estaba con llave, presa del miedo y enojo comencé a buscar entre las macetas y arbustos las llaves no fue hasta después de mil y un rasguños que las encontré. Abrí la puerta aliviada y sin importarme el siquiera cerrarla salí huyendo de la casa.

Tras correr unos minutos me detuve para tomar aire y ubicar en donde estaba pero nada de esto me sonaba conocido, camine sin rumbo alguno durante un largo rato hasta que llegue al centro comercial desde aquí podría llegar a casa.

No había tomado dinero o algo que me ayudase, simplemente salí sin más ni menos.

-Supongo que desde aquí podre llegar.

Mis pasos sonaban en las oscuras calles pero no podría caminar para siempre y era inevitable el cansancio. Me senté en el piso, realmente no me importaba lo que la gente dijera o pensara de mi lo único que deseaba era llegar ya a mi hogar con las personas que amo.

-¿Se encuentra bien?-Un hombre de edad avanzada se detuvo a mi lado llevaba un bastón el cual lo ayudaba a caminar y sostenerse.

-Si, muchas gracias-Conteste con una sonrisa aun que no estaba ni cerca de estar bien.

-Esta haciendo mucho frío-Comentó mientras veía el cielo gris.-¿Qué le parece si vamos a mi casa y descansa un poco?

Sentí desconfianza, nadie va por la vida invitando a personas a su casa así de la nada. Por lo visto no fui buena disimulando mi indecisión ante si oferta.

-Tranquila niña, mi hija esta en casa vamos-sin esperar a que respondiera comenzó a caminar no sabia exactamente que me pico pero seguí al anciano, después de unos diez minutos de caminata llegamos a una casa pequeña pero bastante acogedora. Tras cruzar la puerta anuncio su llegada.

-¡Hija llegue!-Se escucho movimiento en la cocina después apareció a quien menos esperaba ver.

-¡Hola! Que bueno que llegaste-Sus ojos dieron en mi y su expresión de alegría desapareció.-¿Qué hace ella aquí?