21: Solo uno amo de verdad

53 2 1
                                    


El frío que recorrió mis piernas hizo que me dieran al fin las ganas de levantarme. La luz del sol aún no se filtraba por las ventanas de mi habitación por lo que me traía la esperanza de que no fuera tarde para ir a la universidad. Tome el celular de la mesita de noche revisando la hora, y como afirme recién eran las cinco y algo más; suerte que la entra a la universidad era hasta las siete. Me había levantado con un buen tiempo de sobra.

Sin perder más tiempo me propuse arreglarme para un nuevo día.

.

.

.

¿Cómo me quedará mejor el moño? ¿Suelto o recogido?

Me coloque la última bincha invisible para domar esos risos rebeldes que sobresalían de mi recogido, que no fue para nada fácil hacerlo, especialmente con lo domado que es mi cabello.

Escuche unos golpes en la puerta, así que tome rápido mi bolso y Sali. Mis padres se encontraban tomando el desayuno.

Los salude con un beso y tome un poco de cereal con leche antes de salir corriendo de la casa, ya se hacía tarde y por suerte llegue justo 10 minutos antes de mi clase de filosofía. Hoy tenía que dar el examen de recuperación por mi inconveniente de "ayudar" a mi compañero que según averigüe se llama Raúl, y tal parece que no es nuevo que no estudie.

Guarde rápidamente mis libros y cerré mi casillero, pero al hacerlo unos ojos café intenso me miraron. Retrocedí inmediatamente y haciéndome la desentendida intente pasar a su lado para seguir con mi camino, y, tal vez conserva un poco de dignidad pero su agarre me lo impidió.

- ¿Ya no tienes modales? – pregunto Peter

Me solté lo más rápido de su tacto y lo mire

- ¿A qué has venido? - pregunte con la mirada baja.

No quería verlo a los ojos, aun no podía superar lo que me hizo en el partido, cada vez que lo recuerdo algo dentro de mí se destruye.

- Parece que has sacado las garras campesina

Resople y me gire en dirección opuesta.

No tenía por qué aguantar sus cosas, hoy no.

Por suerte llegue antes de que cierren la puerta y al fin pude hacer mi examen en paz, ya que solo éramos 6 los que estábamos realizándolo en ese momento.

.

.

.

Ya había terminado todas mis clases del día y pues ya no tenía nada que hacer, así que me dirigí al baño para arreglarme un poco antes de irme, tenía unas ojeras horribles y solo quería lavarme la cara un poco para despertarme, no quería que mi madre se entere de mis desvelos.

Al entrar al baño lo primero que escuche fue unos gemidos, pero no cualquier gemidos, sino unos de dolor, era alguien que estaba desolada en un mar de llanto.

Lentamente me acerque a la tercera puerta y la empuje ligeramente encontrándome una cabellera chocolate y unos ojos cafés llenos de lágrimas, lo cuales son inconfundibles para mí.

- ¿Dagna?

Me arrodille frente a ella, que al verme salto encima mío y se aferró a mis brazos.

- Sabrina... ¿Por qué tenemos que sufrir de amor? – preguntó llorando

Esa pregunta estaba hecha a mi medida, pues yo era la principal en esos temas, era a quien siempre le tocaba sufrir, a quien le rompían el corazón.

JUNTO A TI SIEMPREKde žijí příběhy. Začni objevovat