18: Ella se queda con nosotros

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- Gracias mamá, estuvo deliciosa  la comida - alagué

Deje los platos en el fregadero y prácticamente corriendo Sali de la cocina junto a la atenta mirada de mi madre, ya dentro de mi cuarto cerré la puerta despacio para no levantar sospechas.

Me saque los zapatos quedándome en calcetines, tome mi lapto y me sente en el suelo. Entre a mi Facebook y puse en el buscador el nombre de Sally, como no sabía el apellido me guie por las fotos, tarde un poco pero al final fue fácil de reconocer ese rostro.

Sally Báez

Así se llamaba. Era un apellido poco común, la verdad que nunca lo había escuchado.

Su última publicación había sido hace una hora, había compartido una imagen de un corazón que decía "El amor es un privilegio, cuídalo"

¡Que descarada!

Busque en sus amistades a el tal Samuel, pero como era de esperarse hay muchos Samuel, nunca sabré al cual se refiere, todos son culpables a la vez que inocentes.

Di un grito de frustración, esto es una búsqueda sin sentido.

Regrese a su perfil y sin poder evitarlo rodé los ojos al ver su foto de perfil; era una donde estaba ella dando un beso a la cámara mientras Peter la rodeaba por la cintura, era una de cuerpo entero, pero algo que me alegro fue que Peter no sonreía, estaba serio.

¡Ja! En las fotos conmigo si sonreía... ¡Dos a uno Sally!

Talvez ahora no me soporte pero antes me amaba y estoy más que seguro que a ella nunca la ha amado, ni la amara.

Escuche unos golpes en la puerta, cerré la lapto y la coloque a mi lado.

- ¡Quien!

- Soy yo hija

Me acomode mejor y recogí mis piernas poniéndome en modo indio.

- Pasa mamá

Mi madre entro cerrando la puerta tras ella, tomo asiento frente a mí y al igual que mi se colocó en modo indio algo que me hizo reír

- ¿aun puedes hacer eso? – pregunte señalando sus piernas.

- ¡Ey! ¿me estás diciendo vieja? – negué – para que sepas yo aún puedo hacer muchas cosas, o sino pregúntale a tu padre – me guiño un ojo sonriendo coquetamente

- ¡Mamá! - grite riéndome

- ¡Ay no te me hagas! Que tú has de saber más que yo... - mis ojos debieron hacerse salido de su lugar para que mi madre comenzará a reírse como loca, bueno las dos lo hacíamos.

- No me digas que me viniste a dar la – hice comillas con mis manos para darle más dramatismo – CHARLA

Ella agito su mano a modo de evasión mientras sonreía

- Estoy segura que ya sabes lo suficiente de eso.... Marcus siempre ha tenido dotes e maestro

Mis mejillas se enrojecieron.

Mi madre me estaba tratando de decir que yo ya no era virgen, esto no se ve todos los días

- Además con ese hombre quie...

- ¡Mamá! ¡Yo soy virgen! – aclaré

Ahora el turno de sorprenderse era de mi madre, porque a mí ya me sorprendió con sus atrevimientos, no me imagino como habrá sido de más joven si a sus 40 es asi.

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