Tobillo fracturado

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Leigh en multimedia.

-Estás loco- digo antes de que Ian me calle con otro beso.

Después empieza a descender por mi cuello, sus manos descienden por mi espalda y se detienen en mi culo, aprieta y vuelve a buscar con su boca la mía, me besa con pasión y me incita a subirme sobre él, pero lo detengo.

-Para- digo colocando mis manos sobre su torso.

El me mira extrañado e intenta volver a acercarse a mi pero lo detengo.

-No creo que la mejor forma de aclarar tus sentimientos sea llevarme a tu cama- Ian me mira con asombro.

-Entiendo..., lo siento Caroline, pero es que es tan difícil controlarme cuando te tengo cerca- se acerca a mi y deposita un pequeño beso en mis labios.

-No pasa nada- digo con una sonrisa- ¿podemos seguir caminando y hablando? Ahora me gustaría preguntar a mi.

El resopla pero acaba asintiendo.

Comenzamos a caminar agarrados de la mano. Mi yo interior salta de alegría, y seamos sinceras, me muero de ganas de hacerlo pero me aguanto, no quiero que Ian piense que soy una loca, es mejor que lo acabe descubriendo con el tiempo.

-¿Por qué militar?

El me mira y me mira, y después acaba dirigiendo su vista al suelo.

-Por mi padre- en cuanto dice esas palabras puedo sentir su malestar.

Dato importante: no le gusta hablar sobre su padre.

Pasa su mano por su corto cabello, desordenándolo un poquito. Seguramente no sepa lo sexy que se ve así.

-Siempre fui una desilusión para él, lo defraudaba en todo, me metía en peleas, mi disciplina era un asco y en los estudios...bufff, mejor ni te cuento, así que decidí meterme aquí por él.

-¿Para que se sintiera orgulloso?

-Algo así, aunque bueno, yo no combato en misiones ni nada así, dije desde un principio que eso no era lo mío, que prefería poner disciplina sobre los jóvenes, entrenarlos, nada más.

-Me alegro de que sea así...- el me mira extrañado- es decir, que si te tuvieras que ir de misión..., no sé como lo pasaría pero lo más seguro es que muy mal.

-Me conoces desde hace poco Caroline, no puedes decir eso...

-Sobre lo que uno siente no se manda, Ian.

El me mira y me dedica una pequeña sonrisa.

-¿Qué pensó tu madre cuándo le dijiste que querías ser militar?

-Ella me apoyó, como siempre, sabía perfectamente que lo hacía para que no hubiera más problemas en casa, si me quedaba allí haciendo con mi vida lo que quería, mi madre seguría sacando la cara por mi, lo que significaría discutir con mi padre...

-¿Se aman verdad?

-Mucho...- dice en un susurro- por eso hice lo mejor, no quería que por tener un hijo alocado e irresponsable se separasen, puedo ver como se miran Caroline, y es amor verdadero.

Me agarro a su brazo y deposito un pequeño beso en este.

El lo mueve y lo coloca en mi espalda, así que yo hago lo mismo con el mío y caminamos abrazados.

-¿Y qué pasa con la sargento vinagre, digo Zeta?

El suelta una pequeña risita, se que es por el mote que le tengo.

Campamento Base #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora