¡NO PUEDO SEGUIR OCULTÁNDOLO![Ranma y Akane]

CAPITULO XXXI. PELEA MÁS PELEA Y UNA VISITA PARTE. V.

-¡¿Cómo puedes detener eso?! ¡Mira lo que hice!. -pregunto aun llorando lastimo a su amiga. "La lastime... Por Dios, lastime a Akane".

-¡Escucha! –viendo como la miraba pero seguía llorando. -Cuando Ryouga estaba a punto de atacar a Ranma... Tú llegaste y lo abrazaste y... en poco tiempo se calmó y volvió a la normalidad. Lo mismo que pasa cuando tengo esas pesadillas y Ranma me toca. -hizo una pequeña pausa para tomar aire. -La abuela no sabe ¿Por qué exactamente? pero dice que podría ser porque nuestros sentimientos son muy....

-Fuertes. -termino la frase la abuela entrando. -Sus sentimientos son tan puros y verdaderos, que son más fuertes que la magia asquerosa e impura que controla Ken.

-¿Y Ryouga? Akane. -viendo a su amiga atentamente. Necesita saber si estaba bien.

Akane la vio se miraba cansada y triste y sabía que ella solo podría dormir con Ryouga. -Ya vendrá.-contesto con una sonrisa al final.

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Con los chicos...

El joven eternamente perdido, estaba en el tejado mirando al vacío de la noche. Parecía devastado, que deprimiría a cualquiera.

-No te pongas así. Sabes que no es tu culpa. –exclamo Ranma sentándose a la par de él.

-Pero... –presionando sus puños. -Pero pude detenerlo. Debes de eso deje que me controlara y te culpe a ti sabiendo que no era tu culpa. -frunciendo el ceño molesto. -ken se aprovechó de eso y me mostro lo que... bueno. -abrazando sus piernas.

-Enserio crees que yo hubiera hecho eso Ryouga, sé que estabas molesto, pero tienes que tranquilizarte, no cometas mi errores ya te lo dije. Le he dicho tantas cosas a Akane, que no sé cómo me ha perdonado. -confeso bajando la cabeza. -Sé que tienes miedo de perderla, pero amigo, yo solo amo a Akane.

-Lo lamento mucho, Ranma. -se disculpó sinceramente, a un poco triste.

-Pero te comprendo. -llamando la atención de Ryouga. -Me da miedo que Akane se vaya de mi lado, por alguien... que sea y la trate mejor que yo. -sorprendiendo a Ryouga nuevamente que alguien como ÉL admita eso, era para no creerlo.

-Aún tengo esos malditos sueños. Estoy más que seguro que Ken se aprovechara de eso en cualquier momento. –mirando a Ryouga seriamente. -Por eso buscare mi cura, cuando recibamos noticias de Yue claro. No lo pensare. Seré el hombre que Akane se merece. ¡Y Tu!. –llamando aún más la atención de Ryouga. -No tienes que dejar que él gane. Amas a Ukyo ¿No?. -pregunto viéndolo seriamente.

-¡Claro que sí!. Me hace sentir algo... que nunca he sentido. Ni con Akari. -confeso sinceramente, sin ninguna duda en su voz. –Ella es... es todo, es perfecta, con su carácter, su sonrisa, todo.

-¡¡Entonces ve!! ¡¡Que haces aquí todavía!! ¡¡Demuéstrale que la amas!! -parándose poniendo su puño enfrente como animándolo.

Ryouga se paró muy entusiasmado. Y salto del tejado para ir con su Ukyo.

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Después Akane le estaba curando las pequeñas heridas de su amiga. Cuando la puerta se abrió de repente llamando la atención de todos en la sala.

-¡Ukyo!. -exclamo corriendo a abrazarlas. -¿Estas bien? ¿Te duele algo?. -separándola y verla atentamente.

-Ryouga... -con sus ojos vidriosos. Para después agachar su cabeza y apretar sus manos. -Estoy bien, gracias por preocuparte.

-¿Ukyo?. -viendo que ella no volteaba verlo. –"De seguro sigue dolida". Oye déjame explicarte, por favor, no es así como tú lo piensas.

-¡¿Y cómo es?! ¡Por qué sinceramente no le encuentro explicación!. -comento furiosa pero sabía que así no conseguiría nada, pero no podía evitarlo. -¡Si no estabas seguros! ¡Me hubieras dicho! ¡¡Y SI QUIERES VETE!! ¡¡Puedes hacer tu vida con quien TÚ quieras!!.