Fobias [EunHae + 18]

16. Feliz Cumpleaños, amor. Happy Hae Day! parte 2

POV Compartido

Tras disfrutar del rico desayuno en la cama que me preparó Hyuk, pensé que nos quedaríamos regaloneando, o que quizá veríamos televisión hasta la hora de almuerzo, pero estaba equivocado, me hiciste bañarme y vestirme y por más que insistí (y casi te convencí con mi mirada más tierna y un beso) no logré que me dijeras a dónde pensabas llevarme.

El gris del cielo y las bajas temperaturas al principio me hicieron querer convencerte de quedarnos acostados, pero cuando vi el brillo en tus ojos provocado por el lugar misterioso al que vamos, simplemente me bañe y vestí abrigado. Si no me hubiera quedado dormido con el polerón que me regalaste, me lo habría puesto ahora, no obstante debido al cansancio no me lo saqué como pensaba hacerlo. Me pongo un beatle blanco, jeans y zapatos. Estamos vestidos bastante parecidos, tú vistes blanco también, pero en vez de un beatle es un chaleco con tres A en el medio, jeans y zapatillas. Te pido a ti que elijas el abrigo, es innegable que tienes cierto manía por la moda, buen gusto diría yo, mucho más que yo, sé que no me visto mal, pero tu interés es superior al mío, y me agrada. Me encanta tener un novio preocupado por si mismo hasta en la ropa que usa. Mucha gente cree que vestirse bien no es necesario, que incluso es ser superficial, pero a mi modo de ver eso solo refleja cuánto te quieres a ti mismo, no es necesario ser un modelo, o comprar prendas caras, hay ropa a todos los precios, y yo pienso que la ropa puede representarte, puedes crear tu propio estilo; además demuestra que te preocupas lo suficiente por querer sentirte bien y lindo para ti mismo. Ése siempre ha sido mi pensamiento, yo no me visto para los demás, me visto para mí y como bien me dijo alguien una vez: que a los demás les guste como te ves es un efecto secundario, aunque no negaré que es agradable que te digan que luces bien. Y claro, ahora que tengo a Hyuk también me dan ganas de sentirme bonito para él, es normal, es el hombre que amo.

Y hablando de ti, ya escucho como me apuras desde el living, desapareciste de mi vista hace un momento con tu mochila, de seguro algo tenías escondido ahí. Eres el mejor novio del mundo, ya me has sorprendido y mimado tanto, pero al parecer aún queda más. Me pones la vara tan alta siempre, ya estoy pensando que haré para tu cumpleaños yo. Saco mi billetera del velador aunque sospecho que no me dejaras pagar nada hoy, llego al living y estás de espalda, avanzo sigilosamente y te abrazo desde atrás, descanso mi mejilla en uno de tus hombros y sonrío por varios motivos, porque adoro tu aroma tan varonil, porque acaricias mis manos en el acto, porque amo que cada contacto y toque contigo, por pequeño que sea, me haga sentir tan cálido y amado, al parecer no te va a costar nada lograr tu cometido de tenerme sonriendo todo el día.

—¿Estás listo, amor?

Restriego mi rostro contra ti como si fuera un gatito y mi propio comportamiento hace que se ensanche mi sonrisa. Sigo haciéndolo hasta que te estremeces. —¿De verdad no vas a decirme a dónde vamos? —digo sin cesar mis movimientos.

Te ríes y sueltas mi agarre, te das vuelta y me miras entre maravillado y enternecido. Tomas mi rostro con delicadeza y plantas un beso en mi nariz, sigues tu camino plantando besos por mis mejillas y terminas con un corto piquito en mi boca.

—¿Estás ocupando todas tus artimañas hoy? ¿O es que mi novio se convirtió en un gatito de repente? —te ríes de tu propia ocurrencia. —Te amo mucho, mi amor —me besas con tanta dulzura y pasión, sólo con tus labios carnosos, cuando parece que el beso va a terminar me muerdes y al abrir mi boca tu lengua tantea y se adentra de a poco, como jugando, hasta que la atrapo con la mía, me estremezco y las mariposas recorren no sólo mi estomago, sino que todo mi cuerpo, rompes el beso y dices con un tono que suena algo burlón —pero no te diré a dónde vamos.