16. Feliz Cumpleaños amor. Happy Hae Day! parte 1

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Hyukjae POV

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Hyukjae POV

Es viernes por la tarde. Me he pasado toda la semana preparándote una sorpresa de cumpleaños. Cada día he ido incorporando más cosas con las que impresionarte y hacerte sentir querido, voy a dedicar todo el día a llenarte de mimos. Quiero estar contigo desde que den las doce de la noche, ser el primero que te salude y te abrace. Es la primera vez que celebraré un cumpleaños contigo y quiero que sea muy especial, mereces todas mis atenciones.

Apenas salgo de la clínica veterinaria paso por el café Haru & One day a buscar la torta que te compré, me hizo feliz ayudar a prepararla y como terminaron de decorarla ellos, me encanta el trato amable y cariñoso de los empleados, esa cafetería es una de mis favoritas.

Ya en mi hogar me comen los nervios, la ansiedad y las ganas de ir a tu encuentro. Decido bañarme para limpiar el sudor del día y más que nada para relajarme, lo necesito con urgencia. Quiero que las cosas salgan bien y que tengas un cumpleaños inolvidable. Me pongo algo cómodo, es muy temprano para cambiarme y me gusta usar mi ropa casual dentro de la casa.

Preparo algo de comer y por andar distraído se me pasa la cocción de la carne. Sólo soy consciente de ello al sentir el olor a carne quemada y el humo que empieza a cubrir la cocina, perdido como estaba en mis ensoñaciones de lo que te he preparado resulte como yo quiero, era obvio que iba a pasar por alto que tenía que estar pendiente de la carne. Enciendo la campana y la pongo en el nivel 3 para que se lleve el olor rápidamente. Saco otro filete del refrigerador concentrado al máximo ésta vez, logrando que quede en su punto, lo acompaño con arroz y kimchi. Me siento a comer y descubro que estuve casi una hora en la cocina, pasan de las 10 de la noche.

Como algo lento, intento adiestrarme para lo que se viene. Te mensajeo de tanto en tanto con la idea de que no sospeches ni en lo más leve acerca de mis verdaderas intenciones. Tu crees que nos veremos mañana en la tarde porque yo no pude cancelar un curso por la veterinaria –o eso es lo que te dije–. Los chicos en la tienda ya están avisados de que no es así y han sido partícipes invitándote a almorzar para que parezca más real todo.

Me dirijo a la cocina de nuevo, hoy particularmente no tengo ganas de lavar al loza, pero como no voy a volver hasta el Domingo en la noche, sería muy poco conveniente dejar los platos sucios. Demoro muy poco en mi faena y me dirijo a mi pieza.

Me cambio ropa batallando mínimamente con mis opciones, me decido por algo cómodo y bonito: jeans y un chaleco. Guardo un conjunto parecido en la mochila, junto con ropa interior, perfume y mi cepillo de dientes. Acomodo uno de tus regalos también. Luego me voy al refrigerador para sacar la torta y guardarla en su respectiva cajita, recuerdo las velas y corro a guardarlas en la mochila. Me pongo un abrigo, una bufanda y un gorro para apalear las bajas temperaturas del invierno. Por último cojo las llaves de la casa y del auto y la cajita con la torta. Estoy listo, que empiece la aventura.

Llego a tu edificio un cuarto para las doce de la noche y saludo cordialmente a tu conserje. Tomo el ascensor de inmediato aún tengo que arreglar la torta con las velitas, y apenas el ding del ascensor me indica que he llegado a tu piso, salgo disparado hasta quedar afuera de tu puerta, pongo la cajita con la torta en el suelo y dejo el dulce unos centímetros más allá. Tomo la caja en mis manos y doblo el cartón intentando no hacer ruido, y al divisar un basurero al final del pasillo, tiro lo que queda de la cajita allí. Saco una vela con un 2 y un 5 y las entierro en la torta. Me quedan unos 3 minutos. Busco el encendedor que compré exclusivamente para prender la velas, entre los nervios me cuesta recordar que lo deje en uno de los compartimientos de adelante, cuando lo encuentro suspiro aliviado porque acabo de ver en mi reloj que me queda menos de un minuto para encender las velitas. Una vez que las prendo guardo el encendedor en la mochila, me la pongo y tomo la torta por abajo con sumo cuidado de no apagar las velas. Quince segundos, me preparo para hacer la cuenta regresiva: 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1.

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