Capítulo 31 El análisis

260 13 0
                                    

¡¡Ya más de 30 capítulos!! Cuando comencé esta historia pensé que no llegaría a los treinta o el capitulo treinta seria el capitulo final, sin embargo esta bella historia sigue sorprendiéndome genera cada vez más ideas y siento que tengo que hacerlas realidad.

A partir de este capítulo hay una sorpresa ¡si otra mas de mis locas ocurrencias! ¿debería Emma volver con Christian ahora que Alex es su hermano? ¿ho tal vez el amor nace en donde nunca se lo imagino?
Aquí los dejo con el capitulo 31 y les advierto que comienza con un salto en el tiempo.

(Dos meses después)

Alex:

Mi vida ¡vida! ¡estúpida vida de mierda!, se podría decir que volví a ser el Alexander de simpre, carreras, alcohol, sexo.

Me desperté con un maldito dolor de cabeza, la respiración de Irina dormida a mi lado totalmente desnuda no era novedad para mi, curiosamente se vino a vivir aquí a San Luis, no tenemos una relación ni nada pero al menos no molesta y sabe que no es la única pero al parecer eso no le afecta.

Fui hasta el baño y me pare frente al espejo, ya no me reconocía, mi cara dejaba ver que estaba muerto, ¡vivir! Es una cosa muy distinta a respirar y eso hacia yo solo respiraba, lave mi cara con agua fría y volví a verme en el espejo ¡ojeras y mi rostro sin rasurar de días era ahora algo normal en mi!.

-¡tengo que irme campeón!- Irina me veía en el marco de la puerta despeinada con su vestido puesto y los zapatos en la mano.

-¡bien!- le contesto volviendo a verme en el espejo y contemplando a la persona que mas odio ¡yo!

-¡te deje un regalito para después! ¡no hace falta que me lo agradezcas!- dio media vuelta y salio de la habitación.

Me sentí liberado cuando se fue, si bien la pasamos "bien" juntos, una vez que todo pasa la deseo lejos. Me di un buen baño y me puse unos jeans gastados y una camiseta blanca, estaba saliendo de la habitación cuando recordé que me olvidaba de las llaves, me acerqué a la mesa y allí estaban y a su lado un paquete con cinco pastillas, tome ambas y sali de casa, una vez más como casi todos los días fui hasta allí.

Me quedé arriba de la moto observando el lugar, recordando extrañando y deseando con todo mi ser que todo fuera una maldita broma, pero eso nunca sucedía, ¡nadie llegaba a decirme que era un chiste , un mal chiste nadie me decía que era un herror y eso me mataba dia tras dia!.

Estaba concentrado viendo el lugar cuando mis ojos pudieron ver lo que buscaba, allí estaba tan hermosa como siempre ahora su pelo estaba mas claro y lo usaba en hondas que le enmarcaban su bello rostro, iba caminando con sus carpetas en la mano y sonreía mientras hablaba con sus amigos, sonreí al verla que ella lo hacia, saber que estaba bien me daba un poco de paz en medio de toda esta tormenta, pero aun mis sentimientos por ella seguían intactos y me sentía enfermo por desearla por extrañar sus labios su piel, ¡no debes pensar en eso me repito día tras dia, y cada nuevo día lo vuelvo a hacer!.

Arranque mi moto y sali de allí a toda velocidad acelerando ¡basta! ¡basta! ¡debes olvidarla!
Llegue al bar de mala muerte que se había vuelto mi segundo hogar y pedi una cerveza, el lugar era un asco pero allí sólo era yo y mis demonios.

Mi celular sonaba y el nombre de William apareció en la pantalla ¡aquí vamos otra vez!.

-si- ya no quería escuchar más lo mismo.

-¡hijo! Te extraño, ¿como estás?- si otra vez lo mismo.

- bien - me dolía hacerlo sufrir, pero no podía dejar que mi padre me viera asi.

Alexander   Amor Y OrgulloOnde histórias criam vida. Descubra agora