Cap 55: FINAL

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MATT

|MESES DESPUÉS|

Me levanto de mi cama, camino hacia el baño y cepillo mis dientes, termino y camino hacia la ducha.

*

*

*

Beso la mejilla de mi madre antes de salir de casa, afuera me encuentro con Candela y Adriel, los saludo con la cabeza y camino por las calles del pequeño pueblo de Andalucia. En mi vida había notado lo hermoso que era aquí. Todo tan rústico y tranquilo.

A lo lejos puedo ver a quien salvó mi vida y me permitió salvársela a ella también. Mayra me ve y sonríe tímidamente. Es imposible no recordar eso.

|FLASH BACK|

Corriendo con Venezia, noto a todos unidos, sonrío y me acerco a ellos, todos me miran con tranquilidad al escuchar las sirenas de policías, yo también la siento. Decidímos caminar juntos, no podía dejar de preocuparme por Venezia, pero oía su respiración, podía escuchar su corazón latir.

─¡Matt, cuidado! ─ doy vuelta al escuchar eso y soy golpeado por un hombre, el cuerpo de Venezia cae junto con el mío, Adriel toma al sujeto y lo golpea, pero este saca un arma logra dispararle a Amelia, me levanto y corro hacia él golpeándolo contra la pared, esta cae sobre nosotros, tomo el arma y le apunto.

─¿Quién eres?

─Soy el final de todo esto ─ miro hacia Venezia y jalo el gatillo, la sangre me salpicó por todo el cuerpo, salgo y noto a Mayra cubrir su boca, Candela presiona la herida que dejó en el cuerpo de Amelia.

|FIN DE FLASH BACK|

¿Cómo te sientes el día de hoy?

Sonrío.

─Lo bastante bien como para que mi gran amiga me abrace.

─Oh, idiota ─ ríe y me abraza, río junto a ella y devuelvo el abrazo ─ ¿Venezia...

─No lo sé.

Corté todo tipo de charla acerca de ella. No hemos sabido nada, solo que al despertar, se escapó de hospital y no volvimos a saber nada de ella. Me rompió el corazón, no supe el por qué, pero sin dudas debo dejarla ir. Su mente ha explotado y si tal vez eso la ayudaba, entonces fue un alivio dejarla ir.

─¿Crees que a Dylan le guste mi cabello de esta forma? ─ la veo, tiene su cabello recojido con un moño rosado, niego y ella me golpea.

─¿Estás nerviosa por Dylan o por la universidad?

─¡Ambas!

─¡No puede ser, Mayra!

─Sí puede. Digo, debo verme bien. Hay cosas buenas que pueden conseguirse luciendo bien.

─¿Que tu maestro te apruebe por estar buena?

─Además ─ río y subimos por las escaleras de la universidad. Mayra y yo estábamos en nuestro primer año de Ciencias Médicas, al igual que Dylan, pero él solo quiso ser enfermero.

Mayra y Dylan se dan un pequeño beso al verse y se adelantan, veo mis agujetas sueltas así que me agacho y las comienzo a atar, mi celular suena, lo saco y veo que es Tomas, atiendo.

¿Matt, me prestas tu auto? Tengo una cita.

¿Cuándo te darán el tuyo?

No pongas ese tono, Matthew. Necesito el auto. Sí o no.

No lo rayes, no quiero condones usados, nada de ropa interior de mujeres y lo más importante, nada de rasguñar mis asientos.

¿Con quién crees que hablas? Digo... ─ dejé de ponerle atención al celular cuando a lo lejos veo a Venezia mirarme, luce totalmente diferente, ella está más delgada y su cabello está aún mas claro de lo normal, cuelgo el celular y voy hacia ella.

Su rostro seguía igual, era tan hermoso desde que lo vi por última vez, escucho el timbre de la universidad sonar, la gente comienza a correr hacia dentro, me hacen perder de vista a Venezia, todos ya pasaron, pero casi caigo. Una mano me sostiene, trago al verla tan cerca de mí. Es como verla por primera vez.

─¿Estás bien? ─ asiento, ella nota su mano en mi brazo y lo aparta, no entendí su acción.

─¿En dónde has estado todo este tiempo?

─¿Me conoces? ─ frunce el ceño, abro mis ojos de sorpresa, asiento y trato de acercarme, pero se aparta ─ ¿quién eres?

─Soy tu... ─ pienso rápidamente. Ella no me recuerda ─ soy Matt Ríos.

─Mucho gusto, soy Venezia Sanna, o eso creo ─ sonríe y me muestra sus perfectos dientes ─ ¿Estudias aquí?

Asiento.

¿Cómo pasó esto?

¿Crees poder ayudarme? Estoy buscando a mi madre.

Me tomo varios segundos reaccionar a eso.

─¿Qué?

─Busco a mi madre. Pero esto es enorme y no sé cómo será para llegar al salón 55.

─Ven, yo te guío.

Ella me sonríe y asiente, caminamos juntos adentro de la universidad.

─Creo que te me haces familiar.

─¿Es porque soy muy guapo?

Ella ríe y niega, deja de caminar, volteo y ella rápidamente une nuestros labios en un beso. Se separa y sonríe, estoy en shock.

─No, creo que es porque eres mi novio y jamás podría olvidarme de ti aunque quisiera hacerlo.

─Mierda, Venezia ─ le doy un beso y la cargo en el aire para darle vueltas, la bajo y acomodo un mechón de cabello rebelde ─ ¿por qué esa broma?

─Para romper el hielo, nerd. Te amo.

─Ay, Dios. No sabes cuánto esperé por esas palabras.

─Esperaste siete meses y diez días según mis cálculos.

Río y la vuelvo a besar. Se me hizo imposible no verla después de tanto tiempo sin hacerlo. Estaba más hermosa que nunca. Nunca iba a perder la fe de que ella volviera.

─Quiero explicarte todo...

Niego.

─No importa tus razones. Estás aquí, pequeña. Siempre iba a esperarte, aunque se fuera mi vida por ello.

─Gracias de verdad. Tú eres lo más importante. Gracias por haberme salvado, en todo sentido. Siempre estaré en deuda contigo.

─Puedes pagarme casándote conmigo ─ tomo sus manos y deposito un suave beso en ellas, esta se sorprende ─ ¿Quisieras ser mi compañera de vida?

─Mierda ─ dice, levanto mis cejas y ella ríe ─ ¡Sí! ─ vuelvo a abrazarla.

─No quiero soltarte jamás. No te vayas nuevamente, Venezia.

─No lo haré.

─¿Lo juras?

Asiente y vuelve a besarme.





FIN








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