Cap 42: El accidente. 2/2

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NARRADOR OMNISCIENTE

Matt hacía lo imposible por pasar hacia donde se encontrara Venezia, pero no podría si las maderas en llamas caían sobre él y el humo llenara sus pulmones evitando respirar con facilidad. Tose y sigue caminando con dificultad hacia la cocina, allí se encontraba un matafuego, pero para si desgracia éste no había sido recargado hace ya mucho tiempo.

─¡Venezia!─ grita y se apresura a moverse pues una gran parte del techo caería sobre él, abre sus ojos al ver tal desastre. Su respiración comienza a volverse nula al igual que su vista, pero entonces logra escucharla.

─Matt.

Sus ojos se abren como pueden, pero el humo hace que tosa con más fuerza. Camina siguiendo el sonido de la voz de su pequeña novia, la ve tosiendo en el suelo, el rostro cubierto de cenizas y atrapada debajo de madera quemada, corre y se tira en frente de ella, toma sus mejillas y le da un beso en la frente, mira la situación y como puede trata de sacar la madera.

─Mierda, Venezia─ su pierna estaba muy debajo de la madera ya apagada, ella hace una mueca de dolor y asiente. Necesitaba quitarle ese peso de encima para poder largarse de allí.

Levanta las maderas y ella grita, no lo piensa dos veces y la carga entre sus brazos, con ella buscan una salida no bloqueada.

─La puerta trasera─ dice ella, él asiente y camina con ella, se para en seco al ver cómo las escaleras de esa casa ya habían provocado que el incendio pasara a la segunda planta.

MATT

Salimos de la casa justo a tiempo, y se había prendido totalmente y algunos minutos más allí habrían provocado dos muertes. Esto fue una mala pasada del destino.

─Coloque a la joven en la camilla y aléjese lo más que pueda. Por favor.

Sin entender eso, dejo a Venezia en la camilla, ella hace muecas de dolor, trato de acercarme, pero mis manos son sujetadas por atrás, volteo y veo a un policía esposarme.

─¿Qué hace?─ preguntó.

─Queda arrestado por incendiar una propiedad privada. Tiene derecho a guardar silencio. Todo lo que diga será usado en su contra en un tribunal des distrito.

─¡¿De qué mierda me está hablando?!─ grito y trato de liberarme, pero él me da un golpe en la pierna y caigo de rodillas, levanto mi vista y veo como la ambulancia se llevaba a Venezia, le grito pero luego todo se vuelve negro.

VENEZIA

¿Qué hacen? ¿por qué se lo llevan?─ trato de levantarme, pero un fuerte dolor de cabeza hace que me siente y mire hacia la luz blanca que estaba arriba mío.

─No sabemos qué sucede. Pero debe calmarse. Tiene quemaduras en el cuerpo y necesita ser atendido.

Niego y trato de levantarme de la camilla, los dos paramédicos sujetan ambos brazos y piernas, uno de ellos saca una jeringa com aguja y lo inyecta en mi brazo.

─¡No tienen ni idea!─ grito molesta. Comienzo a sentir sueño, mis ojos pesan y por más que intentara no dormir no lo consigo.

*

*

*

Estará bien, sólo hay que dejarla descansar─ escucho entre sueños, poco a poco abro mis ojos y la gran luz arriba mío hace que me lleve mi mano hacia esta para evitar que me moleste, suspiro un poco pesado y veo y claramente a la madre de Matt con preocupación.

─¿Dónde está Matt?─ mi voz sonaba ronca y seca, la doctora me ve y rápidamente me acerca un vaso con agua, lo tomo y siento el líquido refrescante pasar por mi garganta, Margaret me mira un poco triste y se sienta a mi lado.

─Las dejaré solas para que hablen. Venezia, no podrás irte hasta cumplir las cuatro horas de vigilancia.

Asiento y miro a Margaret.

─¿Y Matt?─ vuelvo a preguntar.

─No lo sabemos, Venezia.

─¿Cómo que no? Se lo llevó la policía antes de traerme aquí. Él no hizo nada.

─Sé que no. Pero llamamos a la policía de aquí y no hay registros de que Matt haya sido arrestado. Marian ya está buscándolo, pero será difícil encontrarlo sin alguna pista lógica.

No podía creer lo que ella me decía. Él no podía desaparecer. Él debía estar bien.

─Quiero irme y ayudar a buscarlo.

Ella niega, frunzo mi ceño.

─No podemos infringir la ley, Venezia. Debes permanecer aquí hasta confirmar que estás bien.

─Estoy bien. Mira─ muevo mis brazos correctamente, mis piernas funcionan bien y mi cabeza ya no duele. Tengo algunas vendas por las quemaduras, pero se irán con el tiempo.

─No puedo dejarte que hagas eso.

─¡¿Y qué pasa con el incendio?! Alguien tan lunático prendió fuego mi casa, lastimó a Candela y sé llevaron a Matt.─ digo indignada─ ¿dónde está Candela? ¿cómo está? Quiero verla.

─¿Tu amiga? Está bien. Le tuvieron que coser una parte de su cabeza. Nada grave.

Si Margaret no me iba a dejar ir, entonces necesitaba idear un plan para escapar y buscar a Matt. Sé que todo esto fue idea de ellos. Lo presiento. Pero ya se pasaron.

─Necesito dormir─ informo, Margaret asiente y me da un beso en la frente para luego marcharse.

Espero algunos minutos ─que controlo con el reloj en frente de mí ─ y junto fuerza para quitarme el estúpido suero de mi brazo, me muerdo la lengua para no gritar y me coloco mis zapatillas, corro un poco la puerta y confirmo que no hay nadie. Pero para mí desgracia, Margaret estaba hablando con alguien que me daba la espalda, ruedo mis ojos y me vuelvo a meter en la habitación, veo hacia la ventana y niega al ver la gran altura que había aquí. Todo parece jugar en mi contra.

Vuelvo a abrir la puerta y sonrío al ver que no hay nadie vigilando, veo mi ropa y niego al ver la sangre, pero no hago caso. Salgo rápidamente y con cuidado. Me dolía hasta respirar. Paso por el lado de una enfermera y le sonrío, me devuelve la sonrisa. Camino hacia el ascensor y doy un gran suspiro al ver que las puertas se cierran, presiono la primera planta, pasan segundos y ya estaba abajo, salgo rápido fuera del hospital.

Aquí comienza todo.

MattDonde viven las historias. Descúbrelo ahora