Cap 16: Muerte en North Like

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Ya eran las 07:10 y me tuve que levantar forzada por mi misma. Mayra estaba enferma o al menos eso es lo que ella me dijo, tuve que llevarle su desayuno.

Al terminar de desayunar fui al baño y como pude peine mi pelo todo enredado y cepille mis dientes.

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Estuve 15 minutos caminando hasta que por fin llegué al colegio. Estaba lleno de personas con cámaras y micrófonos, tratando de hablar con cualquier alumno que cruzara las puertas de North Like. Visualizo a Matt, él llega hacia mí, cubre mi cara con su chaqueta y abre paso entre la multitud.

─¿Qué está pasando?─ digo acomodando mi cabello.

─Asesinaron a una de las amigas de Carolina.

Me tomó varios segundos reaccionar, cuando el equipo de paramédicos llevaba en una camilla un cuerpo cubierto en una bolsa negra. Matt me abraza haciendo que mire hacia otro lado. Todo eso me está dando una sensación incómoda, como si me hubiera pasado con alguien cercano, aunque no era así.

Recorro con mi mirada hacia Marianella, que estaba junto a Adriel. Ambos están mirando la nada.

─Una mierda todo─ dice Tomas llegando a nuestro lado.

No podíamos decir nada, estábamos tan sorprendidos y shockeados que tal vez se nos pasó por alto los llamados del director al salón de avisos. Matt estaba sin expresión, pero tomó mi mano para darme apoyo. Se lo agradezco con la mirada y caminamos entre las miradas de los demás.

Tomamos asientos en los que están al medio. 

─Alumnos─dice el director─, el día de hoy y durante unos días la policía de este pueblo abrirá un caso donde investigarán la muerte de la alumna Sophie Evans, quien ha sido una alumna ejemplar en deportes y ajedrez. Esperemos que esté en la santa gloria de Dios. Nos estaremos viendo mañana, hoy serán suspendidas las clases por duelo. 

Carolina se acerca a su padre y le dice algo en el oído, él asiente y la abraza.

─Aquí unas palabras de su  mejor amiga, Carolina Martines.

Las personas comienzan a soltar lágrimas, los chicos y yo no decíamos nada por el shock. Aún no se podía creer que una alumna haya muerto de forma extraña, o más bien, la hayan asesinado.

─Como todos saben, So era mi mejor amiga y la única en quien confiaba─ se calla por varios segundo y limpia un par de lágrimas de sus ojos─, no me puedo imaginar cómo será de hoy en adelante y, quisiera pedirles a todos ustedes, en nombre de ella, que por favor colaboren con un altar que dejaremos puesto en su pupitre del salón 0802 Es todo. Gracias.

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Matt, Marcos, Sofía, Marianella, Adriel, Tomas y yo estábamos sentados en unas mesas de un café, mirando la nada. 

No nos entraba en la cabeza lo que pasó. Es como que no se puede procesar directamente una noticia por miedo que esté mal dada o directamente sea falsa. Nosotros no podíamos hacerlo porque nos resulta tan extraño que nos deja un gusto amargo en la boca.

─Bueno...─ dice Adriel─, ¿alguien más siente como si estuvieran observándolos?

Todos nos miramos entre sí y negamos. La verdad es que siento que algo me estaba atormentando, pero no sé qué.

─Debemos ayudar con lo del altar─ dice Marianella. Los chicos, excepto Matt asienten.

─No cuenten conmigo─ dice éste, todos lo miramos, él toma su chaqueta y me mira.─ ¿Vienes?

Me levanto y despido a los chicos, salgo con Matt, él enciende su cigarrillo y camina junto a mi lado. No sé a donde vamos, pero el silencio de caminar junto a Matt es abrumador, como si el entorno estuviera pesado.

─¿A dónde vamos?─  decido preguntar, él me señala un árbol lejano, dentro de un parque ya abandonado y con el césped crecido.

No digo más nada y me siento en una de las raíces enormes del árbol. 

MATT

No siento nada al respecto, pero Venezia se ve realmente afectada. Es por ello que decidí traerla aquí, donde nadie molesta y nadie llega. Un lugar que sí vale la pena visitar de ves en cuando. Tiro mi cabeza, cierro mis ojos y sólo escucho la respiración de Venezia y el sonido de los autos pasando. No suena tranquilo, pero lo es.

Comienzo a rascarme los brazos de manera rápida. No quiero arruinarle la tranquilidad a ella. De mi bolsillo saco mi cocaína, ella abre sus ojos y se sorprende.

─Matt...─ dice, pero niego cerrando mis ojos. No quiero saber qué es lo que piensa.─No─ dice levantándose─. ¿En serio tanto lo necesitas que no puedes respetar el duelo de alguien? ¡es idiota de tu parte!

No digo nada, solo la veo, de esa forma puedo memorizar cada expresión, cada parte de ella que tanto me gusta y que aún no entiendo el por qué.

─Si quieres irte, hazlo. Yo no te obligo a quedarte conmigo, Venezia.

Ella asiente enojada, se da vuelta y comienza a alejarse lentamente, con los puños cerrados. En mi mente solo se cruzaba ir detrás de ella, pero mi cuerpo solo me pide inhalar el polvo en mis manos. Si mi mente pudiera tener la suficiente capacidad para ir detrás de ella, lo haría sin dudas, pero estoy aquí haciendo lo que no, por cobarde y por idiota.

Mi cobardía a veces es un defecto que no puedo evitar tener, pero es imposible dominarla. Nunca había sentido la necesidad de ir detrás de alguien, por lo general lo hacían por mí, pero desde que la vi pensé que tenía algo único que las demás no, luego está su historia, de donde viene. Mierda. La he tratado como un maldito juguete y una basura, siendo que ella lo que merece es algo mejor que yo...

No quiero ser esto, pero es lo único que jamás se aleja de mí y que siempre vuelve por más de mí...

MattDonde viven las historias. Descúbrelo ahora