El árbol

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- Bueno, nos vemos después en la escuela - dijo Carlos antes de darme un beso en la mejilla y salir por la puerta.
- ¿Qué trabajo hicieron? - preguntó Luis Fer.
- El de literatura - respondí.
- Vale, ¿Quieres ir al cine? - preguntó de nuevo.
- Si - dije intentando que no se notara mi nerviosismo.
- ¿Tu madre? - preguntó.
- Arriba, se está bañando - dije.
Luis Fer me rodeo de la cintura y me besó, fue uno de esos besos tan fugaces que te herizan la piel, te hacen perder los sentidos, hacen que tu corazón lata tan rápido que hasta el vecino puede escuchar los latidos....
De pronto escuchamos unos pasos, era mi madre quien estaba bajando las escaleras.
-¡Oh lo siento! - dijo ella tapándose los ojos.
Luis Fer y yo nos sonrojamos antes la situación que había visto mi madre.
- Lo siento madre - dije tapando mi cara.
- Esta bien cariño - dijo bajando las últimas escaleras - Buenos días Luis - dijo sonriendo.
- Buenos días señora - respondió apenado.
- ¿Te quedas a desayunar? - preguntó.
- De hecho - dije - él trajo el desayuno.
- ¿Enserio? No te hubieras molestado, gracias - dijo mi madre.
- De nada señora es un placer - dijo.
Subí a mi cuarto por una chamarra cuando sonó mi celular.
- No te besa como yo - dijo una voz conocida al otro lado del teléfono.
- Tonto - reí.
- Me adoras - dijo.
- Demasiado - respondí.
- Te ves bonita sin sudadera - dijo.
- ¿Cómo sabes........
No puede terminar la pregunta, mire por mi ventana y Carlos estaba arriba del árbol que da a fuera de mi cuarto, estaba despeinado por el esfuerzo que había hecho para subir, no puede evitarme reír ante sus ocurrencias.

Nos vemos a escondidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora