Paul le quitó sus días de descanso. No lo hizo por ser mala persona, simplemente estaban apretados con el tiempo y uno de los empleados había renunciado. Hizo trabajar más a Harry, y a Harry no le quedó otro remedio que hacerlo y despedirse de las horas que le dedicaba a Louis.
Mientras trabajaba no podía concentrarse. Lo único que ocupaba su cabeza era su padre y Louis.
Esperaba que ambos estuvieran bien.
Sabía que probablemente aún era muy joven para estar preocupado por dos personas que claramente podían salir adelante por sí solas, pero bueno... Harry hacía lo que podía.
Se preocupaba por Louis y por su padre y se preocupaba por preocuparse tanto por ambos.
Nunca se tomaba la oportunidad para preguntarse quién se preocupaba por él.
Porque enserio, quién se preocupaba por Harry?
Nadie.
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Su padre consiguió ayuda después de un día difícil. Harry estaba implicado y le tocó el peor de los roles.
Sería justo decir que Harry estaba pasando el peor momento de su vida.
Su padre había ido al departamento que compartía con su hermana y había intentado llevárselos a los dos, alegando que no había necesidad de que fueran tan exagerados como para marcharse. Su hermana se escurrió del agarre pero Harry no había podido liberarse. Trató de zafarse, pero eso sólo había puesto violento a su padre y había terminado golpeándolo.
El incidente había ayudado a despertar a su padre. Algo andaba mal con él y debía buscarse ayuda. No podía ir por la vida golpeando gente. Y Harry agradeció que al menos el infierno por parte de su padre terminara.
Aunque su pómulo izquierdo luciera oscuro y levantara miles de preguntas curiosas, continuó con su vida e hizo hasta lo imposible por visitar a Louis, quien simplemente había visto su pómulo conteniendo la respiración y conteniéndose a hacer preguntas también.
Cuando logró ajustar su agenda y llegó frente a la puerta de los Tomlinson, tocó tratando de no lucir tan desesperado. Pero sí estaba desesperado. Claro que estaba desesperado.
Nadie le abría.
- Louis? – Sin respuesta. Harry se asomó por todas las ventanas. – Johannah?
Nada.
'...A veces me pierdo', resonaba en la cabeza de Harry mientras intentaba averiguar si había una ventana en la cocina.
Que Louis gustara de perderse ya no le parecía un chiste a Harry. Le daba miedo. Le causaba casi un ataque de pánico, a decir verdad.
Buscó todas las entradas posibles estando seguro de que Louis estaba ahí. Era un presentimiento que le hacía helar la sangre. El hecho de saberlo con tanta seguridad le hacía sentir el corazón latiéndole en la cabeza y garganta.
Entró y gritó el nombre de Louis una millonésima vez más. Después gritó el nombre de la madre de Louis. Ninguno de ellos contestaba.
Harry encontró a Johannah en la cocina, fumando y con la mirada perdida en la nada. Harry le preguntó por Louis pero la mujer no le contestó.
Maldijo y entró a la habitación, donde encontró finalmente a Louis.
Se detuvo en seco con su pecho subiendo y bajando de forma frenética por la desesperación y el terror.
Estaba en su cama.
Dormido.
Estaba dormido... tenía que estar dormido.
Por favor que esté dormido; Pensó, dudando en acercarse.
Cuando estuvo a centímetros de distancia aguzó su vista y sus piernas y brazos se helaron al notar que Louis no estaba respirando.
-Lys
Créditos a: Mafesponja
