Capítulo 18.

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Lauren Pov:

-Y bueno, Camila consiguió un apartamento, ya sabes como es. -trataba de explicar a James el por qué Camila ya no se estaba quedando en nuestra casa.

-Creo que es mejor que te quedes ésta noche con Mila, yo me quedaré en la habitación que ella estaba ocupando. -o James era muy ingenuo o muy bobo para no darse cuenta de lo que ocurría entre Camila y yo, más confiado no podía ser este hombre.

Yo miré a Camila y ni siquiera me dió chance de responder, ella asintió de inmediato y la verdad es que yo no me enojé; estar a su lado me hace sentir protegida.

James se fue luego de varios minutos -obviamente no se fue sin un beso de despedida, cosa que me hizo sentir fatal porque Camila estaba ahí- y lo único que en realidad quería era descansar,  pero antes de eso comencé a saltar encima de la cama soltando una que otra carcajada.

-¿Y ahora? -preguntó Camila y luego se echó a reír negando.

La risa de Camila es hermosa, se me es agradable escucharla, me relaja; me hace sentir que vale la pena vivir. Podría escucharla toda la vida sin cansarme, con la misma emoción que la oí  primera vez.

-Estoy preparando la cama para que puedas dormir, sólo que de una manera divertida, como los viejos tiempos.

Camila no podía dormir en una cama ordenada, le daba ansiedad. Recuerdo que la primera vez que dormimos juntas estábamos en mi habitación y eran como las tres de la madrugada cuando sentí a Camila dar vueltas y vueltas a tal punto que me hizo caer, ella estaba roja de la pena y se veía realmente adorable, fue ahí cuando me contó lo que le pasaba, desde ese día empezamos a saltar en la cama antes de dormir.

Poco a poco yo fui conociendo lo que le causaba ansiedad y ella fue ayudándome a controlar los ataques de nervios.

Yo estaba loca cundo acepté casarme con James.

O tal vez loca no, estaba dolida.

Camila Pov:

Un vacío se estaba apoderando de mí, a pesar de que el corazón estaba que se me salía cada vez que Lauren me sonreía y me daba besos en la mejilla, el miedo de perderla le estaba ganando a todas mis emociones.

-¿Estás bien?— preguntó la dueña de mi mundo y yo solamente le sonreí en forma de respuesta. Ella frunció el ceño y mordió su labio inferior -, Camila, sé que te pasa algo. —yo no tuve remedio más que ser sincera.

-Hoy estamos aquí, acostadas. —la mire con tristeza y suspiré. -Yo tengo la fortuna de verte en tu más linda faceta, te vez hermosa sin maquillaje, despeinada y con tus ojitos hinchados luego de haber tenido un mal rato —Lauren me miraba atenta y yo me iba poniendo más nerviosa. -, no sabes cuánto maldigo por haberme ido. Dañé nuestra fantasía —las lágrimas ya estaban haciendo presencia cayendo en mis mejillas y de inmediato sentí como el corazón se me iba ahuecando. Tan solo hablar de lo estúpida que había sido me ponía mal y Lauren solo me miraba, así con su mirada tierna, con ese amor tan profundo que expresan sus hermosos ojos. -, hoy te tengo, pero mañana vas a estar con él y yo bueno, buscando sexo, buscando a alguien que me quiera por un rato porque ya nadie es tan valiente de quererme como lo hiciste tú. Quiero que el tiempo se pare justo ahora para quedarme en éste maravilloso momento, no sabes cuánto lo deseo. —es increíble la forma en la que estaba llorando, como si me hubiesen quitado algo y es que como no, estaba perdiendo al amor de mi vida.

-Ey, ya. —sentí su abrazo y lloré aún más. -Camila, también quisiera que el tiempo se parara justo ahora y nos quedáramos viviendo nuestro momento para siempre mi amor, pero no podemos, nuestra realidad es otra. —yo trataba de calmarme y dos palabras me hicieron sonreír por un momento "mi amor" -Nuestra realidad está llena de malas decisiones y por eso ahora está hecha un infierno.

Y tenía toda la razón.

Nos quedamos unos cuantos minutos en silencio, solo escuchando nuestras respiraciones y mirándonos como si fuese la última vez. Sus ojos siempre lograrán llevarme a mundos desconocidos, ella y su manera de decirme las cosas, sabiendo que puedo leer su mirada, que siempre sobran las palabras cuando se trata de nuestros sentimientos.

Tenía unas ganas tremendas de besarla. De hacerle el amor. De besarle la frente y sentir como sonríe ante la acción. De besarle los labios y comerme su sonrisa. De desnudarle el alma y ver su preciosa luz tan brillante; esa era mi forma más pura de hacerle el amor. Las otras formas ya son más explícitas y no tenía ganas de eso.

No aguanté más y la besé con ternura, ella me correspondió y sonrió en medio del beso (de eso era de lo que hablaba), el pecho me dolía de tanto amor.

-Te a... —Lauren me interrumpió con un beso.

-Ya lo sé. Lo sabemos. —la princesa de mi reino acarició mi mejilla y me hizo sonreír de inmediato.

-Ya te estoy echando de menos.

-No será por mucho.

La mejor amiga de mi esposo. 'Camren'.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora