Problemas

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Sin pensarlo dos veces me giro en su dirección y avanzo rápida y amenazante. Alcanzo su muñeca y lo jalo nuevamente hacia la habitación con brusquedad. Cierro la puerta y golpeo la pared justo al lado de su cabeza sin dejarle salida. Su rostro luce algo desconcertado, me doy cuenta que no veía venir esta reacción de mi parte. A estas alturas del partido no voy a a dejar que nadie me pase a llevar y me desprecie como a una novata. Mi furia se traspasa a sus ojos.

―Mira niñito mimado―comienzo a decir entre dientes.

―¿Qué crees que haces…?

―¡Cuando yo hablo me escuchas!, ¿Entendido?―ordeno―No me importa cuánto tiempo me lleve pero todo esto que ves a tu alrededor será mío―apuntándole con mi índice―Ningún niñito como tú me intimida por si eso querías lograr―advierto con mi tono más tranquilo y con una leve sonrisa despreocupada.

―Eres una zorra―bufa arrugando la nariz.

―Sí, y una muy buena―sonrío de manera burlesca. Retrocedo un paso―Asique supongo que estamos ambos en el juego―froto mis manos con suavidad―Que gane el mejor―fijo mi vista asesina en sus ojos.

Eso es. Ese es el rostro que amo ver. Supongo que la escena no salió como esperaba. De todos modos no debo bajar la guardia. Ha demostrado saber más de la cuenta pero por ahora me basta haberle aclarado con quien se está metiendo. La impotencia brota de sus ojos en forma de chispas que casi puedo sentir quemarme en estos momentos.

Me le quedo observando con una leve sonrisa satisfecha de haberle robado el habla cuando de pronto ingresa Carlos nuevamente a la habitación.

―Siento la demora, llegaron más familiares y debía recibirlos, tú deberías ir a saludar también Henry―sugiere.

Sin despegar su mirada de mí asiente ante la sugerencia de su padre.

―Bien, lo haré―accede no tan convencido.

Observamos hasta que Henry sale de la oficina. Yo continúo con mi leve sonrisa. La puerta se cierra y Carlos vuelve su vista hacia mí que he tomado posición sentada sobre el escritorio con una pierna sobre la otra balanceándola lentamente mientras acaricio mis labios mirando en otra dirección.

―¿Dónde estábamos?―pregunta Carlos caminando lentamente hacia mí.

―No lo sé, tengo muy mala memoria, ¿Podrías ayudarme a recordar?―pregunto jugueteando sin volver mi mirada hacia él.

Rápidamente se acerca hacia mí y me encierra entre ambos brazos.

―Claro cariño―susurra en mi cuello justo antes de comenzar a besarlo.

Dejo que haga cuanto quiera conmigo, siempre y cuando lo detenga al límite todo está bien. Ya no siento absolutamente nada con todo lo que puedan hacer. Al final estarán tan deseosos de pasar al siguiente nivel que no podrán evitar el tener que amarrarme a ellos para al fin tener por completo lo que tanto desean, que triste que justo antes que lo logren se darán cita con el infierno.

Salgo de la mansión satisfecha de haber concluido la siguiente fase con éxito. Camino a mi departamento marco a Dylan.

―¿Y a qué se debe el honor de su llamada madame?―Responde en tono irritante como siempre.

―Necesito que nos veamos―ignoro sus juegos―tenemos que hablar―respondo seria y cortante.

―Uyyy, no te oyes nada bien nena―responde algo ofendido.

―¡No me digas así!, ¡¿Puedes ser serio por una vez en tu vida maldito payaso?!―respondo explosiva.

―Bien, el restaurante de siempre en media hora….―responde resignado.

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⏰ Last updated: Oct 21, 2016 ⏰

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Hermosa MentiraWhere stories live. Discover now