No quiero perderte nuevamente

1K 51 6
                                    


NARRA DAKARIA: 

Desperté en un ataúd que no era mío, en una habitación donde sus ventanas estaban protegidas por mantas oscuras a tal modo que la luz solar parecía no tener oportunidad de filtrarse por sus rendijas. Este ámbito poseía un característico olor a manzana verde que nublaba todos mis sentidos, no era muy difícil después de todo adivinar con quién o en donde me encontraba en estos instantes.

Logré primero sentarme para evitar un posible mareo ante tal efluvio, pero antes de poder dar el siguiente paso y levantarme, alguien abrió la puerta de la habitación.

-¿Cómo te sientes Daka?- Su rostro estaba sereno más su aroma conservaba aún ese toque amargo como cuando nos encontramos nuevamente hace unas horas. No tenía idea de cuánto tiempo habría pasado exactamente desde entonces, por lo cual asumía que habían sido horas en vez de minutos. Me sentía cansada y sobre todo confundida.

-Bien, supongo- Mi voz sonaba ronca, resultado de haber estado llorando anteriormente- ¿Qué hora es? ¿Dónde estoy? ¿Cuánto tiempo he pasado aquí? Sylvania, mis padres, deben de estar preocupados por mí- No pude evitar tartamudear por lo rápido que hablaba y tampoco ocultar el nerviosismo y miedo que me embargaba.

-Espera, tranquila. No te levantes tan rápido, sólo haz pasado aquí una hora y media más o menos, te desmayaste, ya me tenías preocupado- Se acercó lentamente a mí como si temiera asustarme- ¿Qué te pasó Daka? Te estabas comportando de una manera muy extraña, tú no sueles ser así- Como respuesta a su pregunta sólo pude inclinar la cabeza hacia abajo en señal de rendición.

-Pasé el día en el cementerio, necesitaba estar sola un rato, aclarar tantas cosas, ya sabes, en pocas palabras organizar el desastre de mi vida- Traté de sonreír pero esta pareció más una mueca que otra cosa. Ya no tartamudeaba, pero hablaba lo más bajo que mis cuerdas vocales en ese momento me permitían- Cuando estaba por irme, apareció un... Un hombre que prácticamente me amenazó- Esta vez sí realicé una mueca intencionalmente- Me dijo que me cuidara, que el pasado siempre podía volver para pasar factura- Levanté mi rostro sin querer y pude observar a Murdo con la mandíbula tensa y los puños apretados tan fuertes que resaltaban los nudillos de sus manos en su hermosa piel de porcelana.

-¡¿Cómo?!- Explotó- ¿Era un vampiro? ¿Un humano acaso? ¿Quién se creé para amenazarte? ¡Por Drácula que lo mataré! ¿Te hizo daño?- Cuando menos lo esperaba, Murdo me tenía entre sus brazos, envolviéndome en un cálido pero necesitado abrazo.

-Sí, estoy bien no te preocupes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Sí, estoy bien no te preocupes. Cálmate que tú no matarás a nadie y mucho menos por Drácula- Mi pequeña broma sólo pareció enojarlo más, pero en ningún momento dejo de abrazarme- Era un vampiro, no lo conozco o al menos no lo reconocí en aquel momento, sólo sé que ese pasado tiene que ver con mis padres y más específicamente con mi madre- Mi voz sólo era un susurro cerca de su oreja derecha, no pude evitar estremecerme ante tal hecho, su aroma a estas alturas era hipnotizante a pesar de tener un toque amargo en él. Sus manos viajaban por toda mi espalda en modo de tiernas caricias, me sentía en el cielo.

Dakaria y Murdo: Un amor sin fronterasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora