Cruda realidad / Maratón 1-2

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NARRADOR:

Después de dos largos meses Dakaria estaba decidida a buscar a Murdo, necesitaba decirle que le perdonaba el no haber regresado, el no haberle confiado lo que estaba sucediendo, manteniendo así a su familia y a ella en un peligro grave y constante. Pero si algo tenía en claro, es que quería poder hablar con él en persona, escuchar su armónica voz y luego quizás probar sus labios y dejarse consentir con sus caricias y mimos.

Pero antes de poder dar un paso en falso había un inconveniente que aún no tenía fin en la vida de Dakaria, su relación con Dod Wentworth, un chico el cual conoció a través de la red social vampírica. Formaron un vínculo que empezó con unos simples "Hola, ¿Cómo estás?" de parte de ambos, llegando a un punto donde decidieron conocerse en persona para más tarde establecer una unión. Entre los planes de Dakaria no estaba el tener una relación precisamente, sólo necesitaba alguien con quién poder distraerse y olvidar su pasado, algo así como el dicho que dice: "Un clavo saca a otro clavo". Para ella el término "Formal" involucraba muchas cosas, y más si el conocer a la familia del otro encabezaba esta lista, en su caso, ese hecho no había sucedido bilateralmente.

Aunque su relación con Dod fue corta, sentía que había muchas cosas que aclarar entre ambos, desde aquella noche, ese fatídico día del concierto de inauguración de Krypton Krax no se habían vuelto a comunicar, para Dakaria esa relación había concluido en ese momento aunque no fuera de la mejor forma.

Lo que ella no se imaginó en ningún momento es que una persona cuidaba sus sueños desde algún lugar fuera de su ventana, para Murdo verla dormir, sonreír y hablar en sueños, era como visitar el cielo todas las noches, uno a el cual se le había negado la entrada por ser la criatura sobrenatural que era.

Murdo por su parte no encontraba la valentía para poder afrontar a la semi-vampiro, no tenía el derecho de reclamarle el no haberle buscado en todo este tiempo para poder así, terminar de aclarar las cosas entre ambos, de su pensamiento no salían las últimas escenas vividas con Daka, sus reclamos, su dolor cuando mencionaba el supuesto abandono por parte de él, sus besos... Ese día parecía que todo había quedado solucionado entre ellos, aunque claro, no sabía lo mucho que se había equivocado, entre sus deseos más profundos sólo estaba recuperar su perdón principalmente y luego por lo menos conseguir su amistad para poder empezar por algo.

Murdo amaba con locura a la hija de Mihai Tepes y haría lo que fuese por recuperarla. Durante dos meses soportó el verla desde una ventana, de escuchar su voz a través de los sueños de ella, pero llegó a un punto que sabía que no soportaría la situación por mucho más tiempo. Sus celos acabarían con él de un momento a otro, ¿Quién lo diría no? Un vampiro de 320 años con sentimientos, pero así era, poseía un constante miedo a perderla aún más, Dakaria en cualquier momento podía darse cuenta que en verdad llegó a enamorase de ese imbécil, el cual por su parte decía ser su novio y él no tendría ni siquiera la oportunidad de volverla a conquistar.


Dakaria y Murdo: Un amor sin fronterasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora