- Creciste demasiado pequeña - paso su brazo por mis hombros y me apretó un poco más - Ya no sé si llamarte de ese modo - me miro con nostalgia en su mirada

- Aun sigo siendo tu pequeña - pase mi brazo por su cintura y comencé a armarme de valor

- Perdimos mucho tiempo al estar separados, eso nunca se lo perdonare a nuestra madre. - suspiro y miro hacia el cielo mientras seguíamos caminando.

- Sobre eso... - respire profundo e hice que se detuviera - Nuestra madre...

- No quiero hablar de ella - intento zanjar el tema

- Esto es importante - me solté de su agarre y me coloque frente a el - Tienes que escucharme -

- No quiero saber nada acerca de esa mujer Katherine - dijo evitando mi mirada

- Tienes que saber esto, ella... -

- ¡NO QUIERO SABERLO KATHERINE! - su grito me sorprendió a tal punto que di un brinco y las pocas personas que estaban caminado nos voltearon a ver. Intente tomar su mando pero él me esquivo.

- Tienes que saberlo - le hable bajo

- ¡NO QUIERO JODER! - volvió a alzar la voz - No quiero saber ni una sola maldita cosa sobre ella, si se enfermó, se volvió rica, nos está buscando o algo por el estilo, no me interesa - Me dijo después de acercarse a mí y hablar con los dientes apretados - Ojala y este muerta -

- Pues lo está - fue casi un susurro pero el silencio que se formó alrededor de nosotros fue un claro signo de que me había llegado a escuchar.

- ¿Que dijiste? - me pregunto

- Nuestra madre murió - le dije y no pude descifrar su expresión.

- Se lo merece - fue lo único que dijo antes de darse la vuelta e irse dejándome atrás.

Regresé a Nueva York después de haber caminando por dos horas sin rumbo fijo, quise tiempo para pensar y también entendí que mi hermano necesitaba procesar todo, en especial lo que le dije y por eso lo deje marchar sin mediar palabra. De camino a mi morada, pensé en lo especial que había sido el día, en lo maravilloso que había sido el volver a ver mi hermano; su reacción ante la muerte de nuestra madre no me impresiono, al contrario la vi venir, el siempre recibió todos los golpes y nunca compartió su dolor.

- ¡Regrese! - Anuncie apenas entre en mi apartamento

- Diablos chica - Me hablo mi amiga quien se encontraba en el sofá con la computadora en las piernas - Contesta el maldito celular, si no es por el piloto de avión no sabríamos si estabas viva o no. - me regaño

- Que exagerada eres - le dije tomando asiento al lado de ella y me saque los zapatos

- ¿Lo viste? - pregunto dejando la computadora a un lado

- Claro que si - sonreí amplio - Era mi hermano amiga, al fin lo encontré - lágrimas de felicidad comenzaron a salir de mis ojos al recordar nuestro reencuentro

- Me alegro mucho por ti - me abrazo fuerte y acaricio mi cabello. Me serene un poco y me volví a acomodar en el sofá.

- ¿Donde esta Bastian? - pregunte al no sentir su presencia

- Está atendiendo la llamada de tus dos tormentos, no han dejado de llamar - rodo los ojos

- Querrás decir, Matthew no ha dejado de llamar, a Aaron no le importa -

- Que equivocada estas querida - se rio fuerte - Matthew solo llamo una sola vez, pero Aaron... Ese es otra historia, quise follar con Bastian aquí en el sofá pero el muy maldito nos interrumpió 7 veces - Coloco cara de tragedia y me reí a carcajadas

Nuestra para amar. (Nuestra Ángel Nuestra Diabla)Место, где живут истории. Откройте их для себя