La última cena

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- Estás aquí.- Una sombra se alzaba ante mí, casi fundiéndose en la oscuridad de la noche.
- Te perdí en el autobús. Podías haber avisado de que te bajabas.- Contesté mascando un chicle.- Y además he estado reflexionando. Me merezco una última cena, ¿no es eso lo que se les da a los prisioneros?
- A los condenados a muerte.
- Bueno, casi lo mismo.
- Me alegra que te tomes esto como un cambio de vida.
- Me lo tomó más bien como mi funeral.- Sonreí.- Conozco un sitio en el que ponen unas pizzas geniales.- Él negó con la cabeza serio, supongo que vestido así no le hacía mucha gracia que le vieran en una pizzería.- Era demasiado pedir ver a Batman en un autobús y en una pizzería el mismo día.- Me encogí de hombros.- Había que intentarlo.
-¿Dónde vives?-Yo le sonreí coqueta.
-¿En mi casa o en la tuya?- Él rodó los ojos.
- No te voy a llevar a mi casa, y no quiero que sepas dónde está la Batcueva.
- Una cueva no es muy romántica ¿no? Yo tenía un apartamento, pero creo que lo embargaron cuando me arrestaron por segunda vez.
- Necesitamos algún sitio escondido, el Joker o Deadshot u otros de tus amigos podría venir a buscarte.- Al oír su nombre algo se rompió dentro de mí, los recuerdos me asaltaron como un tren de alta velocidad.

- Harley, acércate.- Yo me limpié el sudor de las manos en la bata blanca.
Mr J estaba delante mía, las manos atadas con cadenas a la mesa. Noté mi pulso acelerarse, él sonreía, sabía que yo no podría resistirme.
- Yo... Mr J, no deberíamos.
- Acércate. - Repitió y yo me incliné un poco sobre la mesa que nos separaba.- Más.- Susurró. Yo me acerqué. Hizo el amago de ir a acariciarme pero las cadenas se lo impidieron. Él puso una mueca de fastidio. Yo quería quitar esas cadenas, arrancarlas, me separaban del hombre al otro lado de la mesa, de sus caricias. ¿Acaso le amaba?.- Quizás, quizás podrías apagar las cámaras, y quitarme las esposas.- Me sonrió seductor.- Te aseguro que mis manos son muy útiles.- Yo tragué saliva, no sería tan malo, apagar las cámaras una noche. Yo era una de las tres personas que aún quedaba en el manicomio, las encendería al salir.
Asentí y apagué las cámaras apresuradamente, luego cogí la llave de sus esposas de la caja fuerte y lo liberé.
Jamás olvidaría su cara de felicidad, ni cómo sus ojos se fijaron en mí, como si yo estuviese totalmente a su merced.
Me recordó a un depredador preparándose para saltar sobre su presa.
Una de sus manos, ahora libre, sujetó mi nuca y me acercó a él estrellando nuestros labios.
Nunca nadie me había besado así, mi pecho ardía y sentía que me perdía, sabía que era solo cuestión de tiempo, que, mucho antes de ese primer beso yo ya era suya, que haría cualquier cosa por él, y, lo que era peor, que él sería mi perdición.

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Su primer beso 😍😍😍😍😍
Hoy me apetecía subir varios casos así que... Aquí tenéis.
Iré subiendo con más frecuencia, quiero que veáis la historia acabada así que...

Disfrutad y Votad 😋😋😋

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