Capítulo 6

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Soy un maldito sentimental, ¿Qué demonios estás haciendo conmigo Melody?

Juro por Dios que estuve a tres segundos de devolverme para devorar su boca. Mientras me alejaba en el auto pude notar un cierto rastro de desilusión en su rostro y podría apostar a que ambos nos sentimos de la misma manera, como un par de idiotas sensibles.

No puedo pegar un ojo en toda la noche y en lugar  de eso aprovecho para revisar la planilla y los índices que descienden a un ritmo alarmante en el departamento de relaciones, debo hablar con Samantha sobre el déficit. Melody estuvo a cargo de ese departamento a demás de ser mi asistente y lo hizo de maravilla.

Melody invade mis pensamientos de nuevo y esta vez sin ninguna prisa en desaparecer por un instante para poder concentrarme, aunque por otro lado tampoco quiero dejar de pensar en ella.

Cuando llego a la oficina, Tara me recuerda la reunión que tengo en la fundación a las dos de la tarde. Mi abuelo se pasa por mi despacho como a media mañana y con él viene Samantha.

-No estás haciendo lo suficiente -niego mientras discuto con Samantha.

¡Como me duele la cabeza, maldita sea! Tal vez debí haber intentado dormir aunque fuera una hora.

-Claro que si, estoy haciendo mi trabajo lo mejor que puedo.

-Pues no es suficiente lo que me parece bastante extraño viniendo de la persona que ha sido prácticamente la mano derecha de mi abuelo y que ha logrado mantener este lugar estable.

-¿Por qué piensas que no hago lo correcto? -intenta parece ofendida-¿Acaso...?

Se detiene de golpe y abre mucho los ojos con la rabia contenida en ellos.

-¿Acaso qué? -escupo.

-¿Acaso la extrañas? ¿Es eso?

Su pregunta me deja atónito.

-¿Qué dijiste?

-¿La extrañas? Seguramente es por eso que piensas que nadie va a poder hacer este trabajo mejor que ella, por eso es que ahora piensas que todos somos unos incompetentes -su tono de voz se ha elevado muchos tonos por encima de lo tolerable y yo pierdo la poca cordura que me queda.

-No tienes ni la más remota idea de lo que estás diciendo -aprieto los dientes lo más que puedo para evitar faltarle el respeto.

-Claro que si, y lo peor es que tengo razón. Pero te tengo noticias, ella no va a volver ¡y tu tienes que madurar de una vez por todas!

Es suficiente. 

Me levanto de mi silla, la tomo por el codo obligándola a levantarse y la arrastro hasta la puerta de mi despacho en donde Tara nos mira atónita.

-No quiero verte hasta que hayas resuelto la mierda psicológica que sea que tengas contra Melody -espeto furioso pero sin levantar la voz-. No te pases de lista.

Dicho esto cierro la puerta de mi despacho en sus narices y paso el resto de la mañana intentado calmarme y buscar una solución al inconveniente que tenemos en este momento.

-Tara, ya me voy. Por favor avísame si hay alguna novedad.

-Si, señor -asiente antes de sumergirse de nuevo en el trabajo.

Wilson me deja en la puerta de la fundación y entro por el camino directo al despacho de Melody que ahora me resulta familiar.

Como es de esperarse no está, es su hora de almuerzo y lo he olvidado por completo. Cuando estoy a punto de llamar a Wilson la veo entrar.

DanielWhere stories live. Discover now