19-Día de playa

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El mar estaba de locos esa tarde. Se avecinaba una tormenta y nosotros partíamos esa misma noche. Por primera vez desde que habíamos llegado, accedí a usar el bikini y pisar la arena con los pies descalzos. Me rodeé con mis propios brazos al sentir el viento frío y el pecho de Connor fue todo lo que vi luego.
- No sé si deberías venir. Hace frío.-dijo y cerró su brazo en torno a mí.-Hay sólo una cosa peor que los vestidos, tus bikinis.-reí en su pecho y miré a los demás.-Beba, ¿de verdad queres sumarte hoy?
-Es el último día de playa.-dije y miré el cielo.-Además tengo la teoría de que no llegamos al agua antes de que se largue.
Negó divertido y yo me solté, corriendo al agua y saltando para tomarme de la espalda de Eddie que ya me esperaba en posición. Temblé apenas entramos. Miré a Connor y él sonrió de lado, negando. John lo tiró al agua y ahí empezaron con una especie de guerra. Nos adentramos y empezamos a saltar olas hasta que el cielo estuvo tan oscuro que dejaron de parecer las diez de la mañana.
-¿Dónde está Trevor?-pregunté, mirando a mi alrededor.-¿Trevor?
-¡Trevor!-gritó Eddie y empezaron a llegar flashes desde la orilla.-¡Trevor!
-Paparazzi.-masculló Connor y me sumergí, intentando ver algo y obteniendo como resultado un dolor muy fuerte en los ojos.- No te metas.-dijo sacándome.-Está muy tupido. No te metas.
-Andá a la orilla, Elena.-dijo Eddie.
- No. Están todos los paparazzi ahí.-dijo John.
La tormenta comenzó a golpearnos con fuerza y a tapar nuestras voces. No estaba. Trevor no estaba Por ninguna parte.
-¡Trevor!-grité mientras tanteaba el agua y más y más olas me golpeaban.-¡Tre...-una ola me golpeó y tragué todo el agua, terminando lejos de los demás. Tosí. Me dolía la lluvia.-¡Trevor!
-¡Elena!-gritó Connor y otra ola me golpeó.
-¡Trevor!-grité todavía sin poder pararme.
-¡Elena!-gritó Connor y unas manos me tomaron.-Lo tiene Eddie.-dijo arrastrándome fuera del agua.-Agarrarte de mí.
Obedecí y salimos. Los paparazzi habían huído como gatos tras la primer gota. Pude ver a John sosteniendo la puerta. Corrimos. Trevor estaba tendido ahí, lleno de toallones y mantas.
-¿Estás bien?-pregunté, intentando recomponerme puesto que mi estado físico era deplorable.
-Sí. Estoy bien.-dijo y Connor me sentó junto a él y comenzó a secarme casi con fuerza.
-¿Coni?-murmuré.
-Subí a darte un baño caliente, Trevor.-dijo Eddie desde la escalera.-Ya preparo otro en el otro baño.
El colorado obedeció con rapidez y mi hermano se sentó en su lugar, sin detener su tarea.
-No te encontraba.-murmuró.-Casi me muero, Elena. No podía encontrarte.
-Las olas.-murmuré.-Me alejaban.
Las luces se apagaron y yo me tomé de Connor al instante. Ya no quería más oscuridad y ese estaba siendo un día demasiado oscuro.
-Tranquila. Vamos. Tengo que darte un baño. Vas a enfermarte.- me alzó.- Las velas están en el cajón abajo de la tele.
-¡Chicos!-gritó Eddie.-¡Junten sus cosas ya! Tenemos que irnos.
Connor volvió a dejarme en el sillón y no logré entender de qué hablaban. Tenía mucho frío, demasiado frío. Me oculté bajo la pila de toallones, pero nada me daba suficiente calor.
-Levantate, Elena. Cambiate, tenemos que irnos.-dijo Connor y obedecí. Tenía que cambiarme, tenía que abrigarme.-Llevá mi auto. Los vemos en el hospital.-escuché y comencé a guardar todo con rapidez.
Me puse un jean y un par de medias, pero sentía los pies helados y sumé dos más. Me puse una remera, un sweter, una camperita y, por encima, un buso de Connor. Aún temblaba. Tenía frío y tenía miedo. Algo le había pasado a Trevor.
Bajé y John subió mi valija a la vez que me decía que los esperara en el auto. Corrí y me refugié en el asiento trasero, haciéndome pequeña y metiendo los dedos bajo los puños. Ellos no tardaron en subir.
-¿Qué pasó con Trevor?-murmuré y mi hermano volteó con rapidez.
-Sentate y ponete el cinturón.-pidió y así lo hice.- No lo sabemos. No había luz y, ante la duda, era la mejor decisión.
John arrancó, pero no se veía nada y yo sentía que no avanzábamos nada. Se me escaparon unas lágrimas, pero no me atreví a moverme, a alejar las manos del calor acumulado detrás de mis rodillas.
- Connor.-dijo John y descubrí que me miraba.
-Bebita, ¿qué pasa? Ele, tranquila.
-Tengo mucho frío.-musité.
Connor pasó entre los asientos y tomó lugar a mi lado. Comenzó a frotarme los brazos mientras John prendía la calefacción.
-Estás pachoncita de ropa.-quiso burlarse Connor, pero el frío me dolía y no pude reír.-Ya vas a entrar en calor. Tendría que haberte dado un baño de agua caliente. Estás helada.
Quise esconder el rostro en su pecho pero lo sentí estremecerse y me aparté. No sentía varias partes de mi cuerpo y eso me abrumaba. Connor comenzó a cantar bajito, hasta que logré dormirme. Quizás incluso después. Puede ser. No lo sé.

Encarcelada por amor.Where stories live. Discover now