- Quizás solo fue una casualidad.- susurro para ella misma, mientras seguía caminando.- solo una casualidad.- volvió a decir mas triste mientras miraba el camino, se dio cuenta que ya había llegado al lugar.

- Hola Helga.- la saludo un joven que se acercaba a ella un poco agitado.- lo siente me atrase un poco.- le respondió mientras recuperaba el aliento.

- No te preocupes, llegue recién.- intento decir Helga lo mas natural posible.

- Me alegro.- le respondió feliz pero de apoco se empezó a sonrojar al verla.- te ves muy linda.

- Controla tus hormonas niño.- bufo Helga sonrojada. De alguna manera eso le recordó a Arnold, el solía ser un chico demasiado sincero, solía decir cosas que ha ella la dejaba en las nubes.- no digas tonterías y solo vamos.

- No digo tonterías, te aseguro que me gustas tal y como eres.- volvió a decir Lorenzo pero esta vez con una tímida sonrisa y tomándole la mano a Helga.- vamos, te tengo una sorpresa.

Caminaron por el centro comercial mirando todas las tiendas que pasaban pero no entraban en ninguna, Lorenzo intentaba sujetar su mano cada vez que podía pero la rubia sutilmente y sin que el lo notara obviamente deslizaba la mano antes de que el la tomara señalando algo o tapándose la nariz disimulando un supuesto "estornudo". Caminaron por varias tiendas mas pero no entraron a ninguna, hasta que pararon en un gran hotel.

- ¿que hacemos acá?- le pregunto Helga. La mayoría del camino se fue pensando no prestando atención.

- ¿no te gusta?- le pregunto Lorenzo feliz, el lugar era realmente grande y sofisticado.- es uno de los mejores hoteles.

- ¿ hotel?.- miro sorprendida el lugar era muy elegante. Empezó a observar el lugar, los sofás, la entrada, las vitrinas y en una de ellas tenia un cartel que promocionaba una noche de lujos con jacuzzi incluido.-estas mal amigo si crees que soy como las otras tipas.

- ¿Que?- Lorenzo no entendía que era lo que Helga se refería y porque estaba tan enojada, el Hotel era el mejor de la ciudad a cualquier chica le gustaría que un chico la llevara allí.- pensé que te gustaría...

- pensante mal estúpido

- Quizás debí llevarte al otro restaurante, el otro tenia una terraza mas bonita.- dijo el pelinegro apenado.

- ¿ restaurante?- pregunto sorprendida la rubia, quizás pensó mal, demasiado mal. Siempre cometía el mismo error.- pensé que.....- intento decir Helga pero las palabras no salían y Lorenzo solo la miraba confundido.

- este Hotel tiene uno de los mejores restaurante de la ciudad.

- matenme.- susurro la rubia lo bastante bajo con toda su cara sonrojada.

Después del pequeño y bochornoso momento, entraron al gran hotel, era nuevo y muy moderno, bastante lujoso. Caminaron hasta que al fin encontraron el famoso restaurante y lograron sentarse en la mesa que Lorenzo había reservado para poder charlar un rato mientras esperaban la comida que para su sorpresa era francesa, eso le hizo recordar ciertas cosas que en esos momentos no debía.

- cuéntame de ti.- empezó Lorenzo mientras se acomodaba en su silla.

- ¿que quieres que te diga?

- ya sabes algo de ti, me gustaría conocerte mas, tu sabes.

- no hay mucho que decir, volví no hace mucho a esta aburrida ciudad.- dijo suspirando la rubia.- no puedo decir mucho.

- claro.- volvió a pensar el pelinegro.- ¿ porque no me cuentas que haces en tus tiempos libre?

- realmente no hago mucho.- dijo pensando que es lo que normalmente hacia.- suelo leer. ¿y tu?

Stuck in love (Arnold y Helga)Where stories live. Discover now