Frannie
El hospital es bastante frío y brillante y odio el olor. Pero no podía marcharme, incluso
aunque nos dijeron que Luc, no iba a hacerlo. No puedo dejarle aquí. La única cosa,
que me retiene aquí es Gabe. No me deja irme, con sus brazos alrededor de mí como
un capullo, incluso cuando me habían cosido mi hombro.
—No, puedo —digo a través de mis lágrimas—. ¿Él era humano, porque Beherit se tomó tan
mal las cosas del Infierno con él? Que no era nunca más Luc.
Gabe tenía dolor y simpatía en su cara. —Le cambiaste físicamente, pero su fuerza para
vivir, estaba atada al infierno. Ha estado así, durante siete milenios. Realmente no puede
separarse. Y al final, escogió ese otro lado de sí mismo. Él llamó al poder del infierno, para
salvarte.
Pienso en Luc, en su calor y como brilló con su último poder para abrigarme en el campo y
mi corazón se marchita hasta convertirse en una pelota pequeña y dura. Debería haberse
salvado él no a mí.
La gente anda por la sala del hospital, como cualquier otro día. Parece que no se acabó el
mundo. ¿Cómo puede ser eso? El mundo debería caerse alrededor de nosotros.
Me pica el hombro, donde se ha ido la anestesia y puedo sentir el tirón del vendaje y los
puntos, pero ojalá fuera peor. Lamento que Beherit no me matara a mí. Entonces. Tal vez
Luc y yo estaríamos juntos. Escondo mi cara entre mis manos y siento los brazos de Gabe
rodeándome y acercándome hacia su hombro. —Esto no puede estar pasando. Es todo
por mí culpa.
—Lo siento, Frannie.
—Esto no es justo. Él era bueno. Lo sé. No pertenece al infierno.
—No, estaba marcado hacia el infierno. No hay garantía para que fuera.
—Pero dijiste, que Beherit le llevo de vuelta al infierno.
—No, Frannie. Eso no lo sé.
Tomé aliento —Significa, ¿que podría estar en el cielo?
Él acarició mi cabello. —Es posible. Su alma mortal estaba limpia.
Luc
Es tranquilo y blanco... y vacío. Un vacío. Justo como mi mente. Soy consciente de mi
cuerpo, ojalá no pudiera verlo o sentirlo. No puedo ver nada. Estoy tranquilo y me dejo
llevar. Pero entonces, me llevan a través del tiempo y el espacio mareado con prisas al Rey
Lucifer.
Cuando me pongo de pie y el vértigo se disipa, abro mis ojos, seguro que me encontraré en
el alboroto. Pero en cambio, estoy al final de un pasillo largo y blanco que se decolora en la
distancia. En frente de mí, hay un par de puertas de madera balanceándose con un
plástico desconchándose donde se leía LIMBO.
YOU ARE READING
Demonios personales
Teen FictionEl bien contra el mal no debería ser tan divertido. ¡pero lo es!