El origen

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Alison caminaba por los pasillos de esa gran mansión con el mismo terror de siempre, era como un laberinto, ya tenía 8 meses de embarazado y su pequeño Patrick se movía feliz cada que sentía la mano de su madre.

-Alison.-dijo Benjamín Burke

-Por favor ahora no

-Solo quiero sentirlo, no quiero yo...

Pero Alison no quería estar cerca de Benjamín había algo que la hacía querer estar lejos, no lo amaba y aunque en un momento de debilidad y tristeza lo dejo hacerla suya, ahora se sentía culpable, ella amaba a otro hombre.

-Yo solo... Él es mi hijo.

-Pero yo no te quiero cerca.

-No puedes evitar que lo tenga.-dijo Benjamín con una mueca de desprecio y se marchó.

Alison se quedo mirándolo hasta que se perdió por el camino y entro al lugar al que iba, había estado vagando tanto tiempo por la casa que se había topado con la vieja biblioteca de los Burke era muy antigua y sobre todo con mucha magia oscura.

-Veamos qué podemos hacer.-susurro Alison tomando el libro con fuerza entre sus manos, un escalofrío recorrió su espalda después de haber dicho el hechizo.

-Que deseas.-escucho a sus espaldas.

-Quiero vengarme, quiero que ella pague, quiero que su hijo sufra todo lo que yo he sufrido con el mío

-Lo que estás haciendo es muy peligroso, estas entregándome algo que no vas a recuperar

-No me importa

-Morirás

-Te dije que no me importa!.-gritó Alison mirando al ser que había respondido a sus súplicas, era algo menos que humano, incluso el mismo señor oscuro parecía humano a su lado, tenía una túnica totalmente negra que le cubría cada una de las partes donde debería haber piel, sus ojos estaban undidos y su nariz era inexistente, la miro con una leve sonrisa en los labios resecos y pequeños, se quitó la capucha y ella pudo ver que no había rastro de piel en su cabeza.

-Como desees, yo ya estoy cansado de ser esto, así que te doy mi lugar.-dijo el ser con tono despreocupado.

-Bien

-En cuanto nazca ese humano que llevas dentro, tu destino estará ligado al mío, yo seré libre, pero tú estarás maldita.-dijo en un susurro y desapareció, Alison se tocó el vientre y suspiro, le dolía dejar a su hijo, pero no había marcha atrás el odio que sentía en su interior era más fuerte que el amor que podía sentir por su hijo.

Hermione veía a Teddy y no podía evitar soltar suspiros, era su hijo, se lo había prometido a Lupin cuando él era un bebe, ella sería la imagen materna que el tanto necesitaría, siempre lo había intentado todo.

-Hermione.-dijo Teddy mirándola a los ojos, estaba con las manos en los bolsillos y se paseaba de un lado a otro.

-Dime Tedd

-Lo siento mucho.-dijo el chico y su color de cabello cambio a Rosa.

-Esta bien.-dijo Hermione dedicándole una media sonrisa y luego volviendo a su libro.

-Fuiste mi madre,eso lo sé y nunca te di las gracias.-Hermione levantó la vista y le tembló ligeramente el labio inferior.

-No tienes que...

-Claro que tengo.-dijo el chico agachando la mirada.

-Se todo lo que te dolió mi berrinche y sé que también les dolió a mis primos, a mis hermanos, Hydra no me habla y Scorpius tampoco y yo creo que perdí de nuevo a mi familia.-Hermione lo miro un segundo con las lagrimas aún apuntó de escapar de sus ojos, se levanto y se lanzó a los brazos del niño que había ayudado a criar y que ahora era un hombre, era más alto que ella y mucho más fuerte y aún así ella sintió que abrazaba a aquel niño de un mes de nacido de nuevo.

La oscuridad ataca HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora