CAPÍTULO 31 Y 32.

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Nota aclaratoria: Acordaros que es un borrador, que se volverá a revisar cuando se publique la novela completa.

ADVERTENCIA: En esta novela aparecen escenas sexuales explícitas H/H. El libro es SOLO para adultos. Puede vulnerar la sensibilidad de algunos lectores. Los que no estén dentro de estas normas, abstenerse de seguir leyendo. Gracias.

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CAPITULO 31. PROBLEMAS

Me he enterado de que Ryan todavía está saliendo con Lee. No es porque me lo haya dicho él, ni tampoco me lo ha dicho Evan. Cosa que me tiene realmente cabreado. ¿Por qué no confían en mí? Claro, yo entiendo que le puse un ultimátum a Ryan, pero es que el tío este estaba allí, en medio de mi paliza, y no quiero que mi hijo se relacione con alguien así.

Tal vez Ryan esté enamorado, pero es su primer amor y todo se magnifica de manera importante, pero voy a intentar convencerle de que el chico ese no es trigo limpio. Aunque no sé cómo demostrárselo. Ahora es cuando se me enciende la bombilla. Sam.

Cuando voy yendo a comisaría, estoy de los nervios, porque la última vez que vi a Sam, le eché de la casa. No le dije "fuera" pero como si lo hubiera hecho. Y ahora voy a pedirle un favor, un favor que sé que no aprobará. Pero por Ryan, soy capaz de todo. No quiero que le pase algo parecido a mí. Sé que ha vivido en las calles y sabe defenderse mucho más que otros niños de su edad, pero yo también podía defenderme y mira lo que me ha pasado. Si puedo ayudarlo, mejor que mejor. Aunque luego esté días sin hablarme porque si Sam encuentra algo malo, seguro que vamos a tener una discusión de Dios no te menees, pero ahora mismo eso es lo que menos me preocupa.

Entro en la comisaría y pregunto por Sam, que no tarda ni un minuto en aparecer todo preocupado. Le tranquilizo diciéndole que no me pasa nada y que quiero pedirle algo, pero me levanta la ceja, aunque al final me sonríe y me hace pasar a su despacho. Nunca había estado allí, pero veo que hay Sam por todas partes. Todo ordenado y meticuloso. Lo que me hace ilusión es ver cómo tiene una fotografía mía encima de su escritorio, una que me hizo de estranquis porque ni siquiera miro a la cámara. No puedo dejar de ir hacia allí y cogerla. Digiriéndole una sonrisa, le digo.

- ¿Cuándo me la hiciste?

- Hace tiempo. Estabas tan sonriente y tranquilo. Quise tener un recuerdo tuyo.

- ¿Desde cuándo la tienes aquí?

- Desde que me mudé.

Le observo y el me desafía con la mirada a que diga algo, pero solo puedo darle otra sonrisa.

- ¿Qué favor quieres? -Me dice impaciente.

- Ya sé que me vas a decir que no me meta donde no me llaman pero...

- Kyle, dime.

- Ryan está saliendo con uno de mis secuestradores -espeto.

- ¿Cómo dices? -Me mira incrédulo.

Suspiro enormemente y me siento delante de su escritorio, lo que hace que él se siente a mi lado y me ponga la mano en la rodilla mientras yo la miro fijamente.

- Le vi cuando se estaba besuqueando con este chico y le quise apartar, antes de ingresar en el centro de desintoxicación, pero tuvimos una discusión enorme y casi destruyo nuestra relación... Pero me he enterado de que sigue saliendo con este tío... Sam, te juro que era uno de los que me dio la paliza, y yo ahora mismo, no sé qué hacer porque si le digo algo, le pierdo, y Evan... bueno, creo que está de su lado, no sé si es porque es su verdadero padre o porque quiere hacerle sentir bien... no sé -digo atropelladamente.

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