CAPÍTULO 24. CULPABILIDAD

42 2 5
                                    

Nota aclaratoria: Acordaros que es un borrador, que se volverá a revisar cuando se publique la novela completa.

ADVERTENCIA: En esta novela aparecen escenas sexuales explícitas H/H. El libro es SOLO para adultos. Puede vulnerar la sensibilidad de algunos lectores. Los que no estén dentro de estas normas, abstenerse de seguir leyendo. Gracias.

Desde la muerte de Nate hace dos semanas no he vuelto a ver ni a Evan ni a Sam. No les puedo soportar. Sé que es una cosa ilógica pero mi mente está muy confusa y debilitada. Su confesión y su muerte, han supuesto un mazazo muy importante para mí. Tanto Evan como Sam han intentado acercarse a mí, pero no les he dejado. Prohibí su entrada en el centro y apenas he salido ya que estoy en restricción policial. Pat está verdaderamente enfadada conmigo porque no he accedido a que me trasladen a otra parte. No hasta que Ryan aparezca. Johnson no se ha vuelto a poner en contacto conmigo, y cada vez tengo más miedo por el chico. Porque después de lo que pasó, no sé si está bien. Anne está siendo un buen apoyo ya que se ha encargado ella sola de algunas de mis clases. La policía incluso quiso cerrar el centro a lo que nos negamos los dos. Esos chavales nos necesitan. Aunque creo que ahora este refugio está más vigilado que Fort Knox, pero es bueno porque no quiero que a ninguno de los chicos les pase nada.

Pat está investigando todo lo que me explicó Nate. A lo mejor a través de ese bufete pueden averiguar algo que nos lleve hasta Ryan, y se acabe todo esto de una buena vez.

Ahora que lo pienso, Nate dio su vida por mí, pero yo no lo puedo perdonar todavía. El haberme engañado, bueno, el haberme omitido la verdad, me ha dolido en el alma. Y creo que he llegado al punto que me he quebrado todo yo. Ya no soy aquel chico alegre y divertido que fantaseaba con sus fieles adicciones. En este momento, creo que esas adicciones son dañinas. Y que las tengo que apartar. Es triste, pero es así. Ahora voy a intentar que encuentren a Ryan lo antes posible, porque ahora es casi imposible que pueda hacer yo solo algo por lo vigilado que estoy; y luego seguiré con mi vida. Solo con mi hijo. Pero cuando pienso así, me pregunto, ¿y Evan? Porque también es el padre de Ryan. Es tan complicado todo. A veces incluso me arrepiento de estar en protección de testigos. Solo quiero ser una persona normal, con una vida normal, levantarme, ir a trabajar, divertirme, tener una pareja, a mi hijo. No pido nada del otro mundo. Solo eso. Pero cada vez que intento ser feliz, algo falla. Y siento que también estoy fallando a los que están a mi alrededor.

En estos momentos oigo las voces de Evan y Sam desde mi habitación. Están en el pasillo hablando con Pat. Es dura. Di instrucciones de no dejarles pasar y lo cumple a rajatabla, empezando porque ella estaba en contra de ellos. Se están gritando y tampoco quiero eso, así que suspiro profundamente y abro la puerta para enfrentarme a ellos.

Les miro fijamente antes de que se den cuenta de que estoy allí. Evan tiene unas ojeras muy profundas. Está despeinado y sus trajes impecables los ha cambiado por una ropa de esport que le queda francamente bien. Y Sam está sacando su furia por los ojos. Creo que si le dejo, se va a comer a Pat. Saco fuerzas para hablar.

— Chicos... chicos, estoy aquí.

Los dos me miran con sorpresa en su cara antes de dirigirse hasta mí y aunque veo que tienen ganas de abrazarme se aguantan.

— ¿Estás bien? —me pregunta Sam muy enfadado.

— Estoy bien —le digo enfrentándole.

— ¿Sabes lo que hemos pasado? Claro no lo sabes —Sam está empezando a levantar la voz— ¡Podrías haber hablado con nosotros, joder!

— Quiero que os vayáis y no volváis —les digo firmemente.

Los dos se me quedan mirando con caras de enfado, de tristeza, de sentimientos que traspasan su rostro para golpear a mi corazón fuertemente.

Fieles AdiccionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora