Capítulo 18: Comidas.

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El silencio reinaba en la mesa. Tetsu sonreía hacia su hermano, sentado frente a él. Tampoco Chihiro estaba centrado en comer, simplemente, observaba a su hermanito moviendo los pies que le colgaban de la silla bajo la mesa y le sonreía comprobando cómo se comía el filete de carne que Aomine le había cortado.

Quizá Aomine había pensado la noche anterior veinte formas de romper el hielo en aquella mesa, justo aquel día y seguramente Akashi también había pensado en ello, pero ninguno de los dos era capaz en aquel momento de abrir la boca. Tan sólo observaban las sonrisas de aquellos dos chicos que no se centraban en nada más que no fuera en mirarse el uno al otro. Habían pasado años separados y tendrían mucho de qué hablar, pero no querían hacerlo en la mesa.

Akashi siempre había sabido que Aomine era capaz de salir triunfante de cualquier situación y más todavía, cuando se trataba de dialogar, pero hoy estaba realmente extraño, pensativo y quizá... algo atemorizado. Estaba claro que le había ocurrido algo pero que... o no deseaba contarlo o creía que la mesa era un lugar incorrecto para hacerlo. Akashi prefirió no preguntar por su tenso silencio y su mirada perdida.

Una vez la comida finalizó, Aomine se levantó para fregar los platos, aunque descubrió con asombro, que Akashi tenía lavavajillas. Resopló, era algo que debía haber supuesto por la simple razón de ser hijo de quien era. Akashi le ayudó a traer las cosas de la mesa mientras les sacaba un juego de mesa a los dos niños para que pudieran entretenerse mientras.

Al ver a Aomine metiendo los platos en el lavavajillas tras enjuagarlos mínimamente con agua y eliminar la cantidad de residuos, Akashi se acercó hasta él sabiendo a ciencia cierta lo que estaba ocurriendo allí. Se apoyó contra el mueble de la encimera y le pasó uno de los platos ya enjuagado.

- ¿Es por Kagami? – preguntó Akashi sorprendiendo así a un Aomine que sólo pudo abrir los ojos ante la sorpresa – vale... es por él. ¿Qué ha ocurrido?

- Nada importante.

- Si no fuera importante estarías como siempre y ahora mismo, te veo un poco pensativo – sonrió Akashi. - ¿Qué es?

- Me ha besado – dijo sin más dejando caer su trasero contra el suelo, sentándose en los azulejos de la cocina.

- ¿Te ha besado? – se quedó atónito Akashi – pero... tiene novio – dudó un segundo.

- No lo sé si lo tiene o no ahora mismo – aclaró Aomine – él no me ha confirmado nada y realmente... salí casi corriendo de allí pensando que me estaba metiendo en medio. Yo no quiero ser el culpable de que una relación se rompa – se quejó Daiki – pero cuando llegamos al ascensor... Tetsu dijo algo de que Himuro y él se estaban dando un tiempo. Ni siquiera Tetsu sabía lo que eso significaba, así que tuvo que escucharlo de algún lado y ese lado debió ser en la casa de Kagami.

- ¿Crees que se han dado un tiempo? – preguntó Akashi sentándose a su lado tras observar una última vez cómo aquellos dos chicos sonreían y jugaban juntos como hacía años no podían hacer.

- No lo sé.

- No es eso lo que te preocupa ¿Verdad? ¿Qué es?

- Es que... ya sabes que conmigo las relaciones nunca funcionan.

- Porque no les das la oportunidad, Aomine.

- Sabes perfectamente quién es mi padre, nunca podría funcionar una relación con nadie. Estoy destinado a estar solo.

- Y sin embargo acogiste a Tetsu pese a los problemas que podría acarrearte y el riesgo para ambos.

- Ya... hice mal acogiéndole, sabía que no debía hacerlo pero aún así... el instinto me pudo. Al ver a Tetsu no pude evitar verme reflejado en él. Yo era como ese chico, siempre sumergido en mi soledad, evadiendo a la gente, sintiéndome solo en el mundo y desdichado, sin nadie que te diera la oportunidad. No quería que él pasara por lo mismo.

Un diablillo se coló en mi vida (Kuroko no basuke, AoKaga)Where stories live. Discover now