Capítulo 11: Excursión

2.6K 343 11
                                    

Para cuando Tetsu abrió los ojos, todo estaba oscuro y se sentía agarrado a algo. Le costó varios segundos darse cuenta de que estaba en el coche. Las iluminadas farolas pasaban a gran velocidad por su ventanilla y antes de mirar al conductor, se fijó en su cinturón de seguridad que agarraba la silla para niños al asiento trasero.

Se restregó los ojos con sus manitas observando una vez más la ventanilla. No reconocía el lugar, pero al ver a Aomine al volante, supuso al instante que iban hacia su casa. Seguramente se había quedado dormido en casa de Kagami.

- Por fin despiertas dormilón – escuchó la voz de Daiki y sonrió.

- ¿Cuánto he dormido?

- Un par de horas. Espero que luego puedas dormirte otra vez. ¿Tienes hambre? Puedo parar a comprar algo para cenar si quieres.

- Sí tengo un poco de hambre. ¿Qué vamos a cenar?

- No sé. ¿Qué quieres que pidamos?

- Hamburguesa y batido de vainilla – sonrió Tetsu.

- De acuerdo, pues vayamos para allí.

- ¿Hoy no va a venir Kagami a casa?

- No Tetsu. Kagami trabaja mañana y nosotros nos iremos en bicicleta. Kagami me ha dicho que montas muy bien, se ha echado muchos halagos diciendo lo buen profesor que era. ¿Tan buen profesor era? – sonrió Aomine sacando una gran sonrisa del pequeño.

- Sí.

- Me alegro.

Aomine detuvo el coche frente a un local de comida rápida. Pidió unas cuantas hamburguesas con patatas y volvió a conducir hacia casa. A Tetsu ya le había quedado claro... que la cocina no era algo que Aomine controlase y en parte, le hacía gracia. La ventaja para Tetsu, es que sabía que esas pequeñas diferencias es lo que acabaría ayudándole a unir a ambos. Era fácil pedirle a Kagami que enseñase a cocinar a Aomine, con tan sólo alegar a su salud, Kagami vendría todos los días y eso... era tiempo que pasarían juntos. Estaba convencido, que si conseguía que pasaran más tiempo juntos... la chispa que ya estaba surgiendo, prendería con mayor fuerza.

Una vez en casa, los dos cenaron con tranquilidad. Aomine pensaba alguna forma de abordar el tema de la familia con Tetsu, pero no quería presionar, así que allí estaba, en esa encrucijada de cómo iniciar una conversación que seguramente Tetsu... no quería sacar. Quizá debería esperar al día siguiente, con la vuelta en bici era posible que se ablandara un poco.

Esa noche, Aomine tuvo que leer el cuento como cinco veces hasta que Tetsu se durmió pese a que él estaba muerto del sueño. Mientras a él se le cerraban los ojos, ese pequeño seguía con los ojos bien abiertos y zarandeando a Daiki para despertarle y que siguiera con el libro. Al final, Daiki acabó dormido junto a Tetsu, con el libro sobre su pecho y la luz de la mesilla encendida. Tan sólo el despertador consiguió que ambos abrieran los ojos a las ocho de la mañana.

El desayuno fue completo, Aomine sabía perfectamente que les esperaba un largo recorrido con la bici, así que había que coger fuerzas. Kise fue el primero en llegar perfectamente arreglado con su vestimenta para montar en bici y subió al apartamento a desayunar con ellos. Al verle, Aomine no pudo evitar dejar escapar una sonrisa pícara.

- ¿Enserio sigues pensando en esto como una carrera? – preguntó Aomine.

- Sí, tengo que ganarte.

- Ya te lo dije, este año voy con Tetsu, de hecho ni siquiera llevo la indumentaria.

- ¿Piensas ir con esa camiseta corta?

Un diablillo se coló en mi vida (Kuroko no basuke, AoKaga)Where stories live. Discover now