Capítulo 5: Convicción

2.7K 352 45
                                    

Kagami empezó a reírse sin poder parar. Había pensado tan mal sobre Aomine la primera vez que le vio. Ese chico que entraba por el hospital con un imponente chaleco antibalas, con el ceño fruncido como si estuviera siempre enfadado y con una mirada penetrante que causaba miedo. Le había malinterpretado por completo, porque ahora al hablar con él, se daba cuenta de que tenía un corazón de oro, que su sonrisa era la más hermosa que jamás había visto y la más sincera. Ese chico tenía un atractivo natural oculto bajo una capa de seriedad que alejaba a la gente de él.

- ¿De qué te ríes, Kagami? – preguntó Aomine sonriendo.

- Es que... ¡Dios! Conseguiste hacer hablar a Tetsu en tres segundos – sonrió Kagami incrédulo – yo pensando que eras de esa clase de persona que entraba en un lugar disparando, incapaz de dialogar, creí que jamás podrías tratar con un niño, no entendía por qué te traían a ti precisamente y ahora... me doy cuenta de que eras el mejor. Estás acostumbrado a conseguir que los delincuentes suelten el arma, te han enseñado precisamente a convencer a la gente. ¿Cómo pude dudar de que no podrías hacer hablar a un chiquillo de seis años cuando te ganas hasta la confianza de los delincuentes? Fui un estúpido.

- No lo sabías – dijo Aomine con seriedad – no te culpes tanto, estoy acostumbrado.

- ¿Acostumbrado? – preguntó Kagami.

- Sí. Nosotros no somos como vosotros.

- ¿Nosotros? – dudó Kagami de lo que quería decir.

- Los bomberos sois como... los héroes. Llegáis, salváis a la gente y todos os lo agradecen. Arriesgáis la vida entre las llamas pero nosotros... nadie nos ve, nadie sabe lo que realmente hacemos, sólo piensan que disparamos y ya está, que matamos a la gente.

- Salváis vida, de otra forma diferente a nosotros pero...

- No trates de justificarlo – sonrió Aomine – tú mismo lo has dicho. La primera vez que me viste seguro que no pensaste en lo agradable que era a simple vista. Todo el mundo nos ve serios, arrogantes, los malos de la película – comentó Aomine – pero es algo que tenemos asimilado. Me hice policía por vocación aun sabiendo que pasaría esto.

- Eres un gran chico, muy agradable, Aomine.

- Es posible, pero nadie se queda el tiempo suficiente para conocerme – sonrió el moreno mirando lo que quedaba de su helado – nosotros no hacemos calendarios medio desnudos, ni las chicas babean por nosotros, no hacen cola para conocernos. Cuando le digo a una chica que soy policía, lo único que ve es lo malo de mi trabajo. Noches en vela preocupada por si me ha ocurrido algo, turnos, el busca sin parar de sonar, las cuatro horas obligadas de ejercicio que no puedo hacer con ella, el sueldo que tampoco es una maravilla – sonrió Aomine – aceptémoslo, no es vida para una mujer.

- Si no se toman el tiempo para conocerte, es que no te merecen – le dijo Kagami tratando de animarle.

- Nadie quiere conocerme.

- Yo aún no me he ido – le sonrió comiéndose el helado – y Tetsu tampoco. El perro también parece adorarte. No te lo niego, es cierto que me parecías demasiado serio, que creí que no serías bueno para Tetsu pero... ahora creo que eres demasiado bueno para él. Eres divertido, tienes una sonrisa pegadiza y quieres a ese chico, eso es lo importante. Sigo sin entender cómo narices eres tan rápido convenciendo a la gente – sonrió Kagami acabándose el helado - ¿Eres tan rápido como con Tetsu en tu trabajo?

- No – sonrió Aomine – Tetsu tiene la ventaja de ser un ser inocente aún, se le puede comprar con una pelota.

Los dos empezaron a reír sin poder evitarlo. Por una extraña razón, Kagami se sentía tan cómodo y a gusto al lado de ese chico. Todo él emanaba tranquilidad y seguridad, era increíble y no pudo evitar sonrojarse levemente al darse cuenta de lo que estaba pensando, al darse cuenta de que el sol que ahora empezaba a ponerse, reflejaba aquel color rojizo en ese cabello azulado haciéndolo brillar con más intensidad, ensombreciendo los rasgos varoniles de ese chico y consiguiendo sacar una belleza extraña pero demasiado atrayente. Se daba cuenta de que ese chico era muy atractivo y las chicas que no se habían dignado a darle la oportunidad de conocerle, no sabían lo que se habían perdido con él.

Un diablillo se coló en mi vida (Kuroko no basuke, AoKaga)Where stories live. Discover now