Friendzone

Capítulo 2 |Lucy... la nueva|

Llegamos a Historia. Algunos alumnos estan entrando y otros ya esta sentados, le hago un ademan a Vanessa y voy a sentarme. Por alguna razón corro, como sea. Ella se sienta frente a mi y como si de somnífero se tratara mis ojos comienza a cerrarse lentamente.

— Bsss. Alara. Alara. ¡Alara!— Abro los ojos asustada y veo la cara de Derek en mis narices— Antes de que me insultes, es cambio de hora. Agradece que el profesor no se dio cuenta de que te dormiste toda su aburrida clase— Lo ignoro.

—Bueno, alumnos les quiero presentar a Lucy Collins— El director que no se cuando ni como entró, presenta a una chica. Bonita a mi parecer, se ve agradable.

Espera. ¿Acaba de sonreirle a Theo? ¿Le devolvió la sonrisa? Que carajos. Los ojos de el brillaron de una manera especial la cual ya había visto antes. No, por favor.

— Sientese a lado del señor Lahey— dice el profesor de Historia antes de salir. 

Bien, a lo que iba. Esa jodida mirada se la dio a su ex novia cuando se conocieron. Y puedo decir con certeza que sufri tanto. ¿Porque enamorarme de el?

Las siguientes clases pasaron aburridas. Sonó el bendito timbre de salida y recogí mis cosas para salir.

— ¡Lara! 

— ¡Estoy a menos de un metro de ti! ¡¿Por que siempre tienes que gritar, Theo?!— grito exasperada.

— Hey, calma— levanta sus manos en señal de paz.

— ¿Que quieres? Estoy cansada, en serio. Quiero dormir.

— Ayudame. Quiero invitar a salir a Lucy pero no se como— Claro, olvidé decir que hablaron todas las jodidas clases.

— Dicelo, que quieres conocerla más y ya— Theo frunce el ceño.

— Vaya humor de mierda que te cargas hoy.

— Lo siento, Theo. No estoy de humor, te ayudare pero después.

— ¡Eres la mejor amiga de todo este mundo!— Me abraza y yo hago una mueca.

— Wu, mejor amiga—  doy mi risa más falsa y sin más lo esquivo para ir a casa.

— ¿Te pasa algo?— Llega corriendo a mi lado. 

— No que va, amo estar de mal humor amigo mío— Verte hablando con ella me puso de este humor. Sigo caminando y el sigue a mi lado.

— Detesto tu sarcasmo.

— Tomalo o dejalo.

— ¿Te acompaño a casa?

— Yep, como sea.

Hablamos de cosas sin sentido todo el camino.

— Espera ¿y tu auto?— El se encoge de hombros.

— Daniel se lo llevo.

— Bien, eh. Ya llegamos.

Digo como si no fuera obvio, el insiste en quedarse pero mi humor en este momento no me permite que el este cerca. Al final acabo aceptando y disfrutando de su compañía toda la tarde y noche. 

— Theo ¿te quedaras a dormir? Tus padres se enojaran.

— Contigo, me da el igual el resto de personas— mi corazon late fuertemente.

— Te amo— Es lo único que digo antes de caer en los brazos de morfeo.

A la mañana siguiente me doy cuenta de Theo me ha subido a mi habitación, salgo de ella y lo busco. Lo encuentro en el sillon. Sonrío tiernamente.

— ¡Theo!— Salto sobre el. 

— ¡Mensa! ¡Deja de hacer eso!—  su voz ronca al recien despertarse me eriza la piel. 

De nuevo hacemos lo de ayer, comer y esas cosas e ir al colegio, claro. Y es así como el día pasa extremadamente aburrido, solo Vanessa y yo hablando.

Estamos en la última hora, biología.

 — ¿Que haces?— Theo se acerca a mi. 

  — Estoy subrayando esto—  o eso creí decir. 

Tenia un subrayador verde en mi boca

Uno amarillo en mi mano izquierda.

Y uno rojo en mi mano derecha.

Me quito el subrayador verde de la boca

—Para que subrayas con tantos de esos— Señala los subrayadores.

—El verde es para lo que entiendo. El amarillo para lo que estoy aprendiendo. Y el rojo para lo que no se nada.

Toma mi libro y lo ve.

— Lara más de la mitad de estas 30 páginas están en rojo.

—Soy algo mala para esto— Señalo el libro y sonrío algo nerviosa.

— Yo puedo ser tu tutor, pequeña—  ruedo los ojos.

— Desaparece de aquí a.h.o.r.a—  el ríe y se va.

A pesar de decir que no, amo que me llame así.

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