La Propuesta

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Capitulo 1. La Propuesta.

En una tarde soleada, en un rincón de la escuela más famosa del mundo por sus habitantes, una niña casi adolescente estaba a punto de poner a su madre de los nervios.

-         ¡Diana…! ¿Qué has hecho?- dijo una voz de mujer.

-         Madre lo siento no quería hacerlo.- dijo la niña.

-         ¡Otra vez has quemado tu habitación!- dijo la mujer.

-         Alexandra tranquila, tu también quemabas la casa y no solo una habitación si no la casa entera.- dijo el mago y director de aquella escuela.

-         Madre lo siento es que no comprendo porque no puedo con el fuego si es mi poder.- dijo la niña.

-         Aún eres una niña y si no maduras no podrás nunca controlar tus poderes.- dijo Alexandra.

-         No soy una niña tengo quince años, así que no me trates como a una niña.- dijo Diana enfadada.

-         ¿Qué esta pasando aquí?- dijo un elfo que acababa de entrar.

-         Nada tu hija que no quiere comprender.- dijo Alexandra marchándose del salón.

-         ¿Qué pasa hija porque haces enfadar a mama?- dijo Sean.

-         No pasa nada y si se enfada es porque quiere ella.- dijo Diana marchándose hacia su habitación.

-         Pero… ¿Qué les pasa?- dijo Sean.

-         Que tu hija ha vuelto a quemar su habitación, y Alexandra le ha reñido.- dijo Rumy el director de la escuela de magia

-         Vaya por dios igualita que su madre, Je, je- dijo Sean.-  Voy a hablar con Alexandra.- dijo Sean dirigiéndose hacia su habitación.

Cuando llego, entro y vio a Alexandra llorando de desesperación.

-         Alexandra no llores, nuestra hija se esta haciendo mayor y ahora escuchara mas a su corazón que a nosotros.- dijo Sean sentándose a su lado.

-          Lo se y eso es lo que me preocupa Sean tu hija es mas rebelde de lo que fui yo, y pondrá su vida en peligro mas de una vez, lo presiento.- dijo Alexandra llorando en el hombro de Sean.- Y además el mensajero Saño escapó quizás ataque de nuevo y si ataca a nuestra hija…- dijo asustada.

-         Si ese miserable hace daño a mi hija te juro que… Ya se que hacer le pondremos un guardia, ese guardia la seguirá a todas partes y pondré a unos de mis mejores guardias.- dijo Sean.

-         ¿Crees que el rey te lo permitirá?- dijo Alexandra.

-         OH claro que si soy el que dirige el ejercito de la corte y además nosotros salvamos la ciudad.- dijo Sean orgulloso.

-         Esta bien pero te olvidas de alguien, ¿crees que Diana te lo permita?- dijo Alexandra.

-         Soy su padre y hará lo que le ordene.- dijo enfadado.

-         Se enfadara ya lo veras.- dijo Alexandra.

-         Ahora vengo voy ha hablar con ella y a explicarle mis ordenes.- dijo Sean dirigiéndose hacia la puerta. 

Se dirijo a la puerta, llamo y entro.

-         Diana, tengo que hablar contigo.- dijo Sean.

-         ¿Qué quieres padre?- dijo Diana que estaba acabando sus deberes.

-         Hija tu madre y yo hemos estado hablando y hemos decidido… bueno a sido idea mía.- dijo Sean.

-         Bueno padre ¿que idea es esa? No te vayas por rodeos.- dijo Diana.

-         He decidido ponerte un guardia, será de tu edad así tendréis cosas en común.- dijo Sean.

-         Que… no de ninguna manera yo se cuidar de mi misma y ¿Por qué quieres ponerme un guardia?- dijo gritando.

-         Porque ese mensajero que derrotamos hace años puede regresar ya que logró escapar cuando estábamos destruyendo a su amo.-  dijo Sean recordando la batalla final de hace años.

-         Pues que regrese me da igual yo acabare con el, y no me hace falta ningún guardia para cuidar de mi.- dijo Diana enfadada.

-          Diana por favor hazlo por tu madre esta muy preocupada, además si tienes a un guardia tu madre te dejara mas a tu aire.- dijo Sean serio.

-         Esta bien por madre y por ti padre a ver si es verdad y me deja un poco más libre.- dijo Diana con una pizca de rebeldía.

-         Esta bien mañana te presentare al guardia, ahora ves hablar con tu madre, esta triste por lo que ha sucedido.- dijo Sean un poco cansado.

-         Esta bien padre, tú deberías de descansar un poco te veo cansado.- dijo Diana dirigiéndose hacia la puerta.

 Diana buscó a su madre y la encontró en la cocina.

-         Madre, ¿estas ocupada?- dijo Diana.

-         No hija nunca estoy ocupada para ti, ¿Qué quieres?, ¿ya ha hablado tu padre contigo?- pregunto Alexandra.

-         Si madre me ha molestado un poco pero lo haré por ti y siento haberte gritado antes.- dijo Diana.

-         No pasa nada hija gracias por hacerlo, ahora me sentiré mejor sabiendo que llevas a un guardia detrás de ti todo el día.- dijo Alexandra abrazando a su hija.

-         Vale.- dijo Diana no muy convencida. 

    Pero ella quería mucho a sus padres y lo iba intentar. Por ellos soportaría llevar detrás al incordio del guardia, esperaba que solo fuera por un tiempo. Intentaría demostrar a sus padres que no hace falta llevar a un niñero pegado a su espalda todo el día.

Alexandra sabía que su hija era rebelde pero sobre todo era, fuerte, decidida y valiente. 

Tenía el presentimiento de que a partir de ahora las cosas se iban a complicar, y la idea de Sean le parecía bien. Al menos se sentía mas confortada de saber que su hija estaría vigilada por alguien. 

También le parecía fuera de normal que Diana hubiera aceptado las ordenes de su padre, pues a ella no le gustaba la idea. Y siempre se había negado a hacer cosas que no le gustaran, era muy cabezota.

CORAZÓN DE FUEGO IIWhere stories live. Discover now