Fobias [EunHae + 18]

1. Sesenta segundos

Donghae POV

Despertar...

Cada despertar es un nuevo comienzo para mí, como nadie podría estar ni cerca de llegar a dimensionar. De alguna forma nunca deja de ser aterrador, sí, exacto, miedo, después de todos estos años aún no he podido acostumbrarme a estar constantemente asustado del mundo allá afuera. Yo no soy un chico común o lo que la gente considera "normal", siempre fui diferente, pero sólo al comienzo de mi adolescencia descubrí verdaderamente el motivo de todo ello, cuando "el chico de las fobias" salió a la luz para no irse jamás.

Las fobias comienzan a desarrollarse en promedio a los 13 años. Los estudios dicen que las mujeres son dos veces más propensas que los hombres a sufrirlas, pero de todas formas yo salí premiado. Al comienzo era solo una, pero yo no tenía idea de lo que estaba por venir, no sospechaba ni por asomo que ese era el anuncio irrevocable del principio del fin. Con el tiempo fueron apareciendo las demás, a la edad de 15 años ya padecía 6 tipos de fobias y fue enormemente chocante, era un adolescente, pero seguía siendo un niño en todos los aspectos y uno tremendamente inmaduro, yo nunca fui un chico confiado ni seguro de sí mismo y todo lo que viví por mi "nueva condición" me transformó en alguien terriblemente inseguro y frágil y lo peor... lo peor fue la muerte de mi madre ese mismo año, mi más grande apoyo abandonó éste mundo y no habrá día que supere eso.

Fueron tiempos muy oscuros, sobre todo entre los 15 y 17 años, no sólo por la falta de mi madre -que me había dejado un vacío imposible de llenar-, sino por todo lo que tenía que sobrellevar a diario. Una edad donde los chicos normalmente tienen citas, las hormonas están a flor de piel y es el pleno descubrimiento de la sexualidad. Me habría gustado disfrutarlo, pero no tenía el ánimo ni la fuerza, ya nada me importaba realmente y para rematar todo por la reconocida etapa del "enamoramiento" descubrí que padecía 4 fobias más. A los 18 años cargaba con un total de 10 fobias y ya nunca más volví a ser el mismo.

Envidiaba tanto a los demás chicos que no tenían que luchar constantemente contra todos esos demonios –como yo los llamaba- a diario, no tenía descanso a mis fobias, me acompañaban todo el maldito tiempo, incluso muchas veces me parecía que toda la angustia que éstas me provocaban iba en aumento.

No fui a la universidad, no porque no creyera en mí, aunque... afrontémoslo, me iba a costar más. El verdadero motivo era que a mi punto de vista, seguir dedicando tantos años de mi vida a los estudios era un desperdicio de tiempo.

De alguna forma, unos meses después de terminar el colegio logré encontrar trabajo. Un amable dueño de una zapatería decidió contratarme siendo consciente de todas mis fobias, pero como ninguna se interponía con el papel que tenía que desempeñar me dio la oportunidad y hasta el día de hoy sigo trabajando allí.

Me independicé a los 23 años, mi relación con mi hermano y mi padre nunca volvió a ser la misma desde la muerte de mi madre. No fue culpa de ellos, es sólo que yo cambié con todo el mundo y el descubrimiento de mis fobias no me ayudo a abrirme más con mi familia, ni con nadie para el caso. Los quiero mucho a ambos, -incluso si ya no se los demuestro como antes- pero yo necesitaba mi espacio, un lugar donde ser libre, un lugar donde poder llorar o sentirme desanimado sin tener que dar explicaciones, un lugar donde estuviera en paz, dentro de lo que se puede. Llevo un año viviendo solo, al principio mi padre y mi hermano me ayudaron a pagar el alquiler, pero ahora puedo mantenerme sin problema e incluso darme gustos. Desde que comencé a trabajar a los 18, abrí una cuenta de ahorros sin contárselo a nadie. Me gusta mi departamento, siento que aquí pertenezco.