CAPÍTULO 50

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- Mate –gruñe. Jadeo y sin saber por qué, me hago hacia atrás. Él se acerca más a mí sin dejar que nos distanciemos y quedo a centímetros de su rostro.

- por fin su lado lobuno hace presencia. Vamos, hay que llevarlo al Clan –dice el doctor con naturalidad a los chicos mientras que yo estoy cerca de un colapso mental.

- Compañera –vuelve a gruñir –Mía.

¡Sí! Creí que nunca iba a reclamarnos. Es el día más feliz de mi vida.

Escucho la voz alegre de Arcadia.

¡Vamos! ¿Qué esperas? Respóndele. Dile que lo aceptas como compañero.

Trago y me lamo los labios. Él sigue el movimiento con sus ojos como si fuera la cosa más fascinante del mundo.

- Tadeo... tus ojos –casi al momento que lo digo me da ganas de pegarme en la cara, pero al menos logré que se distanciara un poco de mí.

Él ladea la cabeza como si no entendiera de qué hablo y luego sonríe.

- tus ojos también han cambiado –frunzo el ceño y él me pasa el espejo de tocador que está en la mesita de noche y utilizó antes. Lo tomo con una mano temblorosa y él se da cuenta.

- ¿tienes frío? –pone la sábana sobre mis hombros y sin querer, me sonrojo –me gusta cuando te sonrojas.

Acaricia mi mejilla y se pierde en el acto. Es como si todo fuera nuevo para él. Miro su pecho desnudo y frunzo el ceño.

- ¿cómo es que no tienes frío? –otra vez parece esa sonrisa que revela todos sus dientes.

- mi temperatura corporal se ha modificado, ahora ya no puedo sentir frío –vuelve a ladear la cabeza y mira mi cuerpo envuelto en la sábana –se supone que la de ambos cambió. No sé por qué tienes frío.

Dejando el tema para más tarde, levanto el espejo a la altura de mis ojos y miro mi nuevo color. Al igual que Tadeo, un aro dorado envuelve mis pupilas.

¿Qué clase de juego es este? Primero son cafés y azul zafiro, después pasan a ser negros con llamas naranjas en mi ojo café y llamas azules en mi ojo zafiro, ¡y ahora esto! Empiezo a creer que soy híbrido de lobo y camaleón. Eso explicaría mis ojos que cambian de color como si fuera lo más natural del mundo hacerlo. No pensaba hacerle caso a esa vocecita en mi cabeza sobre lobos, híbridos y mates pero las pruebas están ahí.

- chicos, podrán hacer las preguntas que quieran cuando lleguemos con los Alfas. Ellos resolverán sus dudas –dice el doctor

- llamaré a los Alfas para que se preparen –dice Ellery

- yo a los padres de Aremy –dice Erick

- y yo a los de Tadeo –dice Dylan

- esperen, ¿por qué ustedes no están asustados o mirándonos como si estuviéramos locos? ¿no será...? –entrecierro los ojos hacia ellos y la verdad me golpea en la cara como una bofetada. ¿Cómo es posible que hasta ahora me haya dado cuenta? Las pistas siempre han estado ahí pero yo estaba tan metida en mi mundo y mis problemas que fui lo suficientemente estúpida y egoísta como para no tomarme un tiempo para descifrarlas.

- ustedes han sabido de esto todo el tiempo –Tadeo frunce el ceño hacia ellos y asienten.

- somos sus Guardianes, pero se los explicaremos mejor cuando lleguemos al Clan –dice Dylan y desaparece con los otros por la puerta.

- andando, entre más rápido lleguemos, más rápido podrán dar respuesta a sus preguntas –nos apresura el doctor.

Suspirando, me levanto y camino hacia la puerta con Tadeo sosteniendo mi mano firmemente, no decidido a soltarla.

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