CAPÍTULO 17

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- buenas noches, yo seré su mesera. Mi nombre es Alice –dice la pelirroja sin quitar la mirada lasciva de Tadeo, el cual está mirando su cuerpo sin vergüenza.

La mesera se muerde el labio y antes de que se pueda lanzar sobre él y tener sexo sobre la mesa, carraspeo para llamar su atención... Fracasando enormemente.

- hey ¿puedes tomar nuestros pedidos y largarte? He tenido un día de mierda y lo único que quiero es tener una cena normal –digo con la voz fría.

- oh, lo siento. No me di cuenta que estabas llamándome –bufo y me recuesto en la silla con los brazos cruzados

- si no estuvieras babeando por el idiota este, tal vez podrías haberte dado cuenta antes. Ahora tráeme la hamburguesa más grande que tengas y un refresco de cola –ella anota en su libreta mirando de reojo a Tadeo y observo como está vestida.

El uniforme está claro que no es de ella, le queda como tres tallas más pequeño lo que la hace ver como un chorizo mal rellenado. Ya saben, una nalga saliéndose por aquí, una teta volando por allá...

- ¿y tú, guapo? –ronronea. Tadeo le regala una sonrisa que ocupa con todas las chicas para llevárselas a la cama y puedo ver como esta no es inmune.

- lo mismo, muñeca –le guiña el ojo y la mesera sonríe

- ahora vuelvo –por fin se va y suspiro agradecida.

- ¿celosa? –molesta el idiota

- estaría celosa de un perro pero no de ti –a miles de kilómetros se mira que estoy molesta

- ok, haré de cuenta que te creo

- ¿por qué no me dejas? Es obvio que no podemos estar ni cinco segundos juntos sin crear la tercera guerra mundial –él se queda callado solo dedicándose a observarme y eso le da espacio a mi diarrea verbal

- no podemos siquiera estar en el mismo lugar, no lo entiendo. He escuchado que nunca sales con chicas, nunca las llevas a comer, pero estas demostrándome otra cosa y eso me confunde

- ¿por qué te confunde? –pregunta curioso mientras pone sus antebrazos sobre la mesa e inclina su cuerpo hacia mí

- porque no te puedo tratar mal cuando andas todo amigable y vomitando arcoíris. En cambio, si te portaras tal como me dicen que te comportas entonces no tendría ningún problema en romperte la cara

- ¿vomitando arcoíris? –dice divertido. Bufo y miro a otro lado. Es imposible tener una charla seria con él –hey, regresando al tema, ¿te molesta no poder odiarme?

- me molesta no poder leerte como a las demás personas, cambias tan rápido de ánimo que es imposible seguirte el ritmo

- me pasa lo mismo contigo, así que supongo que comparto tu frustración de alguna manera –la mesera llega con nuestras ordenes

- ¿puedo hacer algo más? –dice toda sonriente a Tadeo

- sí, desaparecer de mi vista. Largo –espeto y ella se queda un poco en shock pero al ver mi mirada mortal se va corriendo.

- eres mala cuando te lo propones, gatita

- ¿Cuántas veces te tengo que decir que no me digas así? –me paso ambas manos por la cara en señal de cansancio y apoyo mis codos en la mesa, escondiendo mi rostro en mis manos

- ¿tanto te molesta?

- me trae malos recuerdos –me levanto del asiento y me dirijo hacia la entrada dispuesta a irme –no tengo hambre

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