CAPÍTULO 37

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Llegamos al famosísimo lugar que todos conocen de comida rápida donde venden hamburguesas pero antes de entrar él me toma de la cintura y se quita los lentes para trabarlos en el cuello de su camisa.


Después de las revelaciones y la confesión de celos por parte de Tadeo, como no teníamos nada qué hacer, decidimos salir a tomar aire y relajarnos un poco ya que el ambiente estaba un poco tenso.

Así que él me trajo a McDonald's porque le comenté que yo nunca he entrado a uno debido a que no hay en donde yo vivía.

- bienvenidos a McDonald's ¿qué desea ordenar? –pregunta el chico detrás de la caja. Semi rubio, alto, piel clara y con unos brillantes ojos verdes que no me quitan la mirada de encima.

- cariño, ¿por qué no vas a apartar una mesa? –dice Tadeo con la mirada fulminante en el chico que según su uniforme se llama: Zacariah

- claro, no tardes –sonrío, tomo de la mejilla a Tadeo para que gire a mirarme y le doy un pequeño beso para que se le pase un poco su enojo y al parecer funciona.

En sus ojos puedo ver que se está divirtiendo con esto pero también veo la satisfacción. Le quito la gorra para ponérmela con la visera hacia atrás tal como la tenía él y me voy a escoger una mesa para comer.

Minutos después llega con el pedido y lo deja sobre la mesa para después sentarse a mi lado. Me pasa mi hamburguesa, papas fritas y refresco.

- gracias -sonrío y le doy la primer mordida, todo bajo su atenta mirada.

- ¿qué tal? –alzo el pulgar

- deliciosa –digo cuando trago. Tomo un sorbo del refresco

- ¿qué fue eso de allá? –pregunta. Me encojo de hombros y tomo una papa frita

- simplemente te seguí la corriente, no me gusta que me miren como un trozo de carne andante –meto la papa a mi boca y él sonríe.

Nos la pasamos comiendo, riendo, bromeando y de vez en cuando besándonos. Este dia no podía ir mejor.

- mira –alzo los ojos para verlo y casi escupo mi refresco.

Me parto de la risa y él sonríe con las dos papas fritas como colmillos.

- soy un vampiro –eso me hace reír más y de reojo veo como algunas personas giran sus cabeza hacia nosotros para ver porqué tanto alboroto

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- soy un vampiro –eso me hace reír más y de reojo veo como algunas personas giran sus cabeza hacia nosotros para ver porqué tanto alboroto.

Después de la broma de Tadeo, recogimos todo y nos levantamos para irnos.

- quiero un helado, ¿quieres uno? –le pregunto cuando tiramos la basura.

- sí, vamos –me toma de nueva cuenta de la cintura y caminamos de nuevo a Zacariah –dame un helado de chocolate y otro de vainilla

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