Toma una pequeña siesta

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Y así lo hizo, infló sus mejillas y aspiró con fuerza, dándole una visión realmente tierna.

—No se va —frunció el ceño y volvió a soplar, pero nada—. Hyuuung, no se va —hizo puchero.

El otro no pudo hacer más que soplarla él mismo, pero tampoco pudo hacerla volar.

—Agh, estas cosas sólo funcionan en las películas románticas —negó con la cabeza, divertido, para después alborotar un poco los rizos del pequeño.

Caminaron hacia uno de los muros de ladrillo y recostaron su espalda al momento de sentarse sobre el suelo. Observaron en silencio el cielo azul, imaginando qué habría más allá, viendo cómo las nubes se movían poco a poco debido al viento.

—Hace un lindo clima —comentó Jisung, vagamente, sólo para cortar el silencio.

—Sí, es refrescante —Mark admiró un poco más el cielo, para después cerrar los ojos, con una ligera sonrisa—. Muero de sueño, al parecer, hoy mis profesores se pusieron de acuerdo para enterrar a la clase entre montañas de trabajos —suspiró cansado, aún sin abrir los ojos.

Así que por eso era, tuvo muchas cosas que hacer durante el día y por eso no lo había visto, no era porque lo estuviera evitando. Soltó una leve risilla, algo más como un suspiro de alivio, desasiendo el nudo de pensamientos que llevaba todo el día ahorcándolo.

—Dormiré un poco, despiértame antes de irte —cruzó los brazos, acomodándose para la siesta que tomaría en ese mismo lugar.

El pequeño se preguntó por qué simplemente no iba a la habitación y se recostaba cómodamente sobre su cama, supuso que a Mark tampoco le gustaba el colchón lleno de resortes ruidosos y molestos que tenían los alumnos por cama.


Había leído ya más de la mitad del manga, y aún Kangcheol no descubría quién era el asesino de su familia, en serio esperaba que Yushin no le haya mentido respecto al contenido del comic sino en el colegio pronto habría un asesinato. Cerró las páginas del libro, doblando la esquina superior de la página en la que se había detenido, talló sus ojos, supuso que ya estarían rojos pues el cansancio acumulado de la mañana sumado con el hecho de que ya hace media hora había oscurecido y aún así siguió leyendo ocasionó que sus ojos estuvieran realmente agotados debido a que los forzó a leer en plena oscuridad con sólo el pequeño y amarillento foquito que estaba a unos metros de donde ellos estaban sentados. Miró hacia su lado izquierdo, notando el peso de la cabeza de su amigo sobre su hombro; sonrió ante ello, su playera del uniforme color azul cielo tenía una ligera mancha húmeda, Mark babeaba mientras dormía.

Quiso quedarse un poco más ahí, con la compañía de su hyung, con la blanca luz de luna y las estrellas en el oscuro cielo sobre ellos, con la relajadora y fresca briza, con el sonido de los grillos y de cigarras escondidos en el interior del bosque que rodeaba el instituto; todo ello lo hacía sentirse bien.

Sin embargo, todo eso se desplomó en cuanto escuchó pasos de alguien subiendo por la escaleras, en dirección a la azotea, justo donde ellos estaban; inmediatamente palmeó el brazo de Mark, despertándolo.

—Mmmh... cinco minutosh másh —hizo puchero, hablando graciosamente adormilado, pero no había tiempo para reír, si los descubrían ahí, estarían fritos.

¿Jisung olvidó mencionar que subir a la azotea estaba prohibidísimo para los alumnos?, pues así lo era, incluso estaba escrito en un letrero pegado sobre la puerta que está terminando las escaleras, "Prohibido el paso de alumnos. Sólo personal autorizado".

Por eso mismo nunca había personas allí arriba, por eso mismo Jisung aprovechaba para pasar tiempo a solas en ese lugar, por eso mismo ambos chicos se escondieron detrás de unos grandes botes de metal que estaban a un costado de uno de los enormes contenedores de agua que abastecían al colegio.

Come into my Dream [Mark & Jisung]Where stories live. Discover now