Eres un maldito cerdo

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Capítulo 10.

Habían hablado más de la cuenta. Horas y horas. Acostados sobre esas finas sábanas. Ninguno de los dos había sentido el tiempo que habían utilizado. Y sin querer... Sin ninguna intención... Tenía a ___________ abrazando su cintura. Su tibio aliento sobre su cuello, erizándole la piel desde hace un buen tiempo, con los ojos cerrados y aún envuelta en un profundo sueño. Se veía mejor cuando dormía. Le provocaba follarla en ese mismo instante. Las ganas de hacérselo no se le habían ido. Al contrario, habían aumentado, es que con ella...Con __________, ya no se sabía. Moría por...Arrancarle la ropa, y hacérselo suavemente, despertándola con un delicioso orgasmo que escucharía a gusto. Se relamió los labios. Ahora mirándola dormir. Bonita, y jodidamente sensual... Pensó ahora.

De pronto, un ligero suspiro salió de los labios de ___________. Abrió los ojos lentamente, encontrándose con el rostro de Suga.

— Maldición... — Se precipitó a decir ella. Ligeramente horrorizada. Retiró los brazos de la cintura de Suga. Había dormido mucho. Y podía jurar que no recordaba nada de lo que había pasado. — ¿Por qué...? — Susurró, sin saber porqué había despertado entre los brazos de él. — ¿Qué ha pasado?

— Pensé que lo recordarías.— le dijo él. Con una sonrisa en los labios que no hizo más que preocupar a ____________. — Tan bien que lo hemos pasado, guapa...

— Basta, dímelo ¿sí? Por favor... — Le rogó, tratando de recordar al menos un fragmento.

— Voy a ducharme...

— Suga, por favor. — Volvió a decirle ella.

—Te he follado. —Le dijo riendo. ____________ abrió los ojos. — Tú me lo pediste, así que...

— ¿Qué?

— Ya me oíste. — Se puso de pie, con ella todavía sobre las sábanas tendidas en el suelo. En un estado de shock.

— ¡Eres un imbécil!

— Sí, sí, sí... — Suga abrió las puertas desgastadas del pequeño baño. Se quitó la camiseta.

— ¡Un idiota!

— Cálmate.

— ¿Que me calme? — Ella se puso de pie, alcanzándolo hasta el baño. — Eres un maldito cerdo... — le gritó, para ese entonces Suga la había tomado de los brazos. Deteniéndola. La pegó contra la pared, ella no podía ni siquiera moverse. Jamás llegaría a igualar su fuerza.

—Si soy un cerdo, ¿Por qué has dejado que te hiciera lo de la otra noche? — Le recordó. Un ligero calentón se pasó entre los dos. Recordando cuando ella se había dejado coger por él, de todas las maneras. A __________ se le subieron los colores. — No me insultes más si no quieres que repita lo de hace unas horas...

— Te odio...

— Yo también.

— Me das asco...

— Sí, guapa. Como quieras. — Puso los ojos en blanco. Ligeramente dolido por sus palabras.— Una cosa más. Ni te he follado ni lo haré. No eres de mi tipo y nunca estaría con una niña como tú...De esas, que se creen las mejores y al final...

— Y al final te terminan poniendo tanto que terminas pajeándote solo en el baño.

— Qué lindas palabras...

— Dime que es mentira, Suga.

— No, no lo es...Terminé masturbándome la otra noche por que jamás terminaría de correrme con alguien como tú.

— Sí, Suga, cómo no. — Intentó separarse de él, para no llorar frente a su rostro. Sus palabras le herían en el fondo, muchísimo, pero él parecía no notarlo. —¡Suéltame!

—Aún no hemos terminado de hablar.

«¿Secuestrada?» | BTS SUGA Y TÚ. | [HOT]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum