11: Los orígenes de Gael

263 48 10
                                    




Edwalls - Ninnock 1980




          No solo los humanos están hechos de experiencias y percepciones, las brujas y los vampiros también. No podía culpar a Harry por sentirse así, o por creer que Gael era mi novio, siendo honesto, ni siquiera yo mismo sabía qué era lo que pasaba con Gael, comenzó como una idea loca y con el tiempo fue escalando y escalando cada vez más, me mantenía con él por compromiso, por mantener a mi familia contenta, pero al final de todo era bastante notorio que todo lo que había hecho lo había hecho pensando en Harry y cómo hacer que las cosas duraran más tiempo o que se consolidaran.

          — ¿Cómo sabes su nombre? — no entendía muy bien, eran demasiadas conclusiones y mucha información que terminaba quedándose corta. Analicé el cuello de Harry, bajo la luz de las estrellas se veía muy provocador, escuché el cantar de los grillos.

          — Lo conozco, me lo he cruzado antes, es un tritón. — no tenía palabras, me había dejado atónito. — ¿No lo sabías?, al menos conmigo sabías que era un vampiro. — se veía la incredulidad en su cara, tardé en volver a pronunciar alguna palabra.

          — No somos nada, es una historia larga, no creo que sea el momento para contártelo. — desvié la mirada, me sentía incómodo.

          — ¿En serio?, cielos, que tonto soy. — la felicidad se le escapaba por los poros.

          — Entonces es un tritón.

          — Sí, su familia no vive muy lejos, los Ornacian, son una familia de tritones y humanos, cuando lo vi con ustedes me sorprendí, había escuchado que un auto lo había arrollado.

          Eso era cierto, las cosas se iban a complicar, me daba mucha vergüenza explicarle a Harry lo que había pasado, saqueando tumbas y usando pociones de amor, no era como él me conocía, nunca fue mi idea la de hacer todas esas cosas pero aun así me había prestado para hacer todo. Decidí explicarle la historia, el tiempo pasaba, me había extendido, no quería dejar nada por fuera, no pude evitar repetir unas dos veces en cada frase que yo no estaba de acuerdo con nada y que me había convertido en un preso de los planes, obligado por mis maquiavélicas familiares y mi mejor amiga. Cuando terminé de contar como habíamos traído a la vida de nuevo a Gael, Harry me miró expectativo, soltó una risa.

          — Te extrañé. — sus palabras sacudieron mi cuerpo.

          Había estado tan lleno de presiones, tan tenso. Hay dos tipos de presiones, las que te hacen sentir como si te estuvieras muriendo y las que te hacen pensar que serias capas de morir siempre y cuando te sigas sintiendo de esa manera, negativas y positivas, toda presión negativa que me hacía sentir como si estuviera muriendo desapareció, ahora me sentía cómodamente presionado, salté a abrazarlo más fuerte que nunca, cada musculo de su cuerpo me rodeó de la misma manera, como lo había querido por tanto tiempo. Nos separamos del abrazo y unimos nuestros labios, no sabría decir quien besó a quien, solo pasó, una misma intención y el mismo cosquilleo.

          Dormí muy bien esa noche, apretado pero bien, antes de acostarnos Chloe y Priscila me sacaron toda la información de cada rincón de mi cuerpo, me acosté con una sonrisa y me desperté de la misma manera, al día siguiente las cosas no estuvieron tan diferentes durante el desayuno, las misma ley del hielo de parte de Martha y Gael, me daba miedo que mi abuela o mi madre lo notaran, sería catastrófico, necesitaba arreglarme con Gael lo antes posibles.

Sangre y diamantes: El primer brujoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant