6: Cacería de brujas

356 65 14
                                    




Edwalls - Ninnock 1980



Le echo un breve vistazo a mi corazón

Mantengo los ojos bien abiertos todo el tiempo

Sujeto con fuerza el extremo de esa cuerda que aprieta

Porque eres mía, camino por la línea.

Lo veo muy fácil para que sea cierto

Me encuentro sólo cada día que pasa

Sí, admito que estoy loco por ti

Porque eres mía, camino por la línea.

          Me cansé de escuchar a Johnny Cash, su canción era movida y animada, normalmente la escuchaba cuando Priscila venía a visitarme, pero esta vez la canción se tornaba tan triste de un momento a otro, no era como si la letra de la canción fuese triste, era triste para mí. Porque mi percepción de las cosas ya había cambiado, ya el mundo era diferente.

          — ¡Por Dios!, Marcus, siempre te animas con esta canción, no muy lenta, no muy rápida, perfecta para ti. — Eso era verdad, las cosas que estaban en ese punto medio me encantaban.

          — La existencia de Dios es cuestionable, Priscila. — cada quien puede creer en lo que le dé la gana, la cosa era que creciendo en un mundo de mortales, en el que una iglesia nos podía quemar en vida e ignorar esos hechos algunas décadas después, yo prefería creer en las fuerzas que me hacen ser poderoso a mí, y no en un personaje nunca antes visto que solo da ilusiones a las personas que no pueden mantener el peso de sus acciones propias por si solas. Mi opinión es válida, al igual que cualquier otra. No puedo negar que admiraba la unidad y perseverancia de las comunidades religiosas, era una pena que si no vivías a su manera tu valor como ser humano era inexistente.

          — Lo sé, lo sé. Me lo dices todo el tiempo. — Priscila se levantó del piso y cambió el disco de Johnny por el disco de ABBA, uno de los grupos musicales más actuales del momento. — buena música. — Priscila comenzó a dar giros alocados al ritmo de la música, amaba a mi mejor amiga, esa ropa de todos los colores, su cabello rojizo perfectamente natural y alborotado como ella, siempre creí que su cabello se adaptaba a su personalidad, diferente y alocado.

          — Es solo que, él vino hasta aquí, corriendo riesgos, Martha lo trató de una manera pésima. Debería ir por él al bosque muerto, debería, como dice esa canción, arriesgarme a caminar la línea por él.

          Tal vez estaba siendo exagerado, todo era exagerado cuando había magia de por medio. Finalmente me gustaba un chico, ese chico me dijo que estaba enamorado de mí, y todo ese momento se fue al inodoro por una rivalidad en la que ambos estábamos involucrados de manera indirecta, quería saber lo que él estaba pensando, lo que tenía que decirme.

          — Ay Marcus. — Priscila se sentó a mi lado en la cama. — no te mueras por un chico, además, ¿lo conoces hace cuánto?, unas semanas, mes y medio máximo.

          — No entiendes Priscila, sé que tú tampoco has tenido un novio antes, pero yo no soy del tipo de chico que va por el mundo enamorándose de un hombre nuevo a la semana. Él y yo estamos hechos el uno para el otro, somos la vida y la muerte. — comencé a pensar que estaba soltándome de más, y en la mansión Bloodie eso era malo. Las paredes normalmente escuchaban, literalmente.

Sangre y diamantes: El primer brujoWhere stories live. Discover now