Memorias del pasado

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DRACO

Draco despierta—escuche el suave murmullo de una voz soñolienta a mi lado, sonreí como un crío enamorado recordando la noche anterior y el amanecer—Draco tenemos que levantarnos

Antes de que pudiera contestar unas voces por el pasillo me interrumpieron, luego se escucho como las puertas de la habitación  se abrían y cerraban y abrí los ojos para ver como 2 cabecitas rubias, una castaña y una negra trepaban por la cama. Sonreí ante la escena.

-       Draco—dijo de nuevo a mi lado la mujer más hermosa del mundo, mi esposa, mi amiga, mi compañera. Antes de que los niños llegaran a nuestro lado convoque por magia mis pantalones olvidados debajo de nuestra gran cama matrimonial y le pase mi camisa a ella para que se cubriera, desde que Scorpius había regresado a casa de su primer año en hogwarts usaba algunos de los hechizos ahí aprendidos, si estaba prohibido usar magia fuera de la escuela pero la clausula era que se usara la varita para considerarse una infracción, en cambio Scor solo utilizaba su mente justo como yo lo hacía cuando tenía su edad as{i que técnicamente y como Hermione lo había señalado en la audiencia a la que convocado no había ninguna infracción.
-       Te dije que no le enseñaras el alohomora no verbal—me regaño la madre de mi prole.
-       Era una buena idea en aquel momento—dije con una mueca, pues si desde que le había enseñado ese hechizo en especifico todas las puertas de la mansión Malfoy estaban desprotegidas, Scor sin duda había heredado la inteligencia de su madre ya que había desentrañado las barreras que Hermione puso en nuestra alcoba, ahora teníamos que buscar un hechizo más potente para impedir que los niños nos encontraran en alguna situación un tanto embarazosa, saben a lo que me refiero.
-       ¡feliz cumpleaños papa!—dijeron a coro los niños
Draco despierta—escuche el suave murmullo de una voz soñolienta a mi lado, sonreí como un crío enamorado recordando la noche anterior y el amanecer—Draco tenemos que levantarnos

Antes de que pudiera contestar unas voces por el pasillo me interrumpieron, luego se escucho como las puertas de la habitación  se abrían y cerraban y abrí los ojos para ver como 2 cabecitas rubias, una castaña y una negra trepaban por la cama. Sonreí ante la escena.

-       Draco—dijo de nuevo a mi lado la mujer más hermosa del mundo, mi esposa, mi amiga, mi compañera. Antes de que los niños llegaran a nuestro lado convoque por magia mis pantalones olvidados debajo de nuestra gran cama matrimonial y le pase mi camisa a ella para que se cubriera, desde que Scorpius había regresado a casa de su primer año en hogwarts usaba algunos de los hechizos ahí aprendidos, si estaba prohibido usar magia fuera de la escuela pero la clausula era que se usara la varita para considerarse una infracción, en cambio Scor solo utilizaba su mente justo como yo lo hacía cuando tenía su edad as{i que técnicamente y como Hermione lo había señalado en la audiencia a la que convocado no había ninguna infracción.
-       Te dije que no le enseñaras el alohomora no verbal—me regaño la madre de mi prole.
-       Era una buena idea en aquel momento—dije con una mueca, pues si desde que le había enseñado ese hechizo en especifico todas las puertas de la mansión Malfoy estaban desprotegidas, Scor sin duda había heredado la inteligencia de su madre ya que había desentrañado las barreras que Hermione puso en nuestra alcoba, ahora teníamos que buscar un hechizo más potente para impedir que los niños nos encontraran en alguna situación un tanto embarazosa, saben a lo que me refiero.
-       ¡feliz cumpleaños papa!—dijeron a coro los niños
-       ¡papi!—dijo la más pequeña de mis hijos, con 5 años de edad Cissy se acurruco entre mis brazos, bese su cabecita llena de rizos azabache, ella era la única que había heredado los rizos de su madre pero eso y su pequeña nariz eran lo único que compartían madre e hija ya que ella era la viva imagen de mi madre con el cabello negro, la piel de porcelana y los ojos azules, le hacían honor al nombre que habíamos elegido para ella, bueno más bien que Hermione había escogido porque cuando por fin abrió sus ojitos y descubrimos que eran iguales a los de mi madre ella se había empecinado en llamarla Narcisa, Claro que yo estaba encantado por la idea, luego vino nuestro hijo Abraxas con 6 años tan solo un año mayor que Cissy, él era mi viva imagen pero su personalidad era más parecida a la de su madre, ya que si no estaba jugando con sus hermanos estaba leyendo un libro en la biblioteca, cosa que no le hacía mucha gracia a la pequeña pelinegra que era traviesa y sumamente inquieta, mientras Abraxas prefería quedarse a leer un libro en un día lluvioso de temperamento en su mayoría paciente Cissy prefería ponerse a inventar juegos o corretear por toda la casa llena de energía. Luego estaba mi pequeña rubita de ojos miel quién llego hasta nuestro lado y se sentó en medio de Hermione y de mí mientras Abraxas abarcaba los brazos de su madre, mi pequeña Jane, era ya era toda una pequeña señorita con sus 9 años recién cumplidos, y al final pero no por eso menos importante estaba mi primogénito, Scorpius con su cabello castaño lacio y sus ojos grises, quién pronto empezaría su segundo año en hogwarts, lo que me hizo que recordara que teníamos que ir pronto al callejón Diagon a comprar sus utiles escolares y nuevas túnicas para la casa de Gryffindor, porque Scorpius era el primer Malfoy en ir a la casa de los leones.
-       Papa no olvides que tenemos que ir por mi escoba—dijo Scor recordándome que teníamos que pasar a recogerla a la tienda, ya que la otra había sufrido un pequeño accidente mientras volábamos él y yo en la escoba.
-       Draco—dijo Hermione en ese tono calmado que a veces detestaba, pues era una segura regañina para mi, inclusive vi como los niños se estremecían, no es que ella fuera una madre estricta ni nada por el estilo, sino que era una madre muy cariñosa y comprensible pero a la hora de tener que frenar algunas ideas alocadas de su familia no había quién le refutara sus argumentos, no por nada era una de las mejores abogadas de la confederación mágica de Europa.
-       Mama quiero hacer audiciones para buscador y necesito una escoba—dijo el pequeño diplomáticamente sentado enfrente de nosotros,--además si quiero el puesto necesito ponerme a entrenar desde ahora
-       Lo sé cariño, iremos por tu escoba más tarde—dijo Hermione no encontrando ningún argumento para invalidar las palabras de su hijo, si sin duda él también compartía la parte diplomática con su madre, al igual que Abraxas, en cambio mis pequeñas niñas eran todo un torbellino, trague saliva pensando en el montón de muchachos que iban a revolotear a su alrededor en los próximos años, lo bueno que tenía 2 muchachos para que me ayudaran lo que me hizo pensar que tal vez con ellos no fuera suficiente y ya iba siendo hora de encargarle otro Malfoy a la cigüeña.
-       Sabes quede de ir con Luna al hospital—dijo Hermione de pronto, lo que me hizo recordar el día de ayer, pues mientras Theo, Blaise y yo estábamos en una junta empresarial cerrando tratos con compañías americanas muggle Luna estaba entrando en parto 2 semanas antes de lo previsto, lo que claro puso como loco a Theo cuando quisimos utilizar la red flu y nos enteramos que estaban saturadas, pudimos aparecernos pero cuando ninguno de los 2 supo donde rayos se encontraba el hospital muggle al que Hermione se refería tuvimos que esperar por casi una hora en la embajada de Londres mágico de New York. Luego cuando por fin llegamos al hospital descubrimos que Luna había dado a luz a un niño, el segundo hijo varón de Theo desde hacía media hora, un niño con la piel un poco bronceada como su padre pero con los cabello rubios oscuros, una mezcla perfecta del cabello rubio de Luna y el castaño dorado de Theo, con ojos miel a quién Luna llamaba Nolan. El pequeño Nolan era el cuarto hijo de la pareja, ya que contaban con sus gemelas de 6 años Aline y Ariane y el pequeño de 3 Bastien.
-       Sabes tal vez sea hora de ir agrandando a la familia—le dije a Hermione arrastrando las palabras, cosa que a pesar de los años siempre hacia que sus mejillas se tiñeran de un adorable color rosa, hoy tampoco era la excepción.
-       Draco no creo que debamos hablar de eso ahora—dijo Hermione pues conocía el deseo de Cissy por tener un hermanito.
-       Si mama quiero un hermanito—dijo la pequeña para mi buen humor
-       ¿para qué quieres un hermanito Cissy?—pregunto Abraxas con los ojos entrecerrados, sin duda su mente trabajaba igual de rápido que su madre adelantándose a la situación.
-       Quiero jugar con él—dijo la pequeña obstinadamente al ser el centro de todas las miradas, ganándose en su dirección 3 pares de ceños fruncidos
-       ¿y nosotros no jugamos contigo?—dijo Abraxas, exponiendo en voz alta lo que sin duda era el pensamiento de sus hermanos mayores.
-       Bueno si—dijo Cissy esta vez tímidamente—pero así yo no sería la más pequeña.
-       O lo siento amos—dijo Diby la elfa domestica más noble del mundo a quien considerábamos parte de esta familia.
-       Está bien Diby pasa—dije sonriéndole cálidamente
-       Señor el desayuno está listo, por cierto señor felicidades—dijo la elfa desapareciendo con un ploof después de hacer una reverancia, por más que intentáramos que no lo hiciera ella se negaba a obedecer esa petición.
-       Niños vayan a cambiarse ahora—dijo Hermione haciendo que los niños salieran de la habitación, trate de incorporarme pero su mano en mi pecho me detuvo lo que hizo que volviera a recostarme en la cama, en un rápido movimiento ella estuvo a horcajadas sobre mí.
-       Ahora es mi turno de felicitarlo señor Malfoy—dijo mordisqueando el lóbulo de mi oreja, un escalofrío me recorrió entero ella sabía todos y cada uno de mis puntos débiles y se aprovechaba al máximo de ellos.
-       Hermione la puerta—dije roncamente, ella solo sonrió de medio lado y con un movimiento de la mano atrinco una silla contra la puerta, si bien eso era suficiente teniendo en cuenta que la cerradura no serviría.
-       Todo bajo control—me dijo con una sonrisa sexy mientras volvía a su tarea pero esta vez contra mi cuello—Sabes eso que dijiste sobre ampliar a la familia espero que lo hayas dicho enserio.
-       Sabes que si—dije medio serio mientras reprimía un gemido ¿Qué había dicho? O si algo sobre agrandar a la familia—sin duda estare encantado de hacerlo—le dije mientras la colocaba debajo de mi cuerpo
-       Bueno eso ya no será necesario—me dijo con las cejas alzadas mientras sonreía coquetamente, ¿ella acababa de decir lo que creía?—feliz cumpleaños Draco—me dijo mientras colocaba una de mis manos en su vientre plano, sin poder contenerme la bese con pasión o si, definitivamente celebramos en nuestro dormitorio la noticia de una nuevo Malfoy en camino...

Feliz cumpleaños DracoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora