Capítulo X - Recuerdos Prometedores // I N E F A B L E

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El calor abrazaba toda la ciudad, y era agobiante que te cubriera cualquier prenda, por ello mi pecho se inundaba de culpa mientras miraba de reojo a Piscis, quien estaba a metros míos esperando que sus uñas se secaran, tenía el brazo enseyado, dede la punta de los dedos hasta un poco más arriba del codo.

Estaba muy sudada, aún estando frente al ventilador. Su cara era de aburrimiento y tristeza, tan solo habían pasado 2 semanas del incidente en la fiesta, pero no podía imaginarme tanto tiempo así, sin poder disfrutar del verano.

Libra llegó causando distracción de mi culpa.

-Toma- me ofreció una botella de agua helada, le sonreí y la tomé para beberla como si estuviera en el desierto mismo.-¿Cuánto más tardará?- mi amigo se dio vuelta hacia la lesionada - Ey, Pi ¿Hay alguna notícia? - la chica ni siquiera le miró, tan solo se encogió de hombros con la mirada en las uñas de sus pies.

Habíamos acordado una salida al cine con Libra,Virgo y Leo, y todos nos juntabamos en la casa de esta última para srubiatodos juntos y evitar que alguno espere solo. Hace 30 minutos tuvimos que haber salido, pero Leo aún no estaba lista.

-¡LEO!- gritó Libra a pies de la escalera, la rubia siquiera contestó al llamado. El delgado chico ni se molestó en insistir, tan solo bufo y se acercó a la morocha callada. - ¿Que hay de nuevo Pi? - preguntó intententado animar el estado claramente deprimido de la chica. Ella se encogió de hombros. - Veo que estas poniendote bella, aunque nose para qué, si de todos modos no te sirve- bromeó, y por fin sonrió.

-Tal vez pueda intentarlo contigo- dijo y Libra rió y entregó sus manos, Piscis sonrió aún más y tomó en sus... mejor dicho su mano algunos esmaltes.

-Oye Escorpio- me llamó el chiflado- ¿Cual me combina mejor con mis ojos? ¿Azul o verde?- Piscis rio en voz baja y me sentí mejor de verla feliz, al menos por un rato,así que colabore con el juego.

-Ya te lo he dicho cariño, el verde resalta tus curvas- más risas, esto iba bien.

-A mi nunca me haz dicho eso- Libra se llevó una mano al pecho- ¿Acaso estás engañandome con otra?- su cara era épica, yo intenté modular una palabra, fingiendo sorpresa- ¡Maldita rata de dos patasss! - comenzó a cantar a los gritos. Piscis estalló en risas, y el buen humor se plantó en mi al verla secándose sus lágrimas.

-Estoy lista- anunció Leo, Virgo salió del baño y todos nos fuimos, no sin antes saludar a la lisiada, la cual había decidido no acompañarnos, aunque desconocía el porque de esa elección.

Finalmente fuimos al cine, vimos la película y realmente no me enteré de lo que se trataba,ya que la risa de la morocha había quedado tatuada en mi mente, era algo extraño, pero creo que había conectado con esa chica.

Al volver a la casa de la rubia, y entre charlas y risas el hambre comenzó a surguir y decidimos pedir una pizza.

- Ey Escorpio - me llamo Virgo mientras colocaba los platos - busca a Piscis -
Asentí y fui a cumplir su pedido. No fue dificil diferenciar entre la puerta rosa con brillo y la celeste con un mandala para saber detras de cual estaba ella; toqué un par de veces pero no obtuve respuestas, luego de pensarlo unos segundos, entré despacio creyendo que estaba dormida, aunque la situacion era distinta a lo imaginado.

Estaba sentada sobre su cama com alcoholchado blanco, lo cual dejaba ver más fácilmente los pinceles de mango negro y frascos de pintura dispersos por el mueble de plaza y media; con los auriculares puestos y su celular junto a ella, decoraba el yeso que cubria la mitad de su brazo. Se veía en paz y armonía, concentrada en lo que hacía. En cierto punto me sentía incomodo pero al mismo tiempo curioso de verla en ese estado tan privado.

-Emmm...Piscis...- hablé, ella se sobresalto y casi deja caer el pincel, dejando este sobre la paleta de colores, se quito los auriculares y me miró expectante a la noticia que traía- pedimos pizza- avise y ella se me quedó mirando, a la espera de algo más, yo la mire confundido- em...¿Bajas?- ella asintió, pero luego de haber ocurrido un cambio en su mirada, al parecer no dije lo que esperaba escuchar...

En la cena todo fue tranquilo. Ella rió y yo quedaba hipnotizado ante su sonrisa y bajo el hechizo inocente de su voz también sucumbia en tranquilidad.

La sobre mesa duró más que lo esperado. Eran las 2 de la madrugada y aún seguíamos riedo. Aunque cierta morena ya se estaba aburriendo de las historias de Leo sobre ella y como ella era superior a todos, porque ella ella y ella.

Discretamente la chica alejó su silla de la mesa, y en un estallido de risas de los demás, aprovechó para irse. Curioso del que iba a ser y con ganas de tener un momento a solas con ella para conocer esa aura de misterio que la envolvía, opté por seguirle.

La puerta trasera de la casa estaba entre abierta, pasé por esta y la vi quitandose el vestido se verano que traía puesto, quedándose con la malla que debajo traía, con mucho cuidado de no mojar el yeso se sentó en la pequeña pileta circular de niños que había armada sobre el césped. Luego de prender el reproductor de música y conectar su movil a este, se quedó mirando al frente, a un punto fijo, aunque no sabía que cosa, ya que no había nada.

Opté por acercarme hacía donde estaba.

-¿Qué ves?- susurré mientras me ponía en cuclillas, al nivel de ella, Piscis se sobresalto y levantó la barbilla y me miró, luego directamente volvió a su estado anterior, ignorando mi pregunta.

Auch, me estaba ignorando a toda costa.

-¿Puedo observar contigo?- su respuesta fue tan solo dejarme un lugar. Me quite la camisa y me senté, utilizando mis bermudas como bañador. La miraba de reojo, pero ella ni siquiera se inmutaba. El silencio era interrumpido por la música que sonaba de fondo. No era incomoda la situación, por raro que suene, me sentía cómodo junto a ella, pero tenía mucha culpa sobre mis hombros por la lesión que padecía. Así que finalmente lo dije.

-Lamento tanto lo de tu brazo, realmente me siento muy tan avergonzado...- confesé en un murmuro vergonzoso, pensé que me insultaría, o que volvería a ignorarme, pero su respuesta fue sorprendente.

"¿Por qué se está riendo? ¿Se está riendo de mi confesión de culpa?"

Confieso que en un primer momento quise romperle la otra mano.

-¿Qué es lo gracioso?- cuestione ofendido. Ella me miró con una de sus esplendidas sonrisas.

-Que te salió en rima- contestó y yo analice lo que dije;al hacerlo, caí en la cuenta que era verdad y reí un poco junto a ella.

-Tengo alma de poeta- me uní a las bromas, hasta que las carcajadas fueron desapareciendo y nos quedamos mirando el uno al otro con sonrisas en nuestros rostros, sus ojos brillaban, y en ellos parecía haber luces, luces de felicidad- De verdad, lo lamento- ella hizo una mueca de lástima, pero hacía mi.

-No importa, ya pasó, no vale la pena prestarle demasiada atención- habló levantado un poco el yeso y encogiendo sus hombros. Le miré y al conectar nuestras miradas me sonrió con amabilidad, amabilidad que caló hasta mis huesos y me hizo estremecer el nivel de comunicación que podía crear esta chica tan sólo con sus ojos.

-¿Amigos?- pregunto alzando su dedo meñique, alcé mis cejas y en un primer momento quise reirme en su cara, pero ante su perseverante e ilusionada mirada no pude hacerlo, para mi sorpresa le sonreí de vuelva y uní mi dedo meñique.

En silencio nos acomodamos mejor, liberando la tensión acumulada y observando la Luna que brillaba en el cielo algo nublado.

Creo que fue algo mutuo el sentimiento de que nuestra nueva amistad iba a ser fuerte.

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