Capítulo 9 : Verdad oculta

152 10 4
                                    

Capítulo 9 : Verdad oculta

Quería gritar, desaparecer sin dejar rastro. Y sin embargo, estaba ahí, tirada en el césped de un parque insignificante para muchos y un parque importante para mí. Era el mismo césped en el que días atrás habíamos estado Daniel y yo. Ese césped en el que nos dimos nuestro primer beso, en el que los sentimientos frotaron a la luz del sol, ése que hizo de celda de castigo cuando él y yo nos escapamos juntos como si no hubiera mañana.Una sonrisa efímera asomo por mi boca. Ésos tiempos ahora parecían tan lejanos, y a la vez eran tan cercanos. Mi corazón volvió a latir, lo sentí resucitar del cementerio en el que minutos antes se encontraba. Era la magia del amor. ¿ Otra vez ?, ¿ Qué me estaba pasando ? Me estaban haciendo daño, sabía toda y absolutamente toda la verdad. Pero aún así seguía queriendo a Daniel, enganchada a él emocionalmente. ¿ Cuán descabellado y pasivo podía llegar a ser el amor ? Lloré no sé si por saber la verdad, por esa sensación de decepción que corría cada centímetro de mí o porque estaba siendo adictiva a una persona, a Daniel.

Alcé la vista en busca del sol. Pero el cielo estaba lleno de nubes grises apunto de estallar, como el caos que tenía ahora mismo en mi vida.

Algo rozaba por mis mejillas, una lágrima, dos, tres, cuatro, cinco... Perdí la cuenta a la séptima, ya no sabía cuántas lágrimas derramaban las pupilas. Miré hacia el cielo de nuevo, las nubes me hicieron compañía y también empezaron a desahogar su llanto en forma de lluvia.

Algo más relajada caminé llorando bajo la lluvia. Al otro lado del césped observé una silueta que me resultaba conocida, apreté los ojos a ver si mi vista volvía a recuperase después de tanto llanto. Los volví a abrir aguantándome las ganas de deshidratarme  llorando y entonces  pude vislumbrar la silueta de Daniel. Me quedé en estado de shock mientras Daniel se acercaba a mí.

- Hola- dijo con la mirada pérdida y al igual que yo, llena de lágrimas.

- ¿ ¡ QUÉ COÑO QUIERES ! ? - Dije intentando gritar para parecer más fuerte que él,me negaba a volver a ser la débil. Quizás era la rabia o el dolor causado el que me permitió obtener esa fuerza de la nada.

- Por favor...- hizo una pausa para tragarse las lágrimas y aclararse la garganta- ...escúchame.

Su voz, el color de la misma, hizo que me quedase paralizada ,sin decir una sola palabra.

- Sé que después de todo lo que sabes no querrás saber  nada más de mí.Pensarás que soy un cabrón, y quizás lo sea...- Hizo otra pausa mientras miraba hacia otro lado para evitar que viese como las lágrimas caían de su pupila- Lo que quiero decir es... que quiero explicarte todo. No te mereces esto. Eres un ángel, eres maravillosa.

Cuando lloraba me mostraba su lado más humano, más encantador. Los sentimientos no se pueden ir así como así, ni siquiera con las decepciones. Me gustase o no quería a Daniel. Lo quería mucho. Quizás todo tenga una explicación. Después de todo  ¿ quién soy yo para juzgarle ? , No soy mi madre, ni el detective Kensuke Díaz.

- Adelante, te escucho, elije bien tus palabras si me apuras está será la última vez que te escuche.

- Verás, como ya sabes he tenido una infancia difícil. Nadie me contaba cuentos cuando iba a la cama, nadie me daba consejos, nadie jugaba conmigo al fútbol cuando mi sueño era ser un gran deportista. Anhelo un amor que nunca tuve. Nunca he sentido el amor maternal orgullosa de su hijo, nunca he sentido el amor paternal mostrándome su profesión. Nunca he sentido el amor en sí, ni siquiera he sentido  la felicidad. Para sentir que alguien me quería tenía que pagar  por ello. Nadie me quiso, nadie me quiere y nadie me querrá jamás. Ahora sé que no nací para ser querido... - Hizo una pausa porque las lágrimas se le atragantaban al intentar seguir en el monologo , sin secar las lágrimas  o intentar pararlas continuó tartamudeandon para intentar seguir hablando-  Cuando mis padres fueron encarcelados yo no tenía nada. Nada por lo que luchar, nis sueños , ni casa, ni vida. Quería cambiar de lugar con la esperanza de que al cambiarme de sitio donde habitaba también cambiaría mi vida, pero no fue así. Como una maldición que te persigue seguí viviendo la misma existencia. Tuve que buscar dinero fácil para poder sobrevivir y mantenerme con vida. No quise aceptar la ayuda de nadie, ni de la Seguridad Social ni de la policía, ya no confiaba en nadie  Lo primero que encontré fue el trabajo de sicario. Por supuesto que no era de mi agrado. El primer trabajo sin duda fue lo peor. Tenía tanta curiosidad que fui a su propio funeral...Era horrible como ver a  todos sus familiares llorando, todos sus seres queridos maldiciendo a la persona que le había hecho eso sin pensar si quiera que estaba a pocos kilómetros de ellos. Todavía recuerdo los llantos, los gritos desesperantes  de esas personas desconocidas. El rostro de una mujer que se metió junto a él en la tumba. Fue la primera vez que verdaderamente me sentí un asesino. Y al mismo tiempo me sentía celoso, quería ser esa persona que yo mismo había matado simplemente por el hecho de que le amaban, se podía ver desde kilómetros que a esa persona le amaban como a nadie, que cuando murió un pedazo del corazón de cada una de las personas que estaban en el funeral también había muerto con él. Cuando conocí a Robert me dijo que tú le habías hecho daño, que eras un retrato viviente de mi madre. Que no me dejara engañar, que eras más manipuladora. Yo lo creí, maldita sea, yo lo creí. Parecía tan dolido, me recordaba tanto a ese niño perdido que tantas veces quiso pisar la comisaría desenado que lo creyesen y le ayudasen. Y le dijesen lo fuerte que había sido, me recordaba tanto a mí que no tenía otra lección, que llevarme tu caso a un terreno más personal. No me importaba el dinero.  Pero después de un tiempo contigo he descubierto lo que es el amor, el amor eres tú, Elena,y sólo tú. No hay otro amor mejor en este planeta que no seas tú. Gracias a ti he sido feliz. Se me ha olvidado quién soy, de dónde vengo, se me ha olvidado que  soy un asesino. Yo sé que me quieres ,Elena. Por primera vez sé que alguien me quiere, y eso me hace sentir importante. Perdóname, debí decirte mi verdadera identidad. Pero tenía miedo, miedo a perder lo que verdaderamente he amado, lo único que he querido tener en toda mi vida, algo de amor. - Sus lágrimas hacian de él una persona dulce y sincera, incapaz de matar a una mosca siquiera.

Me había quedado sin palabras. Este era el Daniel, el Daniel que yo conocía. El Daniel que realmente quería.

- Yo...yo te quiero ,Daniel. - casi sin pensarlo estiré los brazos en busca de el calor de su cuerpo. Fundí mi pecho en su pecho en un cálido abrazo. Los dos fuimos compañeros de llanto. Hasta que sus labios rozaron los míos, las mariposas brotaron por mi vientre hasta llegar a mi garganta y salir por mi boca. El amor no volvió porque mi amor por Daniel nunca había muerto.

Nos acostamos en el césped, el mismo césped que dio el comienzo a nuestra relación.

- Gracias- me susurró Daniel en el oído.

- ¿ Por qué ?- pregunté yo algo extrañada.

- Eres la única persona que ha confiando en mí desde el principio. Has sido el amor maternal que nunca tuve, el apoyo del amor paternal que tanto necesité y has sido el calor de una pareja que un día tuve que buscar en la calle.

La venganzaWhere stories live. Discover now