Capítulo 2 : La primera cita

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Capítulo 2 : la primera cita


Las 15:56 y aún no me había preparado. Mis recuerdos me tenían prisionera del pesimismo que no me permitía confiar en mí, del pasado que no me permitía avanzar.

- Elena levanta del sofá, anda, que tienes una cita- Era la cuarta vez que me repetía eso en los anteriores cinco minutos. Su voz me parecía ya irritante y eso que amo a Ángel.

- No quiero ir.

- Pues tienes que ir. Haz quedado tú , no yo. Además es una oportunidad increíble para que despejes tu mente.

"  ¿ en serio ?, ¿ de verdad crees que no he intentado despejar mi mente de la ruptura?, ¿ De la bofetada que me dio ese hombre del cual estuve , y ha día de hoy sigo estando,  perdidamente enamorada ? Sí, lo he intentado. Lo he intentado con todas mis fuerzas,  pero mis fuerzas parece que han sido agotadas  por una tempestad sin escrúpulos."

- Vale, me has convencido.

- Así me gusta , obedece a tu Ángel.- Sonreía intentando animar mi ánimo, aunque fuese con juegos de palabras excesivamente pésimos.

Le devolví la sonrisa sin mucha gana y proseguí mi camino hacia mi armario. Abrí las dos puertas de par en par con la rabia a flor de piel. Me probé un vestido blanco ,con un estampado a flores  blancas y con un gran lazo  negro a su espalda. El vestido era hermoso.Pero entonces,  recordé que lo llevé a la primera cita con Robert, a aquella cafeteria en la que empezó la magia entre sonrisas y risas sinceras , aquella cafetería a la  que los dos teníamos tanto afecto, nuestra cafetería. Al recordar la primera cita, el comienzo de un final... Solamente quería quemar el vestido, hacer cenizas la tela de un amor que duele, de un amor que aún escuece. Sin ganas de pensar mucho me volví a probar un traje básico de color rojo pasión, el traje no estaba nada mal. Pero entonces recordé aquel increíble restaurante chino que  Robert me había llevado a comer en una bonita tarde de primavera. Suspiré, me quite el traje llorando y  me quedé únicamente vestida con la rabia que invadía a mi ser, ¿ dónde quedó aquélla pasión, aquél romántico empedernido que hacia florecer las hojas más marchitadas del otoño?Hice un último intento al probarme   otro vestido más veraniego, con un tono grisáceo a flores de colores y con vuelos en las mangas. Entonces recordé  ése paseo por la orilla de la playa a la luz de la luna llena, recordé el tacto de sus dedos al estar entralazados con los míos. Sonreí al recordarlo.. era tan feliz con él. Y de repente ¡PUMMM!, una bofetada en la cara con la misma mano con la que me agarraba en la orilla de la playa, con la misma mano que tantas veces me había secado lágrimas y me había mimado como si fue una niña pequeña e indefensa, con la misma mano que me trasmitía estabilidad, protección, amor. Esa misma mano cambió el amor por el dolor, la estabilidad por la inseguridad, la protección por el miedo... Esa misma mano me había dado un golpe, un golpe que llegó más a mi corazón que a las facciones de mi cara.Mis lágrimas caían solas, la rabia se apoderaba de mí con una agresividad increíble. Empecé a romper los trajes, a gritar como una histérica, a patalear como un bebé cuando no conseguía lo que quería. Me empezó a dar un ataque de ansiedad, notaba que me faltaba el aire, notaba que me ahogaba  en mi propio mar de  lágrimas. Notaba un calor inmenso como el del hincendio que quema una casa.De repente, sentí los brazos de alguien amarrándome por la cintura. Sentí una voz cerca de mi oído que me decía: "Elena, para, ya paso todo, todo está bien, relájate". No, ésa voz se equivocaba. No había pasado nada. Todavía no se había ido el dolor. El recuerdo seguía aún vigente  en mi mente, el amor convertido en tristeza rota seguía guardado en cada pedazito de mi corazón roto. No, nada en mi vida estaba bien, nada en mí estaba bien.

Se me nubló la vista. Me giré , abrí los ojos de un sólo golpe, queriendo vislumbrar la paz enfrente de mis ojos, intenté calmarme y pude contemplar la mayor cara de asombro y preocupación que había visto en mi vida :  Era ángel.

La venganzaWhere stories live. Discover now