Zootopia - Relatos de un zorro astuto y una torpe coneja

Capitulo 10: Coneja ~ Necesidad

Judy tosió dolorosamente, sentía como una puñalada en su ya comprometido diafragma.

—"Lo hiciste bien, Hopps."

Judy con un intento casi fallido para sonreír y con una voz bastante débil —"Gracias Jefe, solo... hacia mi trabajo."

—"No seas tan modesta. Atrapar a un oso enojado no es algo a lo que puedas llamar 'solo tu trabajo'."

—"No estaba sola," —dijo Judy intentando contener los espasmos de dolor— "el oficial Wilde probó estar en condiciones de hacer su trabajo tanto... como yo."

—"Ya felicite a tu compañero por el excelente trabajo Hopps. Sin embargo, tu intervención fue fundamental para atrapar al criminal."

—"Si... señor." —Judy se relajó apoyándose en la pared.

Estaba cansada, bastante cansada.

—"La ambulancia ya viene. Resiste, estarás en el hospital tan pronto como sea posible."

Judy asintió y cerró los ojos, tratando de respirar lentamente con el fin de no aplicar más presión a su diafragma.

Ahí permaneció Judy por un largo rato (o por lo menos ella sintió que paso una eternidad) hasta que...

—"Oye, Zanahorias."

La coneja abriendo sus ojos con dificultad pudo ver unos ojos verdes brillantes muy familiares. Su boca se curveo lentamente hacia arriba. —"Hey" —le susurro al zorro que se había agachado para estar a su altura, ese detalle al que Judy le pareció absolutamente adorable—. "Felicitaciones... oficial Wilde"

—"Oh no claro que no" —Sacudiendo su cabeza le regalo una dulce sonrisa—. "Tú eres la verdadera heroína, Zanahorias."

—"¿Cincuenta, cincuenta?" —le sugirió, para lo que Nick solo rio y ligeramente le acaricio su mejilla.

Bajo lentamente su pata y algo consternado llego hasta su lastimado cuello. Ese gesto fue tan repentino como delicado, que Judy no tuvo tiempo de pensar una reacción apropiada.

—"¿Esto se ve muy mal, sabes?" —Su voz, que usualmente era calmada y segura de sí, se había tornado suave y preocupada. A pesar de lo cuidadoso que él estaba siendo con el pelaje de Judy había algo diferente... algo lindo, que la hacía estremecer.

—"¿Estabas preocupado por mí?" —Le pregunto Judy, con una ligera mueca en su rostro— "Intenta mantenerte en tu personaje, Nicholas Wilde. ¿Dónde está tu infame cinismo?"

Judy solo quería sonar graciosa pero, muy a pesar de sus expectativas, el zorro no se rio; muy por el contrario le regreso una mirada tan filosa que dolía.

—"¿No me preguntes si me preocupo por ti?" —Nick quito su pata, lo que casi casusa que Judy gimiera de desilusión—. "Realmente no me preocupa, de hecho, estoy aterrorizado, tu torpe coneja."

Judy miro sus grandes ojos verdes y pudo ver a través de ellos el miedo que el sentía.

—"Oh, Nick..."

—"Judy, no me vengas con 'oh, Nick'"

En ese instante, Nick la abrazo con todas sus fuerzas

—"Pudiste haber muerto. ¿Qué no te das cuenta? ¡Muerto! ¿Por qué no me esperaste? ¿Por qué siempre tienes que ir por delante? No me convertí en tu compañero solo para verte morir."

—'Me llamo por mi nombre' —pensó vagamente, pensamiento que logro asomarse de entre toda la confusión que por su cabeza pasaba.

—"Tu..." —Judy trago con dificultad, luchando contra el dolor que aquejaba su pecho— "estas temblando."

Nick, ignorándola, continuo —"¿Tienes la más remota idea de que hubiera pasado si no hubiera traído el arma tranquilizadora conmigo? Al menos una pequeña idea, no creo que una coneja tonta como tu comprenda las consecuencia de sus actos."

Cada vez el temblaba más y más. Usando las pocas fuerzas que tenía, Judy levanto sus brazos para rodear al zorro asustado con un cálido abrazo.

En sus brazos, ella sintió como el intento retroceder.

—"Discúlpame" —le susurró al oído—. "Soy... soy una tonta."

—"No es cuestión de si eres torpe o no" —Continuo Nick, abrazando cada vez más fuerte (casi lastimándola, pero ella no se quejó). —"¿Qué... que haría si tú te fueras? ¿Cómo crees que me sentiría si un día mi compañera me dice 'adiós' y toma un boleto de ida al Cielo?"

—"Nick... yo..."

Judy se encontraba tan débil, que cada parte de su cuerpo le dolía y respirar era un gran esfuerzo para ella.

Sin embargo, el dolor físico no era nada a comparación de lo que estaba sintiendo en su corazón.

Unas grandes lágrimas comenzaban a brotar por las esquinas de sus ojos mientras acariciaba la espalda rígida y temblorosa de su compañero. —"Lo siento, Nick. Realmente lo siento..."

—"Necesitas ser un poco más egoísta"" —Continuo Nick, casi susurrándole—. "Deja de pensar solo en esta ciudad. Empieza a pensar un poco más en ti, de vez en cuando. Intenta pensar un poco más en... mí. Aunque sea por una vez. Sin ti... ¿no necesitas que te lo diga o sí?"

—"No... no lo sé Nick." —Judy tosió, llorando silenciosamente mientras sus lágrimas se deslizaban por sus mejillas—. "Realmente soy una torpe coneja."

Nick soltó una pequeña risa (era un misterio como ese sonido tan simple y delicado podía provocar tanto cariño en su corazón, al punto que sentía que su pecho iba a estallar.

—"Te necesito, Zanahorias Te necesito hoy, mañana y todos los días hasta el final de los tiempos. Así que por favor, no seas tan desesperada e imprudente, porque cuando arriesgas tu vida... arriesgas también la mía."

Judy se aferró a él como si fuera la única cosa que la prevenía de caer en un abismo. —"Cuida tu boca, oficial Wilde" —ella le dijo, mientras enterraba su cara cada vez más en la camisa de su compañero deslizándose lentamente en la oscuridad de un sueño—, "o podrías hacer que alguien se enamore con esas palabras..."